Portada » Lengua y literatura » El siglo XX: Historia, guerras y movimientos artísticos
Para comprender el siglo XX, debemos partir de una fecha clave: 1898. La derrota española ante EE. UU. y la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas marcaron el fin de un imperio y generaron una profunda crisis social. La filosofía y la literatura desempeñaron un papel fundamental en los primeros años del siglo.
Dos eventos históricos definieron el rumbo del siglo XX: las guerras mundiales. La Primera Guerra Mundial (1914) y la Segunda Guerra Mundial (1939) impactaron profundamente a la humanidad. España, aunque al margen de ambas, sufrió una cruenta guerra civil (1936-1939) que instauró una dictadura bajo el mando del general Francisco Franco.
En Europa, surgieron regímenes totalitarios como los de Adolf Hitler en Alemania y Benito Mussolini en Italia. La Segunda Guerra Mundial, el mayor desastre de la humanidad, enfrentó a los Aliados (liderados por Francia y Gran Bretaña) contra las Potencias del Eje (lideradas por Alemania e Italia). Entre las causas se encuentran la política imperialista de Alemania y Japón, el auge de ideologías totalitarias y el militarismo, además de las secuelas de la crisis de 1929. Las consecuencias fueron devastadoras: 55 millones de muertos, 70 millones de heridos y economías destrozadas.
Tras la guerra, la creación de las Naciones Unidas (ONU) buscó evitar futuros conflictos y defender la paz y los derechos humanos. El mundo quedó dividido en dos bloques ideológicos: el capitalista, liderado por EE. UU., y el comunista, liderado por la URSS, dando inicio a la Guerra Fría.
En España, la muerte de Franco en 1975 marcó el inicio de la transición a la democracia.
La literatura del siglo XX está intrínsecamente ligada a la filosofía. Pensadores como Nietzsche, Schopenhauer y Kierkegaard influyeron decisivamente en autores de principios de siglo, y sus teorías permearon la literatura posterior.
Desde la Edad Media, la sociedad ha evolucionado ideológicamente. La sociedad teocéntrica medieval cambió con el Renacimiento, dando paso a un antropocentrismo que situaba al hombre en el centro del universo. Hasta el siglo XVI, literatura y filosofía caminaron juntas; posteriormente, se separaron. Las corrientes filosóficas se radicalizaron, pasando por el racionalismo, el positivismo, etc., hasta llegar al existencialismo (siglo XIX y XX).
El existencialismo aborda temas propios de la condición humana: el sentido de la existencia, la muerte, el tiempo y la libertad. El miedo a la muerte, presente desde tiempos ancestrales, se manifiesta con mayor claridad en este periodo. La angustia existencial se refleja en la literatura. El hombre del siglo XX se caracteriza por el nihilismo y el pragmatismo, habiendo perdido la confianza en sí mismo, en la vida y en Dios.
Las guerras mundiales contribuyeron a este sentimiento, dejando al hombre ante la barbarie sin respuestas a sus interrogantes. El existencialismo, entre otras posturas filosóficas, intenta dar respuesta a estas inquietudes. Los escritores de la época manifestaron abiertamente su agnosticismo, ateísmo o antiteísmo, aunque algunos conservaron su fe.
La literatura del siglo XX es compleja, con una rápida sucesión de movimientos literarios. A esto se suma la presencia de escritores realistas que siguieron publicando durante el primer tercio del siglo. Todos los géneros fueron cultivados, pero la novela se convirtió en el principal vehículo para expresar ideas.