Portada » Historia » El Sistema Canovista y la Restauración Borbónica en España (1874-1885)
En 1874, el príncipe Alfonso hacía público su Manifiesto de Sandhurst, en el que garantizaba una monarquía dialogante, constitucional y democrática, y su voluntad de aceptar avances políticos. Cánovas del Castillo tuvo que convencer a Isabel II de que su vuelta a España por la fuerza sería un fracaso y que debía aceptar la alternativa de Alfonso.
Cánovas preparaba la vuelta a la monarquía borbónica, pero los generales monárquicos Martínez Campos y Jovellar se adelantaron y en Sagunto realizaron un pronunciamiento en favor de la monarquía. El gobierno republicano autoritario de Serrano cayó y Cánovas creó un Ministerio-Regencia formado por hombres del Partido Moderado y de la Unión Liberal.
Los primeros gobiernos conservadores fueron los de Cánovas, Jovellar y Martínez Campos.
El primer gobierno de Cánovas continuó la situación de la república con Serrano. Robledo, en Gobernación, impuso la censura de prensa ante las elecciones de 1875 y ordenó a los civiles manipular los resultados.
El partido canovista gobernaba en régimen de partido único.
Cánovas se apoyó en los generales alfonsinos y reingresó a los oficiales apartados durante el Sexenio Revolucionario. Convirtió al rey en un rey-soldado para reforzar políticamente al ejército y tenerle a su lado en el proceso de cambio político. Intentó reforzar a la nobleza, incluso concedió nuevos ennoblecimientos.
Reorganizó la administración poniendo en sus puestos a dirigentes alfonsinos, especialmente en el cargo de gobernadores civiles.
Las primeras medidas de Cánovas pretendían restablecer la autoridad de la Corona restaurada:
En diciembre se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes. El proceso electoral fue manipulado por Robledo para asegurar una amplia mayoría de los resultados.
Texto de carácter conservador pero flexible para permitir gobernar de manera estable a los partidos que aceptaran el sistema.
En los años siguientes, el ejército consiguió poner fin a los dos conflictos bélicos iniciados en el periodo anterior. El ejército, dirigido por Jovellar y Primo de Rivera, derrotó al carlismo en 1876 con la Proclamación de Somorrostro.
En Cuba, la Paz de Zanjón en 1878 ponía fin a la Guerra de los Diez Años.
El primer objetivo de Cánovas fue asentar firmemente la monarquía. Para él, monarquía y Cortes eran los dos pilares básicos de la historia de España.
El sistema se abría a todos los partidos que aceptaran la monarquía restaurada y la alternancia en el gobierno. El objetivo era acabar con el pronunciamiento como vía para la toma de poder, por ello el ejército debía volver a los cuarteles y cumplir su misión constitucional. El nuevo presidente recibía el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones.
El nuevo gobierno fabricaba los resultados electorales (encasillado). Se procedía a manipular las elecciones a través de la red de caciques y autoridades repartidas por todo el país.
El régimen de la Restauración fue muy conservador: políticos conservadores, hombres de negocios, terratenientes, jerarquías eclesiásticas y mandos militares, compartían la defensa del orden social y de la propiedad, y el apoyo a la monarquía como garantía de estabilidad. A su vez, identificaban la República con la anarquía y la subversión.
Al principio se apoyó al nuevo régimen, pero visto que participar en las elecciones era inútil, la opinión pública se fue apartando del régimen parlamentario canovista. Hacia finales del siglo, la difusión de la prensa y el surgimiento de nuevos partidos comenzó a resquebrajar el sistema de la Restauración.
Los dos grandes partidos del turno serán:
El Partido Conservador gobernará hasta 1881.
La legislación de los gobiernos conservadores mantuvo y acentuó la política represiva inicial:
En 1881 parecía funcionar el turno. Cánovas dimitió y Alfonso XII nombró presidente del gobierno a Sagasta, del Partido Liberal.
Entre sus reformas jurídicas destaca la Ley General de Enjuiciamiento Criminal. En política internacional, vinculó a España a la alianza de los Tres Emperadores propiciada por Bismarck.
Lo más innovador fue la Comisión de Reformas Sociales.
Sagasta también utilizó el pucherazo para ganar las elecciones. La oposición no contó con demasiadas posibilidades en este primer ambiente liberal de la Restauración. Sectores católicos protestaron, el PSOE generó un importante impulso entre los anarquistas.
En relación con la política económica, las medidas librecambistas desgastaron al gobierno.
Sagasta dimitió dando paso al gobierno liberal de Herrera.
El asentamiento de la monarquía restaurada se hizo evidente tras el fracaso de los levantamientos republicanos.
El rey llamó de nuevo a Cánovas en 1884, manipulando las elecciones con Robledo.
El gobierno sufrirá un rápido desgaste por:
En 1885 moría Alfonso XII.
Cánovas y Sagasta se reunieron y decidieron el traspaso del poder a los liberales mediante un acuerdo: el Pacto del Pardo. La finalidad era defender a la monarquía. Un gobierno liberal dará inicio a la Regencia de María Cristina.