Portada » Historia » El Régimen de Franco: Orígenes, Evolución y Aislamiento Internacional
Es destacable la prolongación en el tiempo de un mismo régimen. El régimen franquista guarda paralelismos con el de Primo de Rivera; ambos son militares y regeneracionistas, aunque Franco, sin embargo, articulará un nuevo sistema político. No han transcurrido muchos años desde la muerte de Franco y esta época sigue siendo, en numerosas ocasiones, causa de encendidas polémicas.
Nace en la década de 1890 en el seno de una familia gallega de clase media. Su vocación era la marina, pero tendrá que conformarse con ingresar en la Academia de Infantería de Toledo. Desarrolla una fulgurante actividad militar.
Durante la Segunda República desempeña el puesto de jefe de Estado Mayor de Defensa, pero no era político; despreciaba la política y los partidos, por lo que rechazará el acta de diputado que le ofrecerá la CEDA. Su régimen carecerá de una complicada carga ideológica.
Los gobiernos de Franco se han considerado de coalición.
Se caracteriza por su carácter evolutivo. No existen partidos políticos y será un régimen de partido único, la Falange, que se caracteriza por un marcado sentido cristiano, y que irá perdiendo fuerza a lo largo de la dictadura. El sistema tolerará un cierto pluralismo social y político y se definirá como «un sistema autoritario estable o flexible».
Este sistema se apoya en varias fuerzas:
Se pueden detectar las «familias» formadas por hombres colaboradores con el régimen cuya manera de pensar es bastante diferente. El contenido doctrinal del régimen se basa en los principios del movimiento nacional:
La soberanía reside en la nación, a la cual el Estado y las instituciones deben guardar fidelidad. Franco considera que la forma de Estado es una monarquía, aunque no puede gobernar ningún rey hasta que él fallezca. Su régimen muestra una gran homogeneidad, aunque presenta una evolución política que atraviesa distintas etapas hasta su fallecimiento.
Tras la Guerra Civil, España vive un notable retroceso económico, conduciéndola a niveles propios de principios del siglo XX. Hay inflación y, al iniciar la Segunda Guerra Mundial, España incrementará su estado de miseria. Sin embargo, aunque se declarase neutral, afectará negativamente a nuestro país por la falta de productos, materiales y capitales exteriores, y la imposibilidad de vender a potencias beligerantes.
Franco, mientras tanto, traza la arquitectura institucional del régimen:
La situación de nuestro país estará condicionada por la guerra internacional, y la situación se complicará, ya que Hitler presiona continuamente a Franco, de manera que este acentúa los símbolos fascistas.
En política interior, la preocupación del gobierno será la reconstrucción, creándose el Instituto Nacional de Industria (INI).
También se crea RENFE.
Comienza la construcción de grandes embalses.
El mayor fracaso será en agricultura.
En el terreno político, se produce una cierta evolución, ya que en julio de 1942 se promulga la ley de Cortes, reinstaurando la vieja institución parlamentaria que irá perdiendo las limitaciones con el tiempo. Esta arquitectura institucional se complementará con dos organismos: 1. El Consejo Nacional del Movimiento 2. El Consejo del Reino.
1945 será el año de la victoria aliada y del Fuero de los Españoles, aprobándose también una ley de Referéndum de sufragio universal.
En la primera mitad de los años 40, España parece abrirse camino hacia la monarquía. La Falange ha perdido fuerza y están desapareciendo los signos fascistas.
Al haber terminado la Guerra Mundial, el régimen de Franco queda como algo atípico, por lo que parece que es el momento oportuno de imprimirle un giro a la política española.
Habrá un momento de cierta indefinición que se romperá debido a la iniciativa de don Juan de Borbón, que publica el llamado «Manifiesto de Lausana«, en el que declara que el régimen español es incompatible con las nuevas condiciones mundiales. De esta forma, quedan rotas las relaciones entre el régimen y Don Juan, aunque llegarán a un entendimiento, por lo que en agosto de ese mismo año, en el yate «Azor», se decide entre ellos que Don Juan Carlos de Borbón viniera a España, abriendo la posibilidad de una restauración monárquica.
Mientras tanto, España es vista como un país enemigo por las Naciones Unidas. España solo mantenía relaciones diplomáticas con algunos países árabes y sudamericanos.
Son años donde se manifestará la máxima presión de una guerrilla conocida como «Maquis», dirigida por el partido comunista, cuyo intento más importante de derrocamiento del régimen será la invasión del valle de Arán.
A todo esto, se le suma el hecho de que en 1945, 1948 y 1949 el país sufrirá las mayores sequías del siglo.
A pesar de todo ello, serán años de máxima popularidad del régimen (industrialización):
A finales de los años 40 es evidente que España se desarrolla. En 1950, las Naciones Unidas decretan el cese de las recomendaciones contra el régimen franquista, y 1953 se convierte en uno de los años más favorables para la política exterior española. Se firma entonces con EE. UU. un acuerdo de «amistad y cooperación» y un concordato con la Santa Sede. Para 1955, España ingresaba en la Organización de las Naciones Unidas.