Portada » Historia » España en el Siglo XX: De la Regencia a la Guerra Civil (1898-1939)
Durante la minoría de edad de Alfonso XIII, su madre, la Reina María Cristina, asumió la regencia. En este periodo se produjo el desastre del 98, que supuso la pérdida de las últimas colonias españolas: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Esto dio origen al regeneracionismo, un movimiento de intelectuales como Joaquín Costa y políticos, como el liberal Canalejas y el conservador Maura, que buscaban la dignificación de la política, la modernización social y la superación del atraso cultural.
Alfonso XIII accedió al trono y mantuvo la Constitución de 1876 y el turnismo. Destacaron dos jefes de gobierno: Maura, que quiso acabar con el caciquismo y reformar la administración local, pero no lo consiguió; y Canalejas, que aplicó reformas sociales, como la Ley del Candado, que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España. Los partidos liberal y conservador empezaron a perder poder. Las burguesías catalana y vasca apoyaron a los partidos nacionalistas, Lliga Regionalista y Partido Nacionalista Vasco; y parte de las clases medias y el proletariado votaban a los republicanos y al PSOE. Los sindicatos UGT y CNT crecieron con fuerza. Desde 1909 se sucedieron varias crisis:
El general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado en 1923, con la aprobación del rey. Se implantó una dictadura militar hasta 1930. Se suspendió la Constitución, se disolvieron las Cortes y se prohibieron los partidos políticos y las organizaciones sindicales. Tras el éxito del desembarco de Alhucemas (1925) finalizó la guerra de Marruecos (1927). Se emprendieron numerosas obras públicas y se impulsó la industria nacional. Se crearon monopolios estatales, como la Compañía Telefónica Nacional de España y CAMPSA. A partir de 1927, la dictadura comenzó a perder apoyos y creció la crítica al régimen. El rey retiró su apoyo a Primo de Rivera, que dimitió en enero de 1930. Alfonso XIII encargó formar un nuevo gobierno que restableció la Constitución de 1876 y convocó elecciones municipales. En 1930, políticos republicanos, socialistas y catalanistas firmaron el Pacto de San Sebastián con el objetivo de derrocar a la monarquía.
Las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931 dieron el triunfo a las candidaturas republicanas. Alfonso XIII se exilió y un gobierno provisional, integrado por los partidos del Pacto de San Sebastián y presidido por Niceto Alcalá Zamora, proclamó la Segunda República Española el 14 de abril de 1931. El gobierno emprendió reformas y convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. La Constitución de 1931 implantó un régimen democrático:
Muchas mujeres españolas trabajaban, pero cobraban salarios más bajos que los hombres. Cuando se proclamó la Segunda República, las mujeres no podían votar, pero las mayores de 23 años podían ser elegidas como miembros de las Cortes. Así, en las Cortes de 1931 hubo tres diputadas: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. Uno de los principales debates en la elaboración de la Constitución fue la concesión del voto femenino. El sufragio femenino se aprobó por 161 votos a favor y 121 en contra. Ejercieron por primera vez su derecho al voto en 1933.
Niceto Alcalá Zamora ocupó la presidencia de la República y Manuel Azaña fue designado presidente del gobierno. Se inició una política de reformas cuyo propósito era la modernización y la democratización del país:
El gobierno tuvo que afrontar la oposición a las reformas por parte de los propietarios de tierras, las altas jerarquías de la Iglesia y el ejército. En agosto de 1932 tuvo lugar el golpe de Estado del general Sanjurjo, que fracasó. Se produjeron levantamientos anarquistas y ocupaciones de fincas. En Castilblanco hubo enfrentamientos entre el campesinado y la Guardia Civil, y en Casas Viejas un levantamiento campesinado en 1933 fue duramente reprimido por las fuerzas del orden.
La agricultura de exportación y la minería fueron los sectores más afectados. El desempleo creció. Las reformas aumentaron los gastos y los recursos económicos resultaron insuficientes.
En 1933, Azaña dimitió y se convocaron elecciones. Los partidos de centro y de derecha obtuvieron la victoria. José María Gil Robles, líder de la CEDA, apoyó al Partido Radical de Alejandro Lerroux para formar gobierno. Se modificaron o suspendieron reformas. Se revisó la legislación religiosa; se rectificaron las leyes laborales y la reforma agraria; se amnistió a Sanjurjo y se les permitió volver a sus antiguos puestos en el ejército.
Se formó un nuevo gobierno de Lerroux y entraron en él tres ministros de la CEDA. Los partidos republicanos convocaron una huelga general. Triunfó en Asturias, donde se produjo una auténtica revolución social entre los días 5 y 18 de octubre. La revolución fue duramente reprimida por el ejército y las fuerzas de seguridad del Estado. En Cataluña, el gobierno de la Generalitat interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como una amenaza al Estatuto de Autonomía. Lluís Companys, presidente de la Generalitat, proclamó el Estado catalán dentro de la República Federal Española. La insurrección fracasó, la Generalitat fue disuelta y los líderes del gobierno autónomo encarcelados. Después de estos hechos, el gobierno entró en crisis.
En febrero de 1936 se celebraron las últimas elecciones de la Segunda República. Los grupos de izquierda se presentaron unidos en una gran coalición: el Frente Popular, que ganó las elecciones. El nuevo gobierno, formado sólo por republicanos de izquierda, reemprendió las reformas, concedió una amnistía general para las personas encarceladas por la revolución de octubre de 1934 y restableció la autonomía de Cataluña. En mayo de 1936, Manuel Azaña sustituyó a Niceto Alcalá Zamora como presidente de la República. La conflictividad social aumentó:
Se produjeron huelgas y enfrentamientos violentos entre la izquierda y la derecha. El 12 de julio de 1936, pistoleros de la derecha mataron al teniente Castillo de la Guardia de Asalto. Un día después, sus compañeros mataron a Calvo Sotelo.
La organización de la conspiración militar se planificó ya tras el triunfo del Frente Popular. La sublevación se inició el 17 de julio de 1936 en las guarniciones del protectorado de Marruecos. El golpe, protagonizado por los generales Sanjurjo, Franco y Mola, fue apoyado por una parte del ejército, por carlistas, monárquicos, conservadores, falangistas y por la Iglesia. El fracaso de la rebelión militar condujo a una guerra civil que duró tres años. España quedó dividida en dos zonas:
La Guerra Civil estalló en un momento crítico en las relaciones internacionales, de mucha tensión entre las grandes democracias europeas (Reino Unido y Francia) y los regímenes totalitarios fascistas y nazi. La opinión pública internacional se dividió. Reino Unido y Francia propiciaron un acuerdo de no intervención, al que se sumaron 27 países. Sin embargo, este acuerdo se incumplió:
En agosto de 1936, las tropas de Marruecos llegaron a Cádiz. Pasaron a Extremadura y Toledo, y quedaron a las puertas de Madrid a finales de octubre. El gobierno de la República se estableció en Valencia y encomendó la defensa de Madrid a una junta militar. La llegada de las Brigadas Internacionales y de aviones y tanques soviéticos impidió la conquista de la capital. Los ejércitos sublevados fueron derrotados en las batallas del Jarama y de Guadalajara.
Tras fracasar en Madrid, las tropas de Franco se dirigieron al norte. La aviación alemana bombardeó la ciudad vasca de Gernika. Atacaron después Bilbao y cayeron Santander y Asturias. Al terminar el año, el territorio controlado por el gobierno republicano se había reducido a un tercio del país.
En octubre de 1937, el gobierno republicano se trasladó a Barcelona. Franco, en febrero de 1938, tomó Teruel. Después, avanzó hacia el Mediterráneo y aisló el territorio catalán del resto de la zona republicana. En julio de 1938, las tropas republicanas cruzaron el río Ebro y atacaron al ejército franquista desde la retaguardia, pero sin éxito. La derrota republicana en la batalla del Ebro facilitó el avance de los sublevados hacia Cataluña. Barcelona fue tomada en enero de 1939 y Madrid en marzo. La guerra acabó el 1 de abril de 1939.