Portada » Magisterio » El procesamiento de la información en la educación física: mejora del aprendizaje motor
Uno de los objetivos vertebradores de nuestra materia es, desde una perspectiva educativa, aumentar la competencia motriz del alumnado dentro de sus posibilidades, mediante la adquisición de diferentes habilidades y capacidades propias de los diferentes bloques de contenidos. Todo movimiento viene precedido por un proceso de enseñanza-aprendizaje, independientemente de la exigencia de la tarea motriz. Por ello, como docentes, debemos aprovechar las etapas madurativas de los alumnos y, principalmente, las herramientas que nos ofrece la Educación Física para ampliar el bagaje motriz del alumno.
Cumplidas estas premisas, por un lado, el alumno se favorecerá de un incremento de su competencia motora, favoreciendo su formación integral y se le dotará de un medio para ocupar su tiempo libre. Y, por otra parte, el docente obtendrá los conocimientos sobre los modelos teóricos que fundamentan su intervención didáctica en cada una de las fases del proceso de enseñanza y aprendizaje.
El aprendizaje es el cúmulo de información que se recepta día a día. Sin embargo, ¿el cerebro estará almacenando información significativa para el fortalecimiento del aprendizaje y la educación? A lo largo del tema vamos a esclarecer esta pregunta y otras, como las diferencias y similitudes entre los alumnos que realizan diferentes acciones en sus clases de Educación Física con aquellos deportistas que entrenan su disciplina deportiva. Para ello, necesitamos profundizar en estos contenidos.
Según Batalla (2005), el Modelo de Procesamiento de la Información (MPI) se basa en los modelos explicativos básicos del aprendizaje motor, como el modelo de Bernstein (1947), el modelo de bucle cerrado y el modelo cibernético de Wiener (1948). Según Oña (1999), son determinantes otros modelos, como el de Tolman (1955), el modelo de Welford (1968) y el de Marteniuk (1976).
La RAE (2018) define información como “el conjunto organizado de datos, que constituyen un mensaje que cambia el estado de conocimiento del sujeto que recibe dicho mensaje”. Para Schmidt (1993), existen diferentes tipos de información: el feedforward y el feedback, pudiendo ser este último intrínseco o extrínseco en función de donde provenga la información. Schmidt (1993) define el feedback como “la información que el individuo recibe como resultado de su acto”.
¿Y cómo procesa la información el ser humano?
Atendiendo de nuevo a los estudios de autores como Batalla (2005) y Oña y cols. (1999), se procederá a desarrollar las fases del procesamiento de la información.
En la primera fase, la información pasa por el mecanismo perceptivo. Este se hace la pregunta: ¿Qué pasa? La percepción presenta dos etapas: la etapa sensorial, en la que los receptores sensoriales hacen una búsqueda activa de información externa y de la propia memoria del sujeto; y la etapa perceptiva, donde se identifica toda la información captada, haciendo un filtraje selectivo de la misma. La eficacia de ese filtraje dependerá de variables como la edad, la experiencia previa o la dificultad de percepción.
Por ejemplo, sería la información obtenida por el alumno de cómo se hace el bloqueo de voleibol en una clase de Educación Física.
Este mecanismo se pregunta: ¿Qué hago? Una vez seleccionada la información idónea, se establece cómo se va a ejecutar el bloqueo de voleibol, eligiendo el programa motor adecuado del repertorio motriz del alumno. A continuación, elegirá la respuesta más adecuada para realizar posteriormente la acción. Si esta acción ya ha sido practicada con anterioridad, según Schmidt (1993), esta fase se desarrollará más rápidamente, ya que no necesita de la atención que se le daría si se tratase de una nueva situación motriz.
En esta tercera fase, el mecanismo se pregunta: ¿Cómo lo hago? En este caso, se programa la respuesta motora que realizará el sistema musculoesquelético, tras haber obtenido una imagen mental clara de lo que tiene que hacer, ejecutando la acción.
Schmidt (1993) indica que este procesamiento de la información es en serie, ya que no se podría programar de manera simultánea la ejecución de varias respuestas motoras.
En este caso, el alumno se sitúa a unos 50 cm de la red, con los pies en paralelo y separados al ancho de los hombros, piernas semiflexionadas, tronco ligeramente inclinado y brazos flexionados al frente, listos para realizar el salto en vertical con los brazos extendidos y las manos apuntando a la red, con el objetivo de bloquear el remate.