Portada » Historia » España entre Siglos: De la Restauración al Desastre de Annual
Los Borbones volvieron a España en 1875. El sistema político que se estableció entonces se conoce como la Restauración. En este sistema, dos partidos políticos, el Conservador y el Liberal, se turnaban en el Gobierno mediante el fraude electoral. Aunque se logró apartar a los militares de la vida política, que habían supuesto un grave problema con Isabel II, el poder político seguía en manos de una oligarquía.
La injusticia social propició el auge del anarquismo en el campo andaluz y entre los obreros catalanes.
El desastre del 98 (las potencias fuertes optaron por arrebatar sus posesiones a las débiles. España conservaba algunas colonias en el Caribe y el Pacífico: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, últimos restos del que fuera un gran imperio. Estados Unidos desarrollaba una política expansionista, especialmente hacia América Latina. En 1898, se declaró la guerra a España. La guerra contra Estados Unidos duró tres meses y acabó con una humillante derrota: Puerto Rico y Filipinas pasaron a manos estadounidenses, mientras que Cuba se convirtió en una república bajo tutela norteamericana. Estados Unidos, antigua colonia convertida ahora en primera economía mundial, se estrenaba como potencia imperialista.) trajo consigo una sensación de fracaso y la percepción, compartida por todos, de que el sistema estaba caduco. El siglo XX comenzaba con ansias de regeneración.
Alfonso XIII, nacido en 1886, era hijo póstumo, pues su padre, Alfonso XII, había muerto poco antes. Hasta su mayoría de edad en 1902, su madre, María Cristina de Habsburgo, ejerció la regencia.
Hacia 1900, España sufría profundas transformaciones sociales. Las ciudades crecían debido al éxodo rural. El proletariado urbano reclamaba condiciones laborales dignas.
En 1909 estalló la Semana Trágica. Los reservistas catalanes fueron movilizados para reforzar las tropas en Marruecos. Barcelona se llenó de barricadas en protesta por las quintas: los hijos de familias acomodadas evitaban el servicio militar a cambio de una cantidad de dinero, mientras que los trabajadores tenían que luchar. La revuelta sería sofocada de forma sangrienta.
España era neutral, esto favoreció a las exportaciones. Pero el desarrollo económico, que beneficiaba a la burguesía industrial y a los grandes propietarios agrícolas, empeoró aún más la vida de las clases populares, ya que la demanda externa hacía subir los precios más deprisa que los salarios.
En 1917 hubo una crisis dividida en 3 partes:
Aterrorizados por el estallido social, preocupados y con la vista puesta en los acontecimientos de Rusia, militares y políticos aplazaron sus demandas y apoyaron al Gobierno en la dura represión de los huelguistas. Los años siguientes fueron de gran violencia política, sobre todo en Barcelona, con frecuentes atentados anarquistas y represalias de pistoleros a sueldo de la patronal.
Algunos políticos y militares españoles quisieron compensar la humillación del 98 con una nueva colonia africana.
La región montañosa del norte de Marruecos, no había sido ocupada por Francia debido a su escaso valor económico y a la hostilidad británica, que no quería otra potencia cerca del estrecho de Gibraltar; pero Alemania también estaba interesada.
En 1906, en la conferencia de Algeciras, británicos y franceses lograron alejar a Alemania, ofreciendo a España un protectorado al norte de Marruecos.
El protectorado fue costoso debido a la resistencia de la población rifeña y a la dotación deficiente del ejército español. Las matanzas se sucedieron en ambos bandos. En 1921, una operación imprudente, animada por el rey a espaldas del Gobierno, desembocó en el desastre de Annual, una emboscada que costó la vida a miles de quintos de las clases populares.
El escándalo salpicó a la Corona. En 1923, cuando la comisión que investigaba la responsabilidad del desastre estaba a punto de publicar sus conclusiones, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado e instauró, con la aprobación del monarca, una dictadura militar.