Portada » Historia » El Reformismo Dinástico y la Crisis del Régimen de la Restauración
En 1902, Alfonso XIII ascendió al trono. En 1903, Antonio Maura asumió la jefatura del Partido Conservador, mientras que José Canalejas se afianzó en el Partido Liberal. El miedo a la participación democrática mantuvo el turno dinástico y el falseamiento electoral, impidiendo la democratización real del régimen.
Maura, con un espíritu reformista, pretendía transformar el régimen desde el gobierno para evitar una revolución popular. Buscaba un Estado fuerte capaz de gobernar eficazmente y desbancar a la casta caciquil, impidiendo el protagonismo de las clases populares. Intentó atraer al nacionalismo moderado no republicano, como la Lliga Regionalista. También adoptó medidas económicas para reactivar la industria y promulgó la Ley de Colonización Interior para estimular la agricultura. Creó el Instituto Nacional de Previsión para los seguros obreros.
Sin embargo, su actitud intransigente en el mantenimiento del orden público, especialmente en la Semana Trágica de Barcelona, provocó una brutal represión que llevó a la caída del gobierno conservador.
En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal. Intentó atraer a sectores populares mediante un mayor reformismo social y limitar el poder de la Iglesia. Profundizó en la separación de la Iglesia y el Estado, promulgó la Ley del Candado e impuso un impuesto progresivo sobre la renta, lo que provocó la protesta de las clases acomodadas. Reformó la Ley del Reclutamiento, que pasó a ser obligatorio en tiempos de guerra, y suprimió la redención en metálico. Fue sensible al problema de las autonomías regionales, especialmente al nacionalismo catalán, y creó la Ley de Mancomunidades. Sin embargo, sus reformas se vieron interrumpidas por su asesinato en 1912.
El nacionalismo vasco estuvo marcado por disputas sobre su orientación: independentismo, autonomismo o catolicismo. En 1916, el PNV pasó a llamarse Comunión Nacionalista Vasca. En 1930, surgió Acción Nacionalista Vasca, un grupo republicano. El PNV creó su propio sindicato, Solidaridad de Obreros Vascos (actual ELA-STV). A partir de 1917, el nacionalismo vasco comenzó a tener representación parlamentaria notable.
El régimen fue incapaz de incorporar a las fuerzas sociales del movimiento obrero: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
El PSOE, aunque pequeño, creció progresivamente. En 1899 tenía 3.000 afiliados, en 1915 eran 15.000 y en la década de 1920, 30.000. Participó en las elecciones y obtuvo concejales en Madrid en 1905 y un diputado en 1910. La UGT, de tendencia socialista, también creció notablemente. Francisco Largo Caballero llegó a ser su secretario general en 1918. A pesar del fracaso de la huelga general revolucionaria de 1917, el sindicalismo socialista creció, pasando de 120.000 afiliados en 1914 a 240.000 en 1921.
El PSOE y la UGT estaban estrechamente vinculados, y sus principales dirigentes militaban en ambas formaciones. En 1918, varios dirigentes obtuvieron actas de diputados, mostrándose partidarios del parlamentarismo y una política reformista y moderada. Sin embargo, la Revolución Rusa llevó a algunos militantes a apoyar la línea bolchevique y escindirse del PSOE en 1921, fundando el PCE.
La CNT se definía como revolucionaria y presentaba una ideología basada en la independencia del proletariado, la unidad sindical y la voluntad de derribar el capitalismo. Su acción revolucionaria se llevaría a cabo mediante huelgas y boicots hasta la huelga general revolucionaria. Durante la Primera Guerra Mundial, colaboró con la UGT en la convocatoria de la huelga general revolucionaria de 1917. En los años posteriores a la guerra, la CNT pasó de 15.000 a 70.000 afiliados, reafirmando su apoliticismo y la negociación directa.
España consolidó su penetración en el norte de África, estableciendo un protectorado franco-español en Marruecos. En 1909, los rifeños infligieron una importante derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo.
La movilización contra la guerra de Marruecos derivó en una revuelta popular en Barcelona en 1909. Se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del orden y un fuerte sentimiento anticlerical que desembocó en el ataque e incendio de más de 80 centros religiosos. El gobierno declaró el Estado de guerra y reprimió las manifestaciones, lo que provocó numerosas víctimas. La represión posterior fue dura, con 17 condenas a muerte, entre ellas la de Francisco Ferrer, fundador de la Escuela Moderna.
En 1914, España se declaró neutral en la Primera Guerra Mundial. Esta situación supuso una oportunidad económica para el país, que exportó productos industriales y agrarios a los combatientes. Sin embargo, los precios interiores experimentaron alzas desorbitadas, lo que provocó protestas obreras.
El gobierno conservador de Dato fue sustituido en 1916 por un gabinete liberal presidido por el conde de Romanones. En 1917, Dato volvió a asumir la jefatura del gobierno. Una representación de diputados de la oposición reclamó la reapertura de las Cortes. La Lliga Regionalista organizó una Asamblea de Parlamentarios Catalanes que exigió la formación de un gobierno provisional. La Asamblea convocó una reunión de todos los diputados y senadores españoles, pero solo acudieron 71. El gobierno prohibió la convocatoria, pero se celebró el 19 de julio y fue disuelta por la Guardia Civil.
En 1917, la CNT y la UGT acordaron firmar un manifiesto instando al gobierno a intervenir para contener los precios. En agosto de 1917, un conflicto ferroviario en Valencia llevó a la UGT, con el apoyo del PSOE, a convocar una huelga general. Reclamaban el fin de la monarquía. La huelga tuvo una incidencia desigual, pero provocó incidentes importantes en muchos puntos del país. El gobierno respondió con represión, declarando la Ley Marcial y enviando al ejército. La huelga general fracasó, pero debilitó aún más al régimen.
La incapacidad de los gobiernos para reformar el sistema político, la fuerte conflictividad social y las tensiones políticas derivadas de la guerra de Marruecos hicieron imposible la supervivencia del régimen de la Restauración. Se recurrió a gobiernos de concentración y al turno dinástico, pero ninguno de los gobiernos alcanzó un año de vida. Se recurrió constantemente a medidas de excepción y a la suspensión de las garantías constitucionales.
: Ls años k siguieron a la Primera Guerra Mundial fueron d gran conflictividad n toda Europa. El triunfo d la revolución bolchevike y el establecimiento dl Estado soviético en Rusia dieron alas y esperanzas a tdos ls grupos revolucionarios. En España, el final dl conflicto europeo propicio un cambio brusco d las condiones económicas, la producción dscendio, aumento el paro y subieron ls precios, lo cual provoco d nuevo la movilización obrera y un espectacular crecimiento dl sindicalismo. En Andalucia, la situación d miseria dl campesinado, reforzada x el aumento d ls precios, dio paso al trienio bolchevike (1918-1921). Ls anarquistas, y en menor medida ls socialistas, impulsaron revueltas campesinas motivadas tanto x el “hambre d tierras” como x el deterioro d ls salarios y d ls condiciones d vida. Movimiento campesino k se extendió a otras provincias andaluzas, manchegas y extremeñas. La declaración dl Estado d guerra, la ilegalización d las organizaciones obreras y la dtncion d sus lideres pusieron fin a la rebelión. La conflctividad laboral degenero en una radicalización d ls posiciones d ls sindicatos y d la patronal, sobre tdo n Cataluña, contrataron a pistoleros a sueldo pa asesinar a ls dirigentes obreros y recurrieron al lockout (cierre d empresas). Algunos grupos vinculados a la CNT respondieron a sta situación practicando tmb un activismo violento y atentaron contra ls autoridads, ls patronos y ls fuerzas dl orden. El general Martinez Anido, gobernador civil d Bcn, protagonizo una política d protección d ls pistoleros d la patronal; ejerció una dura represión contra ls sindicalistas. Epoca conocida como pistolerismo (1916-1923), + d 800 atentados n ls k murieron 226 personas, entre ellas el presidente dl gobierno, Eduardo Dato. EL problema d Marruecos: Annual: Al comenzar la dcada d 1920, n la zona oriental dl protectorado d Marruecos, n torno a Melilla, ls tribus rifeñas hostigaban al ejercito español d forma permanente. En 1921 el ejercito fue derrotado en Annual, se perdió to el territorio ocupado y se produjeron unas 13mil bajas. Sectores dl ejercito y d la derexa, dsd hacia tiempo veian la solución a la crisis n una dictadura militar.