Portada » Biología » El Suelo: Formación, Componentes y Tipos
El suelo es una capa superficial delgada de la corteza terrestre que se forma sobre rocas, aluviones o depósitos de derrubios. Su formación es el resultado de la interacción de procesos físicos, químicos y biológicos, como la meteorización y la acción de los seres vivos, especialmente las plantas.
Desde una perspectiva medioambiental, el suelo es una interfase crucial entre la geosfera, la atmósfera y la biosfera. Actúa como un ecosistema esencial para el cierre de los ciclos naturales.
Económicamente, el suelo es fundamental para la agricultura, la base de la subsistencia humana y el sustento de los ecosistemas terrestres.
La ciencia que estudia los suelos es la Edafología, una disciplina de gran importancia actual debido a la necesidad de mejorar los suelos agrícolas, conservar los suelos forestales y prevenir la desertificación. Los fenómenos y procesos relacionados con los suelos se denominan procesos edáficos.
La formación de un suelo se inicia sobre una roca madre, que puede ser una roca meteorizada, un aluvión o un manto de derrubios.
Los suelos jóvenes son delgados y tienen pocos horizontes, mientras que los suelos maduros son más espesos y presentan horizontes bien diferenciados, a veces con subhorizontes.
Los horizontes edáficos son capas horizontales que se desarrollan en el suelo, cada una con características específicas de composición, textura, estructura y color. La secuencia vertical de horizontes se denomina perfil del suelo.
Los componentes inorgánicos del suelo provienen de la meteorización física y química de la roca madre. Se clasifican en tres fases:
Los suelos francos, con proporciones equilibradas de arena, limo y arcilla, presentan un drenaje adecuado. Un suelo ideal para cultivos contiene aproximadamente 50% de sólidos, 25% de agua y 25% de aire.
El principal componente orgánico es el humus, producto de la descomposición de la materia orgánica. El humus se clasifica en:
El humus se descompone liberando sales minerales que las plantas absorben.
En climas extremos o en pendientes pronunciadas, la formación del suelo se ve dificultada o impedida. Los climas extremos limitan el desarrollo de la vegetación y la meteorización, mientras que las pendientes pronunciadas favorecen la erosión y dificultan la estabilización del suelo.