Portada » Psicología y Sociología » El Ser Humano: Una Perspectiva Biopsicosocial
Homo faber: El hombre como animal que trabaja y fabrica múltiples artefactos y herramientas gracias a la tecnología para transformar y adaptar el medio a sus necesidades. Por esta razón los antropólogos suelen decir que el hombre no es un «mono desnudo», sino más bien un «mono vestido».
Homo ludens: El hombre como único animal en el que el juego, además de tener un componente de diversión o divertimento, incluye un elemento competitivo con el cual organizamos todas las jerarquías tanto individuales como sociales (ganadores y perdedores, buenos y malos…).
Homo destructor: El hombre como único animal que destruye su entorno porque debido a la economía capitalista y al estado de bienestar ha llegado a comprometer la propia sostenibilidad del medioambiente y, con ello, su propia supervivencia.
Homo mendax: El hombre es capaz de mentir y utilizar el lenguaje para engañar a sus congéneres y obtener, en su más amplio sentido, cualquier tipo de beneficio de ello.
Homo viator: El hombre como único animal que está siempre en camino, puesto que su ser es «ser para la muerte»; por esta razón, desde el existencialismo, el hombre no nace sino que se hace, el hombre no tiene naturaleza o esencia sino que tiene cultura.
Homo homini lupus: «El hombre como un lobo para el hombre», frase acuñada por Tomás Hobbes, pensador inglés del siglo XVI y teórico del estado absoluto, según el cual el hombre es violento y malo por naturaleza con sus congéneres. Otra afirmación relevante en este sentido es la del filósofo francés Montaigne, según la cual «No hay ninguna bestia que deba ser tan temida por el ser humano como el ser humano».
Homo videns: El hombre como animal que está actualmente reconfigurando su propia estructura cerebral en función de las nuevas exigencias del nuevo tratamiento digital de la información.
Homo inbibens: Investigaciones recientes han puesto de manifiesto que las propiedades psicoactivas del alcohol están quizá a la base del salto evolutivo que supuso el desarrollo en nuestro cerebro racional o el neocórtex del lenguaje, las artes, la creatividad, la religión…
Antropogénesis: Proceso evolutivo que condujo desde los antiguos primates hasta la nueva especie (Homo Sapiens Sapiens).
Hominización: Proceso evolutivo seguido a partir de los primeros homínidos (Australopithecus) hasta la aparición del Homo Sapiens Sapiens.
Humanización: Proceso de desarrollo cultural que configura la especificidad del ser humano (cultura como «segunda naturaleza»).
Ortognatismo: Característica propia de la evolución biológica del hombre consistente en la significativa disminución de las mandíbulas y de los músculos masticadores frente a los de los grandes simios.
Altricialidad secundaria: Neotenia o nacimiento inmaduro.
Ecumenismo cultural: Característica propia de la especie humana según la cual esta constituye una sola especie que, sin embargo, ha sido capaz de habitar casi toda la tierra adaptando la naturaleza a sus necesidades vitales.
Etnocentrismo: Posición consistente en considerar la cultura propia como la única cultura válida, de manera que se desprecia al resto de las culturas simplemente por ser diferentes.
Universalismo: Posición ante la diversidad cultural consistente en defender que hay unos derechos válidos, iguales y universales para todas las culturas.
Interculturalismo: Posición ante la diversidad cultural consistente en defender que se trata de un hecho enriquecedor y deseable siempre que se fundamente en la tolerancia, el diálogo y el respeto mutuo.
1. Tallo encefálico: Lo compartimos con el resto de los seres vivos y regula las funciones básicas como la respiración, los latidos del corazón, etc.
2. Cerebro reptiliano: Lo compartimos con los reptiles y regula las funciones de territorialidad, la agresividad, la jerarquía social y el ritual.
3. Sistema límbico o cerebro emocional: Lo compartimos con los grandes mamíferos y regula nuestros estados de ánimo y emociones.
4. Corteza cerebral (neocórtex) o cerebro racional: Es específica de los primates y regula las funciones propiamente humanas relacionadas con la racionalidad, la inteligencia, la ciencia, la técnica, el arte, la cultura, la moralidad y la consciencia, tal y como radican en la corteza prefrontal.