Portada » Psicología y Sociología » Enseñanza de los Conceptos de Tiempo y Espacio en Ciencias Sociales
En las Ciencias Sociales, nos encontramos con un desafío al explicar los conceptos de tiempo y espacio, los cuales se complementan mutuamente. En el currículo de Ciencias Sociales para diferentes ciclos, se recogen claramente estos dos términos: el tiempo tiene más relación con la Historia y el espacio con la Geografía.
Son dos términos que se deben ir enseñando y aprendiendo en las diferentes etapas educativas, no solo en Primaria, sino también en Secundaria, e incluso desde Infantil.
La cuestión del tiempo es muy compleja. No existe una definición unitaria del mismo, y dentro de cada rama del saber hay diferentes definiciones. En nuestra materia, el tiempo tiene una razón de cronología, relacionada con el avance a lo largo de la vida de las personas. También existen razones técnicas, como la fragmentación de días o la división de años, que son formas convencionales de dividir el tiempo inventadas por el hombre.
Adquirir un concepto de tiempo, sobre todo los conceptos históricos, es muy difícil para un niño de Primaria. La dificultad no radica en que un niño aprenda una palabra como «Edad Media», sino en que aprenda a relacionar propiamente el paso del tiempo y la evolución. Aprender nombres como Prehistoria o Edad Antigua ayuda a centrarse dentro del paso del tiempo, pero lo realmente difícil en las Ciencias Sociales es comprender la evolución temporal.
Los niños llegan a Primaria sin haber interiorizado el cómputo del tiempo. Saben lo que es el pasado o el futuro, pero su comprensión es limitada. Por ejemplo, pueden usar «ayer» para referirse a un evento pasado que ocurrió hace más tiempo, o «mañana» como un futuro lejano.
La primera labor importante es la comprensión de los conceptos temporales del niño. Que el niño sepa relacionar que lo pasado influye en lo posterior. Que aprenda las medidas de contabilidad del tiempo y que sepa establecer esa implantación temporal de los humanos.
El niño tendrá muchos apoyos para adquirir estos conocimientos en su vida social, fundamentalmente la familia, y a través de las generaciones: el tiempo de los padres (un tiempo intermedio) y el de los abuelos (un tiempo lejano). Con esto es con lo que el niño llega a la Educación Primaria; el resto lo aprenderá en la escuela. El niño sigue sin comprender el paso del tiempo en su vida social, sobre todo en lo cronológico y la historia, y solo lo aprenderá en el ámbito escolar.
El concepto de espacio es igualmente difícil de apreciar porque el niño solo percibe el espacio próximo a él, y ese concepto de «espacio» es muy limitado, poco más que el entorno en el que se encuentra y realiza sus actividades.
En los primeros estadios del aprendizaje, es muy difícil que el niño comprenda términos espaciales. Puede aprender conceptos como «lejos-cerca» o «alto-bajo», pero más allá de eso, su aprendizaje es casi únicamente sensorial. Lo que aprende a través de los sentidos es lo que realmente asimila.
Un niño puede aprender los puntos cardinales (Norte, Sur, Este, Oeste), pero nada más. El niño necesita comprender que su aprendizaje espacial se basa en su percepción sensorial, y después de esto, se da lugar a la explicación conceptual del espacio, desarrollando una capacidad conceptual espacial que le permita visualizarlo.
El espacio, a diferencia del tiempo, es sensorial. La percepción espacial está relacionada con una parte del cerebro, el hipotálamo. Quien tenga esta área más desarrollada tendrá una mayor percepción espacial. Cada niño tiene un hipotálamo diferente, y aunque se puede mejorar, también hay un componente genético. Por ejemplo, algunos niños aprenden un camino a la primera y otros no.
El proceso de enseñanza-aprendizaje del espacio está limitado por una cuestión puramente biológica, el desarrollo del hipotálamo. Por lo tanto, partimos del espacio próximo para poder ir ampliándolo. Los alumnos deben llegar a aprender las relaciones espaciales entre objetos, que eventualmente se convertirán en accidentes geográficos.
Cuando pasamos del espacio a la Geografía, pasamos de objetos sensoriales a objetos representados. Una vez aprendida la percepción sensorial del espacio, pasamos a representarla. El niño debe adquirir esa capacidad.
Hoy en día, el proceso de aprendizaje-enseñanza tiende a adquirir capacidades y no solo conocimientos. Se busca desarrollar capacidades espaciales, no solo aprenderse un mapa de memoria, sino saber interpretarlo. La enseñanza debe enfocarse en la capacitación, no solo en la transmisión de conocimientos o conceptos.