Portada » Filosofía » Escuelas Sofista y Socrática: Estudio de la Virtud Moral y la Ética
Las escuelas sofista y socrática son dos corrientes filosóficas de la antigua Grecia que se centraron en el estudio de la virtud moral y la ética. A continuación, te explicaré probablemente las posturas de cada una y sus métodos de enseñanza y aprendizaje.
La escuela sofista se caracterizó por su enfoque pragmático y relativista, que sostiene que la verdad y la moralidad son relativas a la perspectiva individual de cada persona. Los sofistas se dedicaron a enseñar habilidades retóricas y argumentativas a través de la enseñanza de la persuasión y la argumentación, más que a la búsqueda de la verdad y la moralidad en sí mismas. Según los sofistas, la virtud se puede aprender a través del uso de la razón y la habilidad para persuadir a los demás de nuestras ideas.
Por otro lado, la escuela socrática se enfocó en la búsqueda de la verdad y la moralidad a través del diálogo y el razonamiento crítico. Sócrates creía que la virtud se puede enseñar a través del diálogo y la reflexión crítica, cuestionando las creencias y prejuicios de los estudiantes y guiándolos hacia una comprensión más profunda de los principios éticos universales. El método socrático se basa en hacer preguntas y desafiar las respuestas previas, para ayudar a los estudiantes a encontrar la verdad por sí mismos.
La escuela sofista se enfocó en la enseñanza de habilidades retóricas y argumentativas para persuadir a los demás de nuestras ideas. Los sofistas sostuvieron que la verdad y la moralidad son relativas a la perspectiva individual de cada persona. El método sofista se centró en la persuasión y el uso de la razón.
Por otro lado, la escuela socrática se enfocó en la búsqueda de la verdad y la moralidad a través del diálogo y el razonamiento crítico. Sócrates creía que la virtud se puede enseñar a través del diálogo y la reflexión crítica, guiando a los estudiantes hacia una comprensión más profunda de los principios éticos universales. El método socrático se basó en el diálogo y la reflexión crítica, cuestionando las creencias y prejuicios de los estudiantes.
Kant distingue tres tipos de acción en relación al deber: acciones por deber, acciones conforme al deber y acciones contrarias al deber.
Las acciones por deber son aquellas que realizamos simplemente porque son nuestro deber, sin importar las consecuencias o motivaciones. Por ejemplo, pagar impuestos aunque no queramos hacerlo porque es nuestra responsabilidad como ciudadanos.
Las acciones conforme al deber son aquellas que hacemos porque son lo correcto y están de acuerdo con nuestras motivaciones. Por ejemplo, ayudar a un amigo en necesidad porque nos importa su bienestar.
Las acciones contrarias al deber son aquellas que vamos en contra de lo que se espera de nosotros y son moralmente incorrectas. Por ejemplo, robarle a alguien porque queremos algo que no es nuestro.
El tipo de acción propiamente moral es la acción por deber, ya que es la única que se realiza por un sentido del deber sin importar las consecuencias o las motivaciones personales. En otras palabras, sólo las acciones por deber son totalmente desinteresadas, y por lo tanto son moralmente valiosas.
Para Kant, la libertad consiste en la capacidad de actuar de acuerdo con la razón y el deber moral, sin estar limitados por nuestras inclinaciones o deseos personales. La libertad es necesaria para que podamos actuar por deber y de acuerdo con la moralidad, y no sólo de acuerdo con nuestros intereses o deseos personales. Además, la libertad es la condición para la responsabilidad moral, ya que sólo podemos ser moralmente responsables de nuestras acciones si somos libres para elegir cómo actuar.
Dos de las escuelas morales post-aristotélicas (helenísticas) que se pueden relacionar con la definición de Aristóteles del ser humano como ‘animal racional’ son la escuela estoica y la escuela epicúrea.
La escuela estoica, fundada por Zenón de Citio, destacaba la razón como la herramienta fundamental para la comprensión de la realidad y la toma de decisiones. Según los estoicos, la razón es la única facultad que nos permite discernir el bien del mal y actuar en consecuencia. Por lo tanto, la escuela estoica privilegia la parte ‘racional’ de la definición aristotélica del ser humano. La razón es vista como la fuente de la sabiduría, la virtud y la felicidad.
Por otro lado, la escuela epicúrea, fundada por Epicuro, destacaba la satisfacción de los deseos y la ausencia de dolor como la clave para una vida feliz y virtuosa. Según los epicúreos, la razón es importante para comprender lo que es necesario para nuestra felicidad y bienestar, pero no es la única guía para nuestras acciones. La escuela epicúrea privilegia la parte ‘animal’ de la definición aristotélica del ser humano. Los epicúreos creían que nuestra búsqueda de placer y satisfacción de los deseos es natural y no debe ser reprimida, siempre y cuando no cause dolor o daño a otros.
En resumen, la escuela estoica enfatiza la razón como la fuente de la sabiduría y la virtud, mientras que la escuela epicúrea enfatiza la satisfacción de los deseos como la clave para una vida feliz y virtuosa. Ambas escuelas hacen referencia a la definición de Aristóteles del ser humano como ‘animal racional’, pero privilegian diferentes aspectos de esa definición en sus propuestas morales.
El criterio utilitarista para actuar éticamente en cualquier circunstancia es buscar la mayor felicidad posible para el mayor número de personas involucradas en una situación. Es decir, se trata de maximizar el bienestar general y minimizar el sufrimiento. Esta postura ética se asocia con la escuela filosófica del utilitarismo.