Portada » Español » Estilo de Pedro salinas
Salinas estimaba en la palabra poética la autenticidad, la belleza y el ingenio, que constituyen los tres elementos básicos de su creación.
Para Salinas, la poesía representaba un modo de acceder a la esencia de las cosas y de las experiencias vitales. Sus versos revelan la presencia de dos temas recurrentes:
En su obra, aparecen también motivos variados: la vida como un sueño o como aspiración trascendente, el amor no sólo a las personas, sino a todos los elementos que rodean al ser humano, la realidad con todos sus matices…
Su poesía se caracteriza por la contención en la expresión de sentimientos y por la importancia de la selección léxica.
El procedimiento más habitual es el del contraste, que se manifiesta en oposiciones entre pretéritos y presentes verbales y entre vocablos asociados, por un lado, a la idea de claridad y luz, y, por otro, a la de oscuridad y sombra. También los símbolos ofrecen valores opuestos; el mar, por ejemplo, representa a la vez lo pasajero y lo eterno, lo vivo y lo inerte, lo humano y lo cósmico. Por medio de diferentes imágenes, Salinas insiste en motivos como la soledad, la monotonía, la austeridad, el amor y la seguridad.
La variedad de estructuras métricas utilizadas por el poeta revela las múltiples influencias recibidas, aunque, en general, se observa una preferencia por el verso corto: el octosílabo, solo o combinado con otros metros, es el más frecuente en su obra. En ella, se distinguen tres etapas:
Integrada por Presagios (1924), Seguro azar (1929), Fábula y signo (1931).
Compuesta por la trilogía amorosa La voz a ti debida (1931), Razón de amor (1936), Largo lamento (1939).
Desarrollada ya en el exilio, incluye El contemplado (1946), Todo más claro (1949) y Confianza (1955).
Estos tres primeros poemarios de Salinas revelan la influencia de la poesía pura de Juan Ramón y del Futurismo en la selección de ciertos temas (hay poemas dedicados al automóvil, a la máquina de escribir, a la bombilla…). Pero, ya en esta etapa inicial, están presentes motivos que serán constantes en su poesía. En Presagios, la búsqueda de lo desconocido se ofrece como un modo de indagar más allá de la realidad, y el ansia de encontrar la perfección implica vencer las limitaciones de lo temporal. Seguro azar gira alrededor del azar, que genera transformaciones y rige los destinos del hombre. Fábula y signo constituye ya una reflexión sobre el amor como forma suprema de conocimiento y seguridad.
Las obras que integran la segunda etapa conforman una trilogía, a manera de cancionero amoroso:
En esta trilogía, el amor se presenta como una búsqueda que se convierte en fuerza creadora: la voz poética surge gracias a la mujer, que posibilita la experiencia amorosa. Esta experiencia otorga sentido a la vida: por medio del amor se puede trascender el engaño y construir un mundo nuevo. Además, este sentimiento enriquece tanto al que ama como a la persona amada.
Las oposiciones entre el tú y el yo se reflejan en los poemas por medio del léxico, por ejemplo lucestúamada / sombrasyoamante. La preferencia por los pronombres evidencia la desconfianza de Salinas hacia los sustantivos, que nominan una realidad que resulta engañosa.
Salinas tomó los tres títulos de su segunda etapa de la tradición literaria española. Para el primer libro, escogíó un verso de la Égloga III de Garcilaso (La voz a ti debida), como muestra de su admiración por la lírica amorosa del poeta toledano. Los otros dos títulos provienen de la tradición medieval (Razón de amor) y de la ROMántica (Rima XV de Bécquer: El largo lamento)
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En la poesía de Salinas correspondiente a los años en que la generación se ha desintegrado ya como grupo, aparece la lucha entre su fe en la vida y los signos angustiosos ante lo que ve. A esta época pertenecen El contemplado (1946), diálogo con el mar de Puerto Rico; Todo más claro (1949), en el que aborda la creación a través de la palabra; y Confianza (1955), libro póstumo, de tono esperanzado, que defiende la salvación individual a través de la contemplación y el análisis de la vida.
En la poesía de Salinas, la importancia concedida al ritmo se manifiesta en la frecuente aparición de paralelismos, bimembraciones y otros recursos de repetición. Las abundantes formas interrogativas se combinan con futuros de posibilidad, y la oposición de tiempos verbales, con el poliptoton: ¿Serás, amor / un largo adiós que no se acaba?