Portada » Historia » España en el Siglo XIX: Crisis del Antiguo Régimen, Guerra y Revolución Liberal
En España, el siglo XIX fue un período de transformación en el que desaparecieron las estructuras políticas, económicas y sociales del Antiguo Régimen. Pero el alcance limitado de esta transformación dejó retrasada a España con respecto a las grandes potencias europeas. El absolutismo dio paso a un sistema liberal, pero este cambio se produjo en un ambiente de gran inestabilidad marcado por guerras civiles, golpes de Estado y pérdida del imperio colonial.
La población creció y la economía se modernizó, pero los progresos fueron tardíos, lentos y menos intensos que en otros países europeos, por lo que España siguió siendo un país agrario.
Se estableció una nueva sociedad de clases basada en la riqueza. Pero los terratenientes mantuvieron una gran influencia, la burguesía y el proletariado crecieron poco y el campesinado siguió siendo mayoritario.
Carlos IV accedió al trono en 1788 y dejó el poder en manos de Manuel Godoy. Durante su reinado se inició la crisis política del Antiguo Régimen.
El temor a la propagación de las ideas revolucionarias, en España, provocó el cierre de fronteras; finalizaron las reformas ilustradas y se declaró la guerra a Francia tras la ejecución de Luis XVI. En el transcurso de la guerra, los franceses invadieron el País Vasco y Navarra, lo que obligó a Godoy a firmar la Paz de Basilea en 1795.
Pero la ocupación de puntos estratégicos de la península dejó clara su intención de invadir también España. Este hecho provocó el Motín de Aranjuez, una sublevación popular contra la política de Godoy instigada por el futuro Fernando VII. Como consecuencia, Carlos IV expulsó a Godoy y abdicó en su hijo Fernando.
José Bonaparte reinó en España entre 1808 y 1813. En este tiempo se implantó el Estatuto de Bayona, este establecía un sistema político conservador en el que el rey tenía el poder ejecutivo y la iniciativa para proponer leyes.
Algunas reformas:
Esto dividió a los españoles en dos grupos ideológicos:
El destronamiento de los Borbones y la invasión de las tropas francesas provocó: una guerra de liberación contra la invasión francesa y el inicio de una revolución liberal contra el absolutismo.
La irrupción de los franceses provocó el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808. Su extensión a otras ciudades supuso el inicio de la Guerra de la Independencia.
En las ciudades, la lucha contra la ocupación se realizó mediante la resistencia y el levantamiento contra los franceses. En el campo, mediante guerrillas o ataques por sorpresa al enemigo.
En la primera fase de la guerra se frenó el avance francés, ante la resistencia encontrada en ciudades como Girona y Zaragoza, y la victoria en la Batalla de Bailén. Napoleón acudió a España con 250.000 soldados y recuperó casi todo el territorio.
A partir de 1812, aprovechando los problemas de Napoleón en Rusia y con ayuda de un ejército británico, los franceses fueron derrotados en Arapiles, Vitoria y San Marcial. Como consecuencia, Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de España y de las Indias en el Tratado de Valençay y se retiró de España.
La revolución liberal contra el absolutismo ocurrió de forma paralela a la guerra. La ausencia de reyes creó un vacío de poder y los patriotas crearon juntas provisionales de defensa para dirigir la guerra.
El poder lo asumió una Junta Suprema Central con la función de coordinar la guerra y realizar reformas políticas y sociales. Para ello, la Junta convocó unas Cortes en Cádiz.
Entre los diputados de las Cortes había absolutistas, defensores de la soberanía real y del mantenimiento del Antiguo Régimen; y liberales, partidarios de la soberanía nacional y de acabar con el Antiguo Régimen. Los liberales lograron la mayoría y consiguieron que las Cortes realicen reformas legales y aprobasen una Constitución.
Tras la Guerra de la Independencia, Fernando VII regresó a España y fue recibido con manifestaciones de júbilo. Su reinado pasó por tres etapas, marcadas por los enfrentamientos entre absolutistas y liberales:
Los últimos años del reinado de Fernando VII se produjo la independencia de las colonias españolas en América. El proceso fue promovido por los criollos, descontentos por:
Se llevó a cabo en dos etapas:
Entre 1788, la población española creció moderadamente. Las causas:
La mayoría de la población se concentraba en la periferia peninsular.
La migración más destacada fue el éxodo rural hacia nuevas capitales provinciales y aquellas ciudades de Cataluña, País Vasco y Madrid que implantaron industrias modernas. Como consecuencia, creció la población.
En 1811, las Cortes eliminaron los señoríos jurisdiccionales, lo que significó que las funciones de justicia y administración que tenían los señores pasaron al Estado.
También abolieron los señoríos territoriales, convirtiéndose en propiedad privada, generalmente en manos de quienes las trabajaban.
Se impulsó la venta de bienes amortizados. Este proceso tuvo su mayor desarrollo bajo el reinado de Isabel II con dos grandes desamortizaciones:
Objetivos: obtener recursos para el Estado y facilitar el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra.