Portada » Historia » Esplendor y Declive de la Monarquía Hispánica: De Al-Ándalus a la Crisis del Siglo XVII
La economía andalusí se centraba en la agricultura, con la introducción de nuevos cultivos (arroz, caña de azúcar…) y plantas textiles (algodón, cáñamo…). Destacó también el desarrollo del regadío, con la construcción de acacias y norias. La artesanía floreció, sobresaliendo la cerámica y el cuero. En cuanto al comercio, Al-Ándalus mantuvo relaciones comerciales tanto con el resto del mundo islámico como con Europa. La moneda de referencia era el dinar. El sistema impositivo se dividía en:
La sociedad andalusí estaba estratificada en musulmanes (sirios y árabes) y esclavos (destinados al ejército y al servicio doméstico).
La Reconquista se define como el proceso de ocupación del territorio musulmán por parte de los reinos cristianos. Este proceso se inició en el siglo XI, aprovechando la fragmentación y debilidad de las taifas musulmanas.
Política italiana y norteafricana: Fernando retomó la política de expansión aragonesa en el Mediterráneo. Tras la muerte de Alfonso V, su hijo Ferrante I heredó Nápoles. Posteriormente, el rey francés Carlos VIII invadió Nápoles, lo que llevó a Fernando II a intervenir militarmente en Italia. La campaña fue liderada por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.
La política norteafricana respondía a los intereses castellanos de conquistar Marruecos y acabar con la piratería berberisca. Los intereses de Fernando en Italia retrasaron este proyecto, limitándose a la toma de Melilla en 1497. Tras la muerte de Isabel en 1504, el Cardenal Cisneros (regente de Castilla) impulsó la expansión norteafricana, culminando con la toma de Orán en 1509. Sin embargo, los enfrentamientos entre Cisneros y Fernando llevaron al abandono de esta política, quedando la presencia española reducida a plazas fuertes costeras (Melilla, Orán, Bugía, Trípoli), con escasa efectividad contra la piratería.
En el ámbito atlántico, los Reyes Católicos firmaron el Tratado de Tordesillas (1494) con Portugal, que desplazó la línea de demarcación y permitió a Portugal la colonización de Brasil. A partir de este momento, se inició la exploración y colonización sistemática del continente americano.
Felipe II heredó de su padre, Carlos V, un vasto imperio, aunque no el título imperial ni Austria, que pasaron al hermano de Carlos, Fernando. A pesar de ello, Felipe II logró expandir aún más sus dominios al incorporar Portugal y su imperio ultramarino, gracias a su herencia materna (Isabel de Portugal).
Felipe II estableció la Corte en Madrid, lo que marcó un carácter más hispánico a su monarquía. Sus colaboradores eran mayoritariamente castellanos, y su política exterior e intereses dinásticos se centraron en los intereses de Castilla. Su política exterior se basó en la defensa del catolicismo y la lucha contra los turcos. Sin embargo, surgieron nuevos desafíos, como la sublevación de los Países Bajos y la rivalidad con Inglaterra, que culminó con la derrota de la Armada Invencible en 1588. El alto coste de estas políticas llevó a Felipe II a declarar la bancarrota en tres ocasiones. Al final de su reinado, España se encontraba en una situación económica precaria y su imperio al borde de la desintegración.
En el siglo XVII, España, y especialmente Castilla, experimentó una profunda crisis económica y demográfica. A esto se sumó el desprestigio de la monarquía, que delegaba el poder en manos de validos. El reinado de Felipe IV se caracterizó por una guerra permanente (Guerra de los Treinta Años) que arruinó al país y provocó revueltas internas.
El Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, intentó implementar una serie de reformas para aumentar los recursos de la monarquía, como la Unión de Armas (un ejército común financiado por todos los reinos) y la unificación política según el modelo castellano. Estas medidas generaron un rechazo generalizado y provocaron importantes enfrentamientos.
Estos acontecimientos acentuaron la impopularidad de Olivares, quien fue destituido en 1643. Sin embargo, su caída no fue suficiente para restablecer la paz social y la estabilidad política en España.