Portada » Medicina y Salud » Enciclopedia de Enfermedades: Guía Completa de Patologías
Condición caracterizada por parálisis completa o incompleta de un lado del cuerpo. Se acompaña de alteraciones funcionales (cefaleas, vómitos, alteraciones del pulso y la tensión arterial), físicas (posición en gatillo de fusil, rigidez de nuca con hipertensión o signo de Kerning) y humorales (alteración microscópica del líquido cefalorraquídeo).
Inflamación de las meninges, membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, causada por una infección viral o bacteriana. Los síntomas incluyen fiebre alta, cefalea intensa, vómitos y rigidez de nuca.
Enfermedad cerebral crónica que se caracteriza por convulsiones recurrentes. Las convulsiones son causadas por descargas eléctricas anormales en las células cerebrales y pueden provocar pérdida de consciencia, control de esfínteres y movimientos involuntarios.
Dolor o malestar en la cabeza. Existen diferentes tipos de cefalea, como la cefalea tensional, la migraña y la cefalea en racimo. Algunas cefaleas son inducidas por factores específicos, mientras que otras no tienen una causa clara.
Trastorno neurodegenerativo progresivo e irreversible que afecta al cerebro. Se caracteriza por la destrucción y desaparición de neuronas en la corteza cerebral, lo que provoca demencia. Los síntomas incluyen pérdida de memoria, especialmente de acontecimientos recientes, dificultad para planificar, resolver problemas y realizar tareas cotidianas. Con el tiempo, la demencia se agrava y aparecen trastornos del lenguaje, la capacidad de reconocer objetos y personas, y la coordinación motora.
Trastorno neurodegenerativo crónico que afecta al sistema nervioso central. Se caracteriza por temblores, rigidez muscular, alteraciones en la actividad motora, dificultad para mantener el equilibrio y movimientos involuntarios.
Enfermedad autoinmunitaria que afecta al sistema nervioso central. Se caracteriza por la desmielinización, un proceso que daña la capa protectora de las fibras nerviosas. Los síntomas varían según la ubicación de la lesión en el sistema nervioso central y pueden incluir alteraciones motoras, sensitivas, vesicales, intestinales y oculares.
Enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las neuronas motoras, responsables de controlar los movimientos musculares voluntarios. Provoca debilidad muscular progresiva, atrofia muscular, dificultades para hablar, tragar y respirar.
Inflamación del cerebro, generalmente causada por una infección viral. Los síntomas incluyen cefalea intensa, dolor de cuello, fiebre alta, confusión, convulsiones y alteraciones del estado mental.
Dolor intenso y punzante a lo largo del recorrido de un nervio, causado por irritación o daño del mismo.
Trastorno que afecta a los nervios periféricos, los cuales transmiten información entre el cerebro y la médula espinal y el resto del cuerpo. Los síntomas varían según el tipo y la gravedad de la neuropatía, pero pueden incluir dolor, entumecimiento, hormigueo, debilidad muscular y problemas de equilibrio.
Conjunto de síntomas que indican inflamación de los glomérulos, las unidades funcionales del riñón responsables de filtrar la sangre. Se caracteriza por hematuria (presencia de sangre en la orina), proteinuria (presencia de proteínas en la orina), edema (hinchazón) e hipertensión arterial. Puede ser causado por infecciones, enfermedades autoinmunitarias u otras enfermedades subyacentes.
Conjunto de síntomas que indican daño en los glomérulos, lo que permite que se filtren proteínas de la sangre a la orina. Se caracteriza por proteinuria, edema, hipoalbuminemia (disminución de proteínas en sangre), hiperlipidemia (aumento de colesterol y triglicéridos) e hipertensión arterial.
Condición en la que los riñones pierden la capacidad de filtrar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Puede ser aguda (pérdida repentina de la función renal) o crónica (deterioro progresivo e irreversible de la función renal). Las causas de la insuficiencia renal aguda incluyen disminución del flujo sanguíneo a los riñones, daño renal directo, obstrucción de las vías urinarias e infecciones. La insuficiencia renal crónica puede ser causada por diabetes, hipertensión arterial, enfermedades autoinmunitarias y otras enfermedades subyacentes.
Infección del riñón, generalmente causada por bacterias que ascienden desde las vías urinarias inferiores. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor lumbar, náuseas, vómitos y micción frecuente y dolorosa.
Infección de la vejiga, generalmente causada por bacterias. Los síntomas incluyen micción frecuente y urgente, dolor o ardor al orinar, presencia de sangre en la orina y dolor pélvico.
Presencia de cálculos (piedras) en los riñones o las vías urinarias. Los cálculos renales pueden causar dolor intenso (cólico nefrítico) cuando obstruyen el flujo de orina.
Condición en la que la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroidea. Puede ser causada por la enfermedad de Graves-Basedow (trastorno autoinmunitario), nódulos tiroideos hiperactivos o tumores. Los síntomas incluyen nerviosismo, intolerancia al calor, pérdida de peso, aumento del apetito, taquicardia, temblores, sudoración excesiva, cambios en el estado de ánimo, debilidad muscular, ojos saltones (exoftalmos) y bocio (agrandamiento de la glándula tiroides).
Condición en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea. Puede ser causada por tiroiditis de Hashimoto (trastorno autoinmunitario), deficiencia de yodo, cirugía de tiroides o tratamiento con yodo radiactivo. Los síntomas incluyen fatiga, aumento de peso, intolerancia al frío, estreñimiento, piel seca, caída del cabello, depresión, dificultad para concentrarse y bradicardia.
Condición en la que la glándula pituitaria produce demasiada hormona del crecimiento en la edad adulta. Generalmente es causada por un tumor benigno en la glándula pituitaria. Los síntomas incluyen crecimiento excesivo de las manos, los pies, la mandíbula y otros huesos, dolor articular, sudoración excesiva, apnea del sueño y síndrome del túnel carpiano.
Condición en la que el cuerpo está expuesto a niveles altos de la hormona cortisol durante mucho tiempo. Puede ser causado por el uso prolongado de corticosteroides o por un tumor que produce cortisol. Los síntomas incluyen aumento de peso, especialmente en la cara (cara de luna llena), el abdomen y la parte superior de la espalda, estrías rojas o moradas en la piel, adelgazamiento de la piel, acné, hirsutismo (crecimiento excesivo de vello), debilidad muscular, hipertensión arterial, diabetes y cambios en el estado de ánimo.
Enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario ataca y destruye las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir insulina. La diabetes tipo 2 es una enfermedad en la que el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente insulina. Los síntomas de la diabetes incluyen aumento de la sed, micción frecuente, aumento del apetito, pérdida de peso inexplicable, fatiga, visión borrosa, heridas que tardan en cicatrizar y entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies.
Infección bacteriana de una glándula sebácea en el párpado. Se caracteriza por la aparición de un bulto rojo, doloroso e inflamado en el párpado.
Opacidad del cristalino del ojo, que normalmente es transparente. Las cataratas pueden causar visión borrosa, doble visión, halos alrededor de las luces, dificultad para ver con poca luz y pérdida gradual de la visión.
Pérdida de la capacidad de enfoque del ojo, lo que dificulta la visión de objetos cercanos. Es una parte natural del envejecimiento y generalmente comienza a partir de los 40 años.
Inflamación de los párpados, generalmente causada por una infección bacteriana o una disfunción de las glándulas sebáceas del párpado. Los síntomas incluyen enrojecimiento, picazón, ardor, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño en el ojo, costras en las pestañas y visión borrosa.
Defecto congénito del ojo que se caracteriza por una abertura o hendidura en una de las estructuras del ojo, como el iris, la retina o el nervio óptico. Los síntomas varían según la ubicación y el tamaño del coloboma, pero pueden incluir pérdida de visión, visión borrosa, imágenes fantasma y sensibilidad a la luz.
Producción excesiva de lágrimas o la obstrucción del conducto lagrimal. Puede ser causada por infecciones, alergias, irritantes ambientales, ojo seco, conjuntivitis, blefaritis, ectropión (párpado girado hacia afuera) o entropión (párpado girado hacia adentro).
Trastorno del desarrollo de la visión en el que un ojo no desarrolla una visión normal durante la infancia. Generalmente se debe a un desequilibrio en la forma en que el cerebro procesa las imágenes de cada ojo. Si no se trata a tiempo, puede causar pérdida de visión permanente en el ojo afectado.
Condición grave en la que la retina se separa de la parte posterior del ojo. Puede ser causada por un desgarro en la retina, traumatismo ocular, diabetes o miopía alta. Los síntomas incluyen destellos de luz, moscas volantes (manchas flotantes en el campo visual), visión borrosa y pérdida repentina de la visión.
Complicación de la diabetes que afecta a los vasos sanguíneos de la retina. Con el tiempo, la retinopatía diabética puede causar pérdida de visión e incluso ceguera. Los síntomas pueden incluir visión borrosa, manchas oscuras en el campo visual, dificultad para ver con poca luz y pérdida de la visión central.
Grupo de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico, que conecta el ojo con el cerebro. El glaucoma generalmente está asociado con un aumento de la presión intraocular. Si no se trata, puede causar pérdida de visión periférica y, finalmente, ceguera. Los síntomas pueden incluir pérdida de visión periférica, visión de túnel, halos alrededor de las luces, dolor ocular intenso, náuseas y vómitos.
Inflamación de la conjuntiva, la membrana delgada y transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. Puede ser causada por infecciones (virales, bacterianas), alergias o irritantes. Los síntomas incluyen enrojecimiento, picazón, ardor, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño en el ojo y secreción (legañas).
Inflamación de la córnea, la capa transparente que cubre la parte frontal del ojo. Puede ser causada por infecciones (virales, bacterianas, fúngicas), lesiones oculares, uso prolongado de lentes de contacto, ojo seco y exposición a la luz ultravioleta (UV). Los síntomas incluyen dolor ocular, enrojecimiento, visión borrosa, sensibilidad a la luz, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño en el ojo.
Pérdida parcial o total de la audición. Puede ser causada por factores genéticos, envejecimiento, exposición a ruidos fuertes, infecciones, enfermedades, lesiones en la cabeza y ciertos medicamentos.
Inflamación del oído. La otitis externa afecta al oído externo (conducto auditivo externo), la otitis media afecta al oído medio (detrás del tímpano) y la otitis interna afecta al oído interno (laberinto). Los síntomas varían según el tipo de otitis, pero pueden incluir dolor de oído, fiebre, pérdida de audición, zumbido en los oídos (tinnitus), secreción del oído y mareos.
Trastorno del oído interno que afecta al equilibrio y la audición. Se caracteriza por episodios de vértigo (sensación de giro), pérdida de audición fluctuante, tinnitus y sensación de presión en el oído. La causa exacta del síndrome de Ménière se desconoce, pero se cree que está relacionada con un problema en el líquido del oído interno.
, diferencias de presión entre la parte interna y externa del tímpano.