Portada » Geografía » Energías Renovables: Una Alternativa Sostenible para el Futuro
El sol, el calor interno de la tierra, el viento o las mareas, se llaman energías renovables porque seguirán activas durante millones de años. En la década de 1970, estas energías se consideraron alternativas a las convencionales y son: hidráulica, eólica, solar, biomasa, geotérmica y maremotriz.
En la actualidad, las energías renovables están experimentando un rápido crecimiento. Las causas son variadas: el descenso de los costes tecnológicos, el encarecimiento de los combustibles fósiles, el pago de un canon por emisiones de CO2 y, sobre todo, las subvenciones que han otorgado los gobiernos para impulsar su desarrollo.
Su uso presenta grandes ventajas. La primera está en la diferencia con los combustibles fósiles, que solo se encuentran en zonas determinadas. Estas energías están disponibles en mayor o menor medida en todo el mundo. La segunda ventaja es su escaso impacto ambiental. Sin embargo, también existen algunos inconvenientes, como la discontinuidad o irregularidad del suministro y el difícil almacenamiento de la energía producida. Se prevé que en 2035, un tercio de la electricidad provendrá de fuentes renovables.
Esta energía aprovecha la fuerza del agua para generar electricidad. Es la energía renovable más utilizada.
Es la segunda fuente de energía renovable más utilizada. El viento produce electricidad gracias a los aerogeneradores.
Para aprovechar la energía del sol, captamos su luz y calor mediante paneles solares. Hay dos tipos: la energía solar térmica y la fotovoltaica.
Transforma la materia orgánica en energía calórica.
Aprovecha el calor interno de la tierra.
Utiliza el movimiento de las mareas, olas y corrientes.
Son todas las actividades que transforman una materia prima en un recurso elaborado. En la industria se dan las siguientes condiciones: que se usen máquinas y energía, que se realice en espacios cerrados donde se concentran trabajadores y que se elaboren productos en masa. La industria está muy ligada al desarrollo, pues la industrialización ha sido y es un factor que promueve el crecimiento económico.
La industria nació en Inglaterra en el siglo XVIII, cuando se dieron las condiciones para crear un nuevo modelo de producción que se basa en: las innovaciones técnicas, en las que las máquinas realizan parte de la producción; la división del trabajo, donde la producción se descompuso en múltiples tareas realizadas por obreros y se ahorraba tiempo y aumentaba la productividad; y la producción a gran escala, donde al fabricar muchos productos se reducían los precios de venta e impulsaba el comercio internacional.
La industrialización cambió la economía y la sociedad. Provocó crecimiento en las ciudades, lo que llevó a la revolución industrial que se extendió por Alemania, Bélgica y Francia.
A finales del siglo XIX, Estados Unidos creó el modelo fordista, que se trata de un modo de producción en cadena. Con esto, la producción aumentó enormemente y se redujeron los costes por unidad, poniéndolos al alcance de todos. Las industrias se clasifican según su grado de innovación y desarrollo, distinguiendo entre industrias maduras e industrias de tecnología punta. También se clasifican por el destino de los productos, existiendo industrias de base, que fabrican productos para el desarrollo de otras industrias, y las industrias de bienes de consumo, cuya producción va directa a los consumidores.
Ahora se emplea el modelo postfordista, que se basa en el desarrollo de nuevas tecnologías e industrias, en la satisfacción de los gustos individuales de cada consumidor, en un sistema de producción flexible, automatizado y altamente especializado, y en la incorporación de países emergentes.
Hoy en día, las empresas invierten en investigación e innovación tecnológica. Dos innovaciones han supuesto una revolución para la industria: la búsqueda de nuevos materiales y el desarrollo de la nanotecnología, que es la fabricación de dispositivos electrónicos diminutos.
La descentralización productiva es una nueva estrategia que consiste en desprenderse de alguna fase de producción y se puede realizar de 3 maneras:
La industria tiende a utilizar sistemas automáticos de producción. El objetivo de la automatización es rebajar los costes de producción mejorando la productividad, lo cual tiene consecuencias:
Para mejorar la calidad de los productos y ser más competitivos, las industrias desarrollan servicios periféricos, como el marketing, la logística, el diseño, la investigación, etc., que pertenecen al sector terciario pero están integrados al proceso industrial.
Una multinacional es una empresa muy competitiva que utiliza tecnologías muy avanzadas, realiza fuertes inversiones en investigación y es capaz de producir grandes cantidades de un producto a precios muy bajos.
Los factores de localización son determinantes para la industria. Algunos de ellos son: