Portada » Historia » El partido radical de lerroux formó un gobierno de coalición con la ceda
En el otoño de 1933 ya eran evidentes la crisis de coalición republicano-socialista y el desgaste del gobierno.
El jefe de Gobierno, Manuel Azaña, dimitíó y el presidente de la República, Alcalá Zamora, disolvíó las Cortes y convocó elecciones para Noviembre.
Las elecciones generales se celebraron el 18 de Noviembre. Fueron las primeras en España en las que votaron las mujeres, y tuvieron una alta abstención de la CNT. La izquierda se presentó desunida. La derecha se presentó unida y organizada en muchas circunscripciones. El resultado fue la victoria de los partidos de centro-derecha, lo cual inauguró dos años de gobierno conservador, también conocido como Bienio Negro. Dos fuerzas políticas obtuvieron los mejores resultados: el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la CEDA de Gil Robles. Alcalá Zamora poco partidario del talante extremista y antirrepublicano de la CEDA, confió la formación de gobierno al Partido Radical, que conformó un gabinete monocolor, pero que contaba con el apoyo parlamentario de la CEDA, bajo la promesa de una inmediata rectificación de las reformas del bienio de Izquierdas. El nuevo gobierno presidido por Alejandro Lerroux, que inició su mandato paralizando una buena parte del proyecto reformista de izquierdas. En el campo se frenó la reforma agraria, se fijó la devolución de tierras a la nobleza, se anuló la cesión de tierras y se concedíó libertad de contratación. Los propietarios mostraron su voluntad de desquitarse de las reformas anteriores y los campesinos respondieron con huelgas. La cuestión agrícola enfrento también al gobierno central con la Generalitat de Cataluña, en manos de los republicanos de Izquierda, a raíz de la publicación, en 1934 de la Ley de Contratos de Cultivo Rabassaires (permitía a los campesinos arrendatarios acceder a la propiedad pagando a los propietarios unos precios tasados). Los propietarios catalanes, organizados con la Lliga Catalana, buscaron el apoyo de la mayoría conservadora de las cortes, que enviaron la ley al tribunal de garantías constitucionales, que determinó su anulación. El gobierno de la Generalitat, no aceptó la anulación y aprobó una nueva ley prácticamente idéntica, dejando el conflicto en una situación crítica. Por otro lado, el gobierno central también se enemisto con los nacionalistas vascos, al paralizar en las cortes, la discusión del proyecto de estatuto vasco impulsado por el PNV. El gobierno también intento contrarrestar la reforma religiosa aprobando un presupuesto de culto y clero, e iniciando negociaciones para firmar un concordato con la Santa Sede. En cuanto al ejército, no se anuló la reforma emprendida por Azaña, pero se aprobó una amnistía para los sublevados con Sanjurjo en 1932 y para los colaboradores de la dictadura de Primo de Rivera. El viraje conservador y la obstrucción de las reformas impulsadas en el bienio de izquierdas tuvieron como consecuencia una radicalizaron del PSOE y de la UGT. El sector radical del PSOE y los anarquistas declararon una guerra abierta contra el nuevo gobierno, con huelgas y conflictos. Ante esta situación, la CEDA endurecíó su posición y reclamó una acción más contundente en materia de orden público, exigiendo participar directamente en el gobierno bajo la amenaza de retirar su apoyo parlamentario. El jefe del gobierno, Lerroux, accedíó a estas peticiones y el 5 de Octubre de 1934 otorgó tres carteras ministeriales a la CEDA. (Motivo G.C.) R. Octubre del 34 La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como una deriva hacia el fascismo. Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno, por iniciativa de la UGT y con escasa participación de la CNT se produjeron huelgas y manifestaciones en algunas ciudades para defender las reformas sociales, amenazadas por la acción del nuevo gobierno. En Asturias, los mineros 1 protagonizaron una revolución social. Sindicatos y partidos Los mineros sitiaron Oviedo dispuestos a defender la revolución y se enfrentaron con las fuerzas del orden. El gobierno envió desde África a la Legión, al mando del General Franco para reprimir el levantamiento. La represión fue durísima: más de 1000 mineros muertos, muchos como resultado de ejecuciones sumarias ordenadas por mandos militares. En Cataluña, la revuelta tuvo un carácter más político que en Asturias. Contó con el respaldo del presidente de la Generalitat, Liuís Companys,/sucesor de Francesc Maciá, muerto en 1933JCompanys que pretendía evitar la entrada de la CEDA en el gobierno, proclamó el 6 de Octubre la República Catalana dentro de la república federal española, al mismo tiempo que una alianza de partidos y sindicatos de izquierda organizaba una huelga general. La negativa de la CNT, hizo fracasar la Javier Ager Solano 2o E N° I insurrección. Se declaró el estado de guerra y el ejército al mando del General Batet, ocupo el palacio de la Generalitat, donde detuvieron a los miembros del gobierno catalán y del ayuntamiento de Barcelona. Azaña que se encontraba en Barcelona, también fue encarcelado y Largo Caballero en Madrid también. Las consecuencias de la revolución de Octubre fueron notables. La CEDA aumento su influencia en el gobierno y mostró partidaria a aplicar las condenas con rigor y proceder a una reorientación más dura de ia política del gobierno. Se suspendíó el estatuto de autonomía de Cataluña se anuló la ley de contratos de cultivo y los campesinos fueron obligados a pagar la totalidad de las rentas. Se devolvieron las propiedades a los jesuitas y se nombró a Gil Robles ministro de guerra y Francisco Franco, jefe del estado mayor. Una fuerte crisis de gobierno estalló en otoño de 1935. El partido radical se vio afectado por una serie de escándalos de corrupción, como el caso del estraperlo y los casos de malversación de fondos por parte de varios políticos radicales. Los radicales de Lerroux estaban completamente deslegitimizados para gobernar y se hacía imprescindible un relevo en el poder. Gil Robles intento que le nombraran presidente del gobierno para poder aplicar el programa de su partido, pero Alcalá Zamora se negó y decidíó, a finales de Diciembre, convocar nuevas elecciones para Febrero de l936.Ui-U^) Para presentarse a las elecciones, los partidos de izquierda se agruparon en $ Frente Popular, una coalición electoral basada en un programa común que defendía la concesión de una amnistía para los encarcelados por la revolución de Octubre del 34. Anarquistas votarán. Los partidos de derecha formaron distintas coaliciones constituidas por la CEDA, los monárquicos y tradicionalistas (Bloque Nacional) y en algunas provincias se incluyó a los radicales y a la Lliga Catalana. En las elecciones, el Frente Popular obtuvo el 48% de los votos, se convirtió en la fuerza ganadora. Las derechas obtuvieron el 46,5% de los sufragios y las fueras de centro solo un 5,4%. De acuerdo con lo firmado en el programa del Frente Popular, el nuevo gobierno quedo exclusivamente por republicanos, mientras que los socialistas y el resto de partidos de la coalición se comprometieron a prestarles apoyo parlamentario. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la república y Casares Quiroga jefe del Gobierno. El nuevo gobierno puso rápidamente en marcha un programa pactado en la coalición electoral. Se decretó una amnistía para los presos políticos. El gobierno de la Generalitat volvíó al poder y reestableció el estatuto de autonomía de Cataluña, y en el país vasco y Galicia se iniciaron negociaciones para aprobar sus estatutos. El nuevo gobierno reanudo el proceso reformista interrumpido en 1933 y presentó un proyecto para la devolución de los bienes a los campesinos. Esperanzados con las nuevas perspectivas de cambio, los partidos de izquierda y los sindicatos llamaron a una movilización popular para mejorar las condiciones laborales. La nueva situación fue recibida por las derechas con absoluto rechazo: algunos empresarios cerraron fábricas y expatriaron capitales y la iglesia volvíó a lanzar campañas contra la República. La Falange Española asumíó un fuerte protagonismo y fomento un clima de enfrentamiento civil y crispación política. Utilizando la dialéctica de los puños y las pistolas, en palabras de José Antonio, grupos de falangistas formaron patrullas armadas que iniciaron acciones violentas contra los líderes de izquierdas y respondidas por los izquierdistas radicales. A excepción de Cataluña y el norte, los enfrentamientos se propagaron entre Febrero y Julio de 1936 por todo el país. La creación de un clima de violencia era una estrategia que favorecía a los sectores decididos a organizar un Golpe de Estado. En Marzo, un grupo de generales acordó un alzamiento que restableciese el orden». En los primeros momentos, la conspiración militar tuvo escasa fuerza y mala organización hasta que se puso al frente el general Emilio Mola, verdadero jefe del Golpe de Estado hasta Julio de 1936. Plan: pronunciamientos simultáneos, pero sin acuerdo de futuro. Para frenar los rumores golpistas, el gobierno traslado de destino a los generales implicados en los complots, Franco a Canarias y Mola a Navarra) pero no se atrevíó a destituirlos.
La conspiración militar contaba con el apoyo de las fuerzas políticas de la derecha. También se establecieron contactos con la Italia fascista y la Alemania nazi. Pero las discrepancias en cuanto al tipo de régimen a instaurar tras el golpe hicieron aplazar la fecha del levantamiento. En la madrugada del día 12 al 13 de Julio, se produjo el asesinato del dirigente monárquico José Calvo Sotelo, en respuesta al asesinato del teniente castillo, que colaboraba con milicias de izquierda. Su muerte aceleró los planes golpistas y la sublevación se dio en Marruecos el día 17 de Julio dando origen a una Guerra Civil que se prolongaría durante tres años. 18 en la Península.