Portada » Español » El Renacimiento: Transformación Cultural y Social
La transición del campesino medieval que paga tributos a su señor al obrero que trabaja por un salario marca el auge del dinero como fuerza motriz de la sociedad. Este cambio se acompaña de un crecimiento de las ciudades, el comercio, la circulación de moneda, las vías de comunicación y la importancia de bancos y banqueros. Estas transformaciones, sin embargo, no están exentas de conflictos.
A pesar de ser un país poderoso, España se ve afectada por una política errónea, guerras continuas, una vida dura para la población y un exceso de poder en manos de la aristocracia. Los moriscos también sufren persecuciones durante este periodo.
El Renacimiento es un periodo cultural y social posterior a la Edad Media que se caracteriza por un renovado interés por la antigüedad clásica. El Humanismo, un movimiento ideológico basado en el saber, el conocimiento y la admiración por la cultura grecolatina, coloca al hombre y su dignidad en el centro del universo. Este concepto se conoce como Antropocentrismo.
La naturaleza se idealiza como reflejo de la perfección divina, transmitiendo equilibrio, armonía y serenidad. El Petraquismo, una corriente literaria, idealiza el amor y a la amada, espiritualizándolos.
La poesía renacentista se caracteriza por la pervivencia de canciones tradicionales y romances, junto con la influencia de la nueva poesía italiana, difundida principalmente por Garcilaso de la Vega. Se produce una vuelta a la antigüedad, con una presencia constante de la mitología. Los versos endecasílabos se alternan con heptasílabos, y se utilizan géneros como églogas, odas, epístolas y elegías, con estrofas como el soneto, la canción, la lira y la silva.
De familia noble, Garcilaso de la Vega fue un caballero renacentista que ejerció una gran influencia en la poesía posterior. Sus sonetos de tema amoroso, canciones y elegías se caracterizan por el predominio del endecasílabo, la musicalidad, la naturalidad y la elegancia.
De familia conversa, Fray Luis de León estuvo marcado por su experiencia en prisión. Su carácter apasionado y su vida agitada explican su deseo de paz. Su obra poética, principalmente odas, muestra influencias de textos bíblicos y la lírica renacentista.
De origen humilde, San Juan de la Cruz fue un fraile carmelita que estudió teología y filosofía en Salamanca. Los carmelitas propugnaban una vida de rigor y pureza. Víctima de conflictos religiosos, fue apresado y encarcelado. Su obra poética, breve pero intensa, incluye poemas místicos como «Cántico Espiritual», «Noche Oscura» y «Llama de Amor Viva».
Entre los autores teatrales del Renacimiento destacan Juan del Encina, Cervantes, Juan de la Cueva y Lope de Vega.
Los relatos renacentistas suelen ser cortos y se incluyen dentro de obras más amplias, sin tener autonomía. Los libros de caballerías y las novelas sentimentales siguen siendo muy leídos durante todo el siglo.
Miguel de Cervantes, autor de la inmortal obra «Don Quijote de la Mancha», también escribió poemas, obras en verso, numerosas obras dramáticas, entremeses y novelas como «La Galatea» (pastoril), «Novelas Ejemplares» (relatos breves) y «El Persiles» (bizantina de aventuras).
Los libros de caballerías tuvieron un enorme éxito entre lectores cultos y el pueblo iletrado. Su popularidad fue tal que se dieron casos de personas que enloquecieron leyendo estas novelas.