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Escultor y broncista griego, máximo representante del periodo de transición habido entre el denominado “estilo severo” y el clasicismo del siglo V a. C. Dominado por Fidias. Estilísticamente, su gran aportación fue la de haber sido capaz de trasladar la sensación de movimiento a la escultura, comulgando así con las reflexiones de la Escuela de Elea en torno al problema del movimiento. La obra maestra de Mirón y, fuera de toda duda, una de las más revolucionarias de la Historia del Arte, es su Discóbolo, conocida a través de varias copias romanas. En ella se representa a un joven atleta captado en el instante de lanzar el disco; para ello, y con inusitada precisión, Mirón recurre a una composición sigmoidal (en forma de S), ofreciendo dos planos de representación, uno frontal (torso y rostro) y otro lateral (piernas y caderas), lo que refuerza la sensación de movimiento como nunca antes se había visto; sin embargo, la estatua fue concebida para ser contemplada desde un único punto vista: el frontal. Con todo, esta retórica no consigue afianzarse en el plano psicológico de la obra, dado que el relajado rostro del atleta apenas trasmite la tensión contenida en el cuerpo.
POLICLETO: 480 A.C-420 A.C
Escultor, broncista y teórico griego, junto a Fidias la otra gran figura de la escultura griega del periodo clásico, así como el primer tratadista occidental del que se tiene noticia. Se especializó en la talla de figuras de atletas, con la representación del cuerpo humano desnudo como objeto de sus investigaciones y fue el inventor de uno de los máximos artificios de la escultura: el contrapposto, consistente en la representación del movimiento de los hombros y la parte superior del torso en oposición a la de la pelvis, resultado de lo cual las líneas de los hombros y de la pelvis no son paralelas, lo que genera un desequilibrio por el que se consigue un cierto dinamismo, consecuencia del cual el peso del cuerpo pasa a apoyarse sobre una sola pierna, quedando la otra en reposo, como se ve el ‘Doríforo’. Basado en las relaciones entre los números y las partes del cuerpo fue su desaparecido tratado teórico ‘Kanon’ (‘Norma’), en el que expone los principios de su concepción del hecho escultórico, partiendo del presupuesto capital de que la belleza no es sino la relación de unas partes con otras y del conjunto de las partes con el todo, llegando a la conclusión de que la perfección prototípica se conseguirá a través de unas medidas precisas en las que la altura será 7 veces la medida de la cabeza.
FIDIAS: (490 A.C – 430 A.C)
Artista griego y uno de los mayores escultores de la Historia del Arte. Amigo de Pericles, colaboraría con éste en la reconstrucción de Atenas, supervisando la remodelación de la Acrópolis. Su obra máxima fue la decoración del Partenón, y aunque se sirvió de muchas manos colaboradoras en su ejecución, su estilo inconfundible se mantiene en todo el conjunto; la técnica de Fidias es prodigiosa: desde la perfecta captación de los efectos de claroscuro más sutiles hasta el estudio anatómico de los cuerpos, todo encaja armoniosa, unitariamente. Las figuras de Fidias, de una solemnidad típicamente clásica, son arquetipos idealizados en cuya apariencia material se sintetiza armónía física y moral, en un equilibrio conjuntado basado en la proporción de las formas. Tal vez su trabajo más perfecto fue el Friso de las Panateneas, del Partenón, en el que se representa, a lo largo de un desarrollo de doscientos metros de longitud, la ceremonia religiosa de entrega del nuevo peplo a la diosa titular de la ciudad, Atenea. Son suyas también algunas de las mejores metopas del friso dórico del mismo templo. Al margen de su labor decorativa en el Partenón, Fidias desarrolló una importante actividad como autor de bultos redondos; el más celebrado de ellos sería su monumental ‘Atenea Parthenos’ (447 a. C.), realizada para el Partenón, estatua de doce metros de altura realizada en crisoelefantina.
Escultor y broncista griego, nacido en Atenas. Hijo y nieto de escultores, Praxíteles es el máximo exponente de la escultura postclásica griega junto a Escopas y Lisipo. El rasgo más carácterístico y revolucionario de su estilo es la denominada “curva praxiteliana”, enfático contrapposto en actitud de reposo, cuya carácterística visible es el contoneo de la cadera. Su obra más famosa es la ‘Afrodita de Cnido’, en mármol de paros, reconocida a través de varias copias romanas. Esta Afrodita es el primer bulto redondo de grandes dimensiones -con más de dos metros de altura- de una mujer desnuda en el arte griego; despojada de todo erotismo intencionado, pese a su poderosa sensualidad, la obra capta el instante previo al baño con prodigiosa naturalidad, lo que justifica la desnudez de la diosa. La otra gran escultura de Praxíteles es el ‘Apolo Sauróktonos’. Aunque su producción se conoce a través de copias romanas, sobreviven al menos dos originales: el ‘Hermes de Olimpia’ y la ‘Base de Mantinea’. Con Praxíteles la escultura griega se desliga del clasicismo de Fidias, preludiando las formas del período helenístico; con él, el retrato naturalista plenamente asumido se practica por primera vez.
Escultor y broncista griego, uno de los tres grandes maestros de la escultura del clasicismo tardío junto a Praxíteles y Escopas. En el plano estético, Lisipo prolonga las ideas sobre el canon y la medida ilustradas por Policleto en su ‘Doriforo’, aunque en ningún momento nos encontremos ante un mero epígono. La obra capital de Lisipo es su ‘Apoxiomeno’. En ella, un joven atleta aparece en actitud de limpiarse con un estrígil el polvo que cubre su piel. Entre las múltiples novedades escultóricas que incorpora la obra, destaca sobremanera su peculiar tratamiento del canon, todavía más estilizado que en Policleto, al reducir ligeramente el volumen de la cabeza, lo que genera una mayor esbeltez de conjunto. Asimismo, es destacable la relativa inestabilidad de la pose, propiciada por la pierna derecha -que no se apoya con firmeza en el suelo- y la sofisticada posición de los brazos, cuya tensión produce un escorzo magníficamente resuelto, permitiendo además una sensación de profundidad espacial inusitada. Lisipo, el más prolífico escultor de su tiempo, dejó, además del ‘Apoxiomeno’ y entre otras notables piezas que han pervivido a través de copias romanas, tres obras maestras de la categoría de ‘Hércules Farnesio’, ‘Eros tensando el arco’ y ‘Afrodita de Capua’, soberbios ejercicios anatómicos que representan lo mejor de su arte. Practicó con igual estro y perfección el retrato, tal y como nos confirman los bustos y cabezas de personalidades que nos han llegado, destacando sus retratos de Sócrates, Aristóteles y Alejandro Magno.
El pintor italiano más importante del Siglo XIV. Su concepción de la figura humana, que representó con líneas amplias y redondeadas -en lugar de la representación plana y bidimensional de los estilos gótico y bizantino- indica una preocupación por el Naturalismo que significó un punto de inflexión en la evolución de la pintura occidental. Toda su obra es de temática religiosa. Una de sus primeras obras famosas es el gran conjunto de frescos que ilustra las vidas de la Virgen y de Cristo en la capilla de la Arena, de Padua, acabado posiblemente en 1305 o 1306. Se opuso a los colores vivos y brillantes y a las líneas largas y elegantes propias del estilo bizantino y prefirió trabajar con una representación más serena y realista. Se centra en lo humano y en lo real más que en lo divino y lo ideal, planteamiento revolucionario en una época dominada por la religión. Los escenarios (tanto en esta serie como en las demás obras) son fondos poco profundos, como cajas arquitectónicas, un poco más abiertos que los fondos totalmente planos de las pinturas bizantina y gótica pero sin llegar todavía al pleno desarrollo de la perspectiva que se lleva a cabo en la pintura renacentista posterior. Se cree que la Virgen y el niño entronizados (c. 1310, Uffizi, Florencia) pertenece al mismo periodo que los frescos de Arena y es la única tabla atribuible a Giotto. Su obra se adelantó a su tiempo. La mayor parte de sus seguidores pintaron en una línea menos realista y más abiertamente decorativa.
Pintor flamenco que trabajó en Brujas, estilo pictórico del gótico tardío en el Siglo XV, que anuncia el Renacimiento en el norte de Europa. Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el Naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y por el logro de la ilusión óptica de espacios tridimensionales sobre superficies bidimensionales En 1425 Felipe el Bueno, duque de Borgoña, le nombró pintor de la corte, cargo que conservó hasta su muerte. La obra más famosa es el monumental Retablo de Gante (1432), cuyos numerosos paneles exteriores se abren para mostrar “El cordero místico”. De Jan van Eyck se conservan cuidadosamente firmadas y fechadas entre 1432 y 1439 nueve obras, cuatro de ellas son de tema religioso como “La Virgen del canónigo van der Paele” (1436)y La Virgen y el Niño con el canciller Rolin (1435), más 5 retratos como el de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434). Sus compatriotas todavía le seguían considerando el rey de los pintores en el Siglo XVI.
ROGIER VAN DER WEYDEN (Bélgica, 1399 – 1464)
Pintor flamenco de mediados del Siglo XV, destacado por el carácter innovador de sus composiciones religiosas dentro de la pintura de su época. Las pinturas de Van der Weyden, como las de otros pintores flamencos contemporáneos, destacan por su detallada minuciosidad en la representación de los asuntos tratados, pues el autor atiende con la misma precisión desde el tema principal hasta el más mínimo detalle secundario o anecdótico que aparece en la obra. Analiza de forma cuidadosa los diversos estados de ánimo de los personajes, y capta sus sentimientos y reproduce fielmente las distintas calidades de las telas y los plegados, al tiempo que modela sus personajes por medio de la luz y el color. Las obras de madurez de Van der Weyden se distinguen por sus colores fríos, el movimiento rítmico de las líneas, a veces diagonales o curvilíneas, la elegancia en los gestos de las figuras, y el sentimiento religioso trágico. Van der Weyden introdujo importantes innovaciones que influyen en la siguiente generación de artistas primitivos flamencos, como la perfecta composición de grupos de personajes que realiza en El descendimiento de la cruz (1435); marcos arquitectónicos en grisalla que definen el espacio de la escena y el mecanismo de colocar en el primer plano del cuadro una figura de espaldas, creando un espacio cerrado y unificado.
Uno de los pintores holandeses más personales, conocido por su obra enigmática que representa complejos temas religiosos de gran fantasía e imaginación demoníaca. En sus obras relaciona motivos astrológicos, de folclore, brujería y alquimia, así como el tema del anticristo y episodios de las vidas de santos ejemplares. El resultado es un ecléctico estilo iconográfico propio de finales de la Edad Media. Los estudiosos difieren respecto a la interpretación de su pintura, pero la crítica es más bien unánime a la hora de manifestar que sus obras muestran la preocupación por la inclinación del hombre hacia el pecado, en desafío a Dios, así como la condena eterna a las almas perdidas en el Infierno, como consecuencia fatal de la locura humana. Su técnica es método que consiste en aplicar el óleo de manera libre, sin retocar demasiado. Su obra fue muy imitada durante el Siglo XVI. Entre las obras más importantes, citaremos las que con seguridad son aceptadas como originales, Los siete pecados capitales, La Crucifixión), El carro del heno, Las tentaciones de San Antonio, El jardín de las delicias (1510, Museo del Prado), La adoración de los Reyes Magos y Cristo con la cruz a cuestas.