Portada » Filosofía » El ser humano como sujeto del comportamiento moral
En el politeísmo grecorromano, los dioses se parecían a los seres humanos y su comportamiento reflejaba las maldades y virtudes humanas. El cristianismo creía en un Dios espiritual, todopoderoso y dotado de perfección, que había creado al hombre a su imagen y semejanza, dotándolo de un alma inmortal. Este Dios se reencarnaría en la figura de Jesucristo y viviría (y moriría) humanamente para traer un mensaje de salvación. EL cristianismo incorpora el concepto de un Dios personal, con el que el hombre puede mantener una relación de intimidad a través de la oración. No obstante a causa del pecado de Adán y Eva por desobedecer la voluntad de Dios, todo ser humano nace con una mancha que debe limpiar en el bautismo. De este modo, se compromete a hacer un buen uso de la libertad que le ha sido concedida por Dios, siguiendo los mandamientos y llevando a cabo una vida inspirada por el amor al prójimo. ESte sentimiento de amor universal hacia el resto de los seres humanos, que son concebido como “hermanos” en tanto que todos somos hijos de Dios Padre, dará lugar a una idea: la necesidad de saber perdonar. De la misma manera que el hombre reconoce su imperfección y sabe que sin la misericordia divina no sería posible la salvación, debe imitar el modelo de Cristo. DUrante la Edad Media grandes teólogos como San Agustín de Hipona o Santo Tomás de Aquino destacaron en la elaboración de una filosofía cristiana.
Todos hemos tenido alguna vez experiencia del dolor. Ya sea un dolor de muelas, por la pérdida de alguien… Nadie puede evitar el dolor en su vida. En todos los casos hablamos de dolor si existe sufrimiento; sin embargo, hay algo que distingue las experiencias. –El dolor físico. Sensación determinada, caracterizada por su naturaleza desagradable. Este dolor incluye mas varias sensaciones (en intensidad, duración, cualidad…), pero todas ellas tienen un componente físico. –El dolor espiritual o vital es una experiencia de aflicción o angustia que puede estar producida por muchas causas: perdida de alguien, insuficiencias afectivas, insuficiencias materiales, problemas de salud, insatisfacción con uno mismo… Este dolor se considera, a veces, efecto de la finitud humana y otras, en cambio, como la causa de esta. Por una parte, se puede considerar efecto, puesto que a menudo es consecuencia de las limitaciones que nos impone la vida.
//Carácterísticas del dolor espiritual:
Para poder caracterizar este dolor espiritual que acompaña a nuestra existencia hay que diferenciarlo del dolor físico. –Dolor físico: ·Momentáneo o accidental. Padecer dolor no es nuestro estado natural, sino la señal de que algo no funciona o está dañado. ·Tiene que tener una causa, normalmente física: un golpe, herida… ·Es de naturaleza física, por lo que es localizable en una parte del cuerpo, tiene sentido preguntar, ¿Qué te duele? –Dolor vital: ·Puede ser momentáneo o accidental, pero hay pensadores que lo consideran un acompañante inseparable de nuestra existencia. ·Aunque suele tener una causa, puede ser una actitud ante la vida misma. ·No es localizable, porque no tiene naturaleza física, no tiene sentido preguntar, ¿Qué te duele?. HAy pensadores para los que el dolor espiritual no es una simple reacción ante las desgracias que nos ocurren en la vida, sino un rasgo inherente a nuestra existencia. La vida es un “valle de lagrimas” en el que es inútil rebelarse contra el dolor y el sufrimiento. AA pesar de que la concepción de la vida como dolor pueda parecer pesimista y derrotista, suele aportar, al mismo tiempo, una reivindicación de la esperanza como forma de superación de este dolor. La esperanza como confianza en un futuro mejor solo tiene sentido desde el dolor y el sufrimiento.
La toma de conciencia de la ausencia de sentido de la existencia humana tiene lugar, sobre todo, al reflexionar sobre la muerte.
Mientras que en las plantas y en los animales la muerte es un hecho, en el ser humano es un elemento constitutivo de la propia vida. El ser humano es consciente de su propia muerte: saber que inevitablemente ha de morir conlleva que la muerte condiciones toda su existencia, por eso, puede considerarse un elemento fundamental de la propia vida. Sabernos mortales puede dar sentido a nuestra vida y a lo que sucede en ella. LA muerte, parece algo personal, algo intimo. Nuestra muerte nos pertenece de la misma forma que nos pertenece nuestra vida, y nadie puede “vivirla” por nosotros. Para nosotros mismos nuestra muerte es un misterio. Parece que la propia muerte hace que esta sea inexperimentable. PAra algunos pensadores experimentar la muerte de otras personas es una ilusión, (ya que uno mismo no puede experimentarla). Pero el verdadero carácter de la muerte queda velado, oculto, inaccesible para nosotros. SOlo vivimos directamente, íntimamente, lo que la muerte ajena produce en nosotros, el estado en que nos deja la no existencia del otro: la soledad, el desamparo, el carácter definitivo e irremediable, la desesperación, la sensación de injusticia y de falta de sentido… Pero, todos estos sentimientos no son experiencias de lo que es la muerte, sino de lo que esta produce en los demás y no en el que fallece.
//Concepciones de la muerte:
/La muerte definitiva: a pesar de que nadie puede asegurar en qué consiste la muerte, muchas personas se inclinan a pensar que esta supone el final definitivo de toda forma de vida. Suelen mantener esa postura, aunque no exclusivamente, los que conciben al ser humano como un ser íntegramente material. Es lógico, desde el materialismo, sostener que la destrucción del cuerpo es la destrucción completa del ser humano, ya que para estos, no es otra cosa que cuerpo físico. Ante esta concepción de la muerte, son posibles distintas actitudes. –Resignación y aceptación: Esta actitud es propia de los que rechazan cualquier tipo de temor o rebelión ante el hecho de la muerte. Aquí se centra en el epicureísmo. Para esta corriente, una reflexión detenida acerca del carácter de la muerte nos ayudara a comprender lo absurdo que resulta temer algo que nunca vamos a sentir. –Rechazo: A pesar de su carácter inevitable, la mayoría de nosotros suele rebelarse contra su carácter definitivo. Ejemplo de ello puede ser el pensamiento de Miguel de Unamuno. Según él, la creencia, de que nuestra mente, con sus recuerdos, creencias y experiencias personales, sobrevive a la muerte es necesaria para poder vivir. El problema es el hecho de no tener ninguna certeza de que esto vaya a ser así./ La muerte como transito: Para mucha gente, aunque la muerte es perdida de vida, lo es solo en sentido biológico. Desde una perspectiva espiritualista, por ejemplo, es posible aceptar que la mente, o el alma, continúa viviendo a pesar de la muerte del cuerpo. Para los espiritualistas, el ser humano es la uníón de la mente y el cuerpo como dos realidades distintas e independientes y, separables. Para ellos, la muerte no es un dejar de existir definitivo, sino el tránsito de nuestra mente o alma a una vida distinta y, para la mayoría, mejor
Como afirmó Erich Fromm, “en el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte”. Desde su libertad el ser humano no se hace a si mismo: es constructor y construcción a un tiempo. A diferencia de la acción animal, que aparece determinada, el comportamiento humano se define por ser abierto y libre. Precisamente este carácter libre y abierto de la acción es lo que hace al ser humano responsable de sus actos. Un individuo que ante una determinada situación reflexiona, toma una decisión y actúa en concordancia con ella es el autor de esa acción y por tanto ha de responder a ella. ESte carácter libre del actuar humano constituye también la base del carácter moral que posee en exclusividad. La libertad, es decir, la capacidad para decidir y elegir entre vaias opciones posibilita que las acciones concretas que alguien lleva a cabo se ajusten o no a las costumbres y normas de su comunidad. Cuando el sujeto decide actuar de acuerdo con las normas asumidas, actúa correctamente (es moral), cuando decide libremente saltárselas, actúa incorrectamnete (es inmoral. Decimos que el ser humano es esencial e inevitablemente un ser moral. ESte carácter moral del ser humano esta arraigado en nuestra historia como especie. La selección natural favorecíó el éxito de los individuos mas propensos a la sociabilidad. Esto tendencia dio paso a la intuición moral, una especie de sexto sentido que permitía reconocer aquellos comportamientos que contribuían al mantenimiento de la comunidad. MAs tarde, el lenguaje potencio el desarrollo de la capacidad racional, que fijo las primeras normas morales. LA elección de tales normas estuvo fuertemente condicionada por aquella sociabilidad original. LOs seres humanos según vamos creciendo tomamos conciencia de nuestra manera de ser y de pensar, y reflexionamos acerca de las experiencias que vivimos. De este modo se desarrolla progresivamente en nuestro interior una voz intima y personal que denominamos conciencia moral. Esta reflexión valora nuestras propias normas y acciones, con lo que posibilita el progreso o desarrollo moral. Puesto que tiene conciencia moral, se dice que el ser humano es un sujeto moral.
//Las normas morales:
El ser humano tiene que desarrollar su actividad en espacios donde todo responde a determinadas normas que se expresan con carácter de mandato. Las normas pueden referirse a usos, costumbres, tradiciones y, sobre todo, a principios de comportamiento social. Partiendo de lo anterior, se puede definir la norma moral como el valor o precepto de conducta que la conciencia moral considera obligatorio. LAs normas morales no pertenecen al ámbito del ser sino al del deber. El ser es el ámbito de la naturaleza; el deber ser, el ámbito de la naturaleza. Por eso se dice que la ética no es descriptiva, sino normativa. AUnque la norma moral sea de obligado cumplimiento, está íntimamente relacionada con la libertad. Se puede afirmar que las normas morales poseen un doble carácter: de libertad y de obligatoriedad. Las normas morales tienen una doble dimensión, social y personal: -Dimensión social: Prácticamente todas las comunidades poseen un código de normas que regulan la forma en que sus miembros han de actuar y relacionarse. Estas normas pueden estar explicitas en códigos legales, por ejemplo: la prohibición de robar. O pueden hallarse implícitas en los usos y costumbres de esa comunidad, por ejemplo: en caso de accidente, salvar primero a los niños. –Dimensión personal: A diferencia de otro tipo de normas, las normas morales no solo exigen su cumplimiento, sino una convicción interior del sujeto, es decir, es necesario que el sujeto moral reconozca la norma como suya y no como impuesta socialmente. LA conciencia moral es la instancia que asume y asimila estas normas.
La palabra hedonismo significa placer. SE considera hedonista toda doctrina que identifica el placer con el bien y que concibe la felicidad en el marco de una vida placentera. LOS cirenaicos formaron una escuela iniciada por un discípulo de Sócrates, Aritico. Según este filosofo, la finalidad de nuestrs vida es el placer, entendido en sentido positivo como goce sensorial. También el epicureísmo identifica placer y felicidad. Sin embargo, a diferencia de los primeros, define el placer como la mera ausencia de dolor y perturbaciones. Según Epicuro, mediante un cálculo exacto de placeres que tenga en cuetna que un placer hoy puede ser un dolor mañana y, en cambio, lo que hoy se nos presenta con dolor puede anunciar un próximo bien.
El velo de la ignorancia:
John Rawls, filósofo estadounidense, motivado por los principios de imparcialidad y universalidad de las éticas de Kant y Habermas, en su obra teoría de la justicia opto por partir de un recurso eternamente artificial al que denominó posición original. SE trataba de plantear una situación hipotética en la que una serie de personas tendrían que establecer las normas de convivencia que iban a ordenar la sociedad de la que ellos también iban a formar parte, diseñaban normas sin conocer las carácterísticas de ninguno de sus miembros en el lugar que iban a ocupar ellas mismas en la sociedad. ESte desconocimiento recibe el nombre de velo de la ignorancia, y pretende garantizar la imparcialidad de los legisladores. De este modo la situación ideal de diálogo queda aquí revelada por la posición original, que presume que si quienes tienen que hacer Las leyes que van a gobernar la sociedad no supieran después de clase social o trabajo les iba a tocar desempeñar a ellos, mirarían de que nadie en su modelo de sociedad saliera perjudicado, con lo que se Garantizaría que todo el mundo tuviera unos mínimos reconocidos y respetados. DE este modo, se acordarán una serie de derechos básicos para todo el mundo, lo cual contribuiría a definir una auténtica ética de la justicia.