Portada » Filosofía » El pensamiento de Nietzsche: Un análisis crítico de la cultura occidental
El pensamiento de Nietzsche, enraizado en el Romanticismo Alemán y el irracionalismo de Arthur Schopenhauer (1788-1861), se divide en cuatro etapas, que el propio filósofo presenta como las etapas del día:
Inspirado en los presocráticos, Wagner y Schopenhauer. En El nacimiento de la tragedia, contrapone la razón apolínea con el arte dionisíaco. Sócrates emerge como el «gran corruptor».
Rompe con Wagner, inspirándose en Voltaire y la Ilustración francesa. Condena la metafísica, la religión y el arte. El «hombre libre» es su figura central. Obras clave: Humano, demasiado humano, Aurora y La gaya ciencia.
Su pensamiento culmina con Así hablaba Zaratustra. Introduce el concepto del «superhombre».
Ataca directamente la cultura occidental con una expresión agresiva. Obras: Más allá del bien y del mal, La genealogía de la moral, Crepúsculo de los ídolos, El anticristo y Ecce Homo.
En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche explora el origen de la tragedia griega en la fusión de lo dionisíaco (noche, irracionalidad, dolor cósmico) y lo apolíneo (día, razón, alegría solar). Sócrates, Eurípides y Platón marcan el declive de Occidente al suprimir lo dionisíaco y priorizar la razón.
El cristianismo refuerza la dualidad platónica, divinizando el mundo supraterreno y devaluando la vida terrena. Introduce el nihilismo al negar el valor del mundo presente. El desprecio por los sentidos y la exaltación de la razón contribuyen a esta «decadencia».
Nietzsche realiza una crítica global a la cultura occidental:
Nietzsche critica también la ciencia, el progreso y el Estado.
Para Nietzsche, el cambio cultural requiere una transformación de valores y la «muerte de Dios». Esta liberación permite al hombre afirmar su voluntad y superar el nihilismo negativo de la cultura occidental. El superhombre, nuevo modelo moral, representa la afirmación de la vida y la creación de nuevos valores. Se transforma del camello (hombre cargado por la cultura) al león (que niega a Dios) y finalmente al niño (que crea con inocencia).
La voluntad de poder, concepto central en Nietzsche, impulsa la vida a superarse y crear. Se manifiesta en el hombre como voluntad de libertad y creación de valores. El eterno retorno, idea presocrática, simboliza la afirmación de la vida terrena y el devenir constante. Implica el «amor fati» o amor al destino, aceptando la vida en su totalidad.