Portada » Historia » España en la primera mitad del siglo XX: De la Restauración a la Segunda República
La primera etapa del reinado de Alfonso XIII se caracteriza por la descomposición del sistema de la Restauración, un periodo fuertemente influenciado por los acontecimientos internacionales. En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial. El presidente del gobierno español, Eduardo Dato, declara la neutralidad de España en el conflicto. Esta neutralidad tuvo un impacto positivo en la economía española, ya que el país se convirtió en proveedor de productos para ambos bandos.
Sin embargo, al finalizar la guerra, España dejó de exportar a los países beligerantes, lo que provocó un aumento de las diferencias sociales y la conflictividad. El movimiento obrero intensificó las huelgas, generando un clima de inestabilidad social. En este contexto, la Revolución Rusa de 1917 despertó el temor de las clases altas y los propietarios a la expansión del comunismo.
Entre 1918 y 1921, España vivió un periodo de crisis económica conocido como el Trienio Bolchevique, cuyo símbolo fue la huelga de La Canadiense. Durante este periodo, la violencia social se intensificó, con empresarios contratando matones para asesinar a líderes sindicales, como ocurrió en la conocida como Rosa de Fuego de Barcelona.
En 1917, España se enfrentó a una triple crisis: militar, política y social.
Desde la crisis del 98, el ejército español había desarrollado un creciente descontento con la clase política, a la que culpaba de los problemas del país. Los militares comenzaron a intervenir en la política a través de golpes de estado. Dentro del ejército existía un gran malestar por el sistema de ascensos, lo que provocó la creación de las Juntas de Defensa, que exigían mejoras salariales y el ascenso por antigüedad. El gobierno de Dato aceptó las reivindicaciones de las Juntas.
En 1917, un grupo de diputados creó una Asamblea Parlamentaria con el objetivo de reformar el sistema de la Restauración.
En agosto de 1917, la CNT y la UGT convocaron una huelga general. El gobierno respondió enviando al ejército para reprimir las protestas y restablecer el orden.
Entre 1918 y 1923, el gobierno español entró en una fase de inestabilidad. La situación en Marruecos se convirtió en el detonante de la crisis final. En 1921, se produjo el desastre de Annual. España buscaba controlar y ampliar su territorio en el norte de África. El rey Alfonso XIII impulsó una operación militar dirigida por los generales Berenguer y Silvestre, que resultó un fracaso. El 22 de julio de 1921, las tropas españolas sufrieron una grave derrota frente a las fuerzas de Abd el-Krim.
El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de estado con el apoyo del rey Alfonso XIII. Este golpe marcó el fin del sistema de la Restauración y el inicio de la dictadura de Primo de Rivera.
Este periodo se inicia con las elecciones de noviembre de 1933 y termina con la victoria del Frente Popular en febrero de 1936. Se caracteriza por la polarización política y la violencia social.
En 1933, los socialistas abandonaron el gobierno republicano-socialista. El presidente Alcalá Zamora convocó elecciones, que dieron la victoria a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), seguida del Partido Radical. El PSOE y los republicanos sufrieron una dura derrota. Alcalá Zamora encargó la formación de gobierno al Partido Radical, liderado por Alejandro Lerroux.
El gobierno radical llevó a cabo algunas reformas, como la concesión de ascensos a militares perjudicados durante el primer bienio, la suspensión de la Ley de Términos Municipales, la reapertura de los colegios religiosos y la paralización del Estatuto de Autonomía del País Vasco. Sin embargo, la CEDA consideraba estas medidas insuficientes. El 1 de octubre de 1934, tres miembros de la CEDA entraron en el gobierno, lo que provocó la Revolución de Octubre.
La Revolución de Octubre tuvo cuatro focos principales: Madrid, Vizcaya, Asturias y Cataluña.
La Revolución de Octubre fracasó, pero marcó un punto de inflexión en la historia de la Segunda República.
Tras la Revolución de Octubre, la CEDA aumentó su influencia en el gobierno. José María Gil Robles fue nombrado ministro de Guerra y Francisco Franco, jefe del Estado Mayor. Se produjo una rectificación de la legislación del bienio anterior, suspendiéndose el Estatuto de Autonomía de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria.
Ante el auge de la derecha, los partidos republicanos, socialistas y comunistas se unieron para formar el Frente Popular a finales de 1935. El presidente Alcalá Zamora convocó elecciones para el 16 de febrero de 1936.
Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular. Se formó un nuevo gobierno con Manuel Azaña como presidente de la República y Santiago Casares Quiroga como presidente del gobierno. Se restablecieron las leyes del primer bienio republicano.
Este periodo se caracterizó por un aumento de los desórdenes públicos y la violencia política. Grupos de extrema derecha, como Falange Española, protagonizaron numerosos actos violentos. Al mismo tiempo, se iniciaron conspiraciones militares para derrocar a la República.
Un grupo de militares, liderados por el general Emilio Mola, preparó un golpe de estado para el 18 de julio de 1936. Sin embargo, la sublevación se adelantó al 17 de julio en Melilla, al ser descubierta la conspiración. El golpe no triunfó de forma inmediata, pero dio inicio a la Guerra Civil Española.
El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de estado con el apoyo del rey Alfonso XIII. El 14 de septiembre, Primo de Rivera publicó un manifiesto en el que justificaba su acción y se presentaba como el salvador de España. La dictadura de Primo de Rivera se divide en dos etapas.
El Directorio Militar (1923-1925) tenía como objetivo acabar con los problemas de España. Sus primeras medidas fueron la suspensión de la Constitución de 1876, la declaración del estado de guerra y la militarización de la administración. Primo de Rivera también buscó una solución al problema de Marruecos, iniciando conversaciones con Francia. En septiembre de 1925, se produjo el desembarco de Alhucemas, que permitió a España controlar la zona del Rif.
Tras el éxito en Marruecos, Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen a través del Directorio Civil (1926-1930).
A pesar de sus esfuerzos, los intentos de Primo de Rivera fracasaron y la oposición a su régimen aumentó. Empresarios, intelectuales, sectores del ejército y el propio rey Alfonso XIII comenzaron a mostrar su descontento con la dictadura.
Ante la creciente oposición, Primo de Rivera envió una carta a los capitanes generales del ejército pidiendo su apoyo. Sin embargo, el 28 de enero de 1930, presentó su dimisión al rey. Un mes después, Primo de Rivera falleció.
Alfonso XIII intentó restaurar el sistema de la Restauración, pero su decisión no fue aceptada por la sociedad española. El rey nombró presidente del gobierno al general Dámaso Berenguer, quien restauró la Constitución de 1876 e intentó reactivar el turnismo político. Sin embargo, la oposición se unió en el Pacto de San Sebastián, con el objetivo de derrocar la monarquía e instaurar una república.
En diciembre de 1930, se produjo la sublevación de Jaca, liderada por dos capitanes del ejército. El golpe fracasó y los sublevados fueron fusilados. El gobierno encarceló a los líderes del Pacto de San Sebastián.
En enero de 1931, Alfonso XIII nombró presidente del gobierno al almirante Juan Bautista Aznar, quien convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. En estas elecciones, republicanos y socialistas se presentaron en coalición y obtuvieron una amplia victoria en las principales ciudades, lo que se interpretó como un plebiscito a favor de la república.
Tras la victoria republicana en las elecciones municipales, los acontecimientos se precipitaron. El 13 de abril, se izó la bandera republicana en Éibar. El conde de Romanones aconsejó a Alfonso XIII que abandonara España. El 14 de abril, el comité revolucionario del Pacto de San Sebastián se proclamó gobierno provisional de la República. Alfonso XIII publicó un manifiesto de despedida en el diario ABC el 15 de abril y partió al exilio. De esta forma, se inició un nuevo periodo en la historia de España: la Segunda República (1931-1939).