Portada » Historia » El Poder de los Austrias y la Transformación del Territorio Español: Gobierno, Repoblación y Sociedad
La unión de reinos bajo los Austrias nunca constituyó un estado unitario. La corona era el punto de unión de diferentes reinos que conservaban sus leyes, instituciones y costumbres. Se evolucionó hacia gobiernos absolutistas, más en Castilla que en Aragón, donde se resistieron a perder sus privilegios.
El gobierno de Navarra, Aragón y Castilla siguió el modelo heredado de los Reyes Católicos, manteniendo sus instituciones, cortes y privilegios. Los Austrias se hicieron sedentarios, rodeándose de una administración profesionalizada y amplia. Potenciaron las instituciones de los Reyes Católicos, que se hicieron más complejas con un aumento de la burocracia, especialmente con Felipe II.
Se consolidó el sistema de gobierno por consejos:
Las Cortes eran convocadas principalmente para solicitar tributos económicos, perdiendo importancia con el tiempo. Los gobiernos locales eran encomendados a consejos, alcaldes, etc., con el corregidor como representante del rey en la ciudad, cargos desempeñados por las oligarquías locales. La justicia dependía de las Audiencias. Aumentó el poder de los secretarios del rey, que llegaron a ser figuras clave de gobierno, informando al rey sobre los consejos. Los mejores pasaban a ser secretarios del rey. Felipe II creó las Juntas. Se mantuvo la delegación del poder en virreyes en territorios donde el soberano estaría ausente por períodos prolongados.
Se repobló la meseta hasta el Duero y las regiones internas de Cataluña. Esto consistió en la llegada de nuevos pobladores y en la organización administrativa de la nueva zona, realizada por el rey en colaboración con los nobles y la Iglesia. Hasta el siglo XI, la repoblación fue espontánea, y la gente buscaba áreas protegidas por guarniciones y castillos. Esta ocupación se conoce como presura: una fórmula jurídica que daba la propiedad de la tierra a quien la ocupaba por un cierto tiempo y la cultivaba al menos en parte. Estos colonos, en su mayoría hombres libres, formaban aldeas, pero las familias más poderosas y la Iglesia fueron ampliando sus posesiones, haciendo que el resto de los colonos dependiera de ellos y buscaran la protección de nobles y monasterios.
Los instrumentos utilizados para la repoblación fueron:
Aumentó el poder y la propiedad de la tierra en manos de la nobleza guerrera, que había impulsado la expansión territorial debido a que la guerra proporcionaba castillos, territorios, etc. También incrementó el poder de la Iglesia. Disminuyeron las propiedades y las libertades de los campesinos. Había un grupo minoritario de labradores propietarios (que podían cultivar tierras a cambio de pagar un arriendo), especialmente en las tierras de realengo. La mayoría de los campesinos no tenían tierras propias y dependían de los señores feudales y eclesiásticos, cultivando generalmente el campo del señor.