iii) Papel del Entendimiento en la Construcción del Objeto
A) Construcción como Paso de la Pluralidad a la Unidad
Construir el objeto a partir de una materia implica pasar de la ‘pluralidad’ a la ‘unidad’.
Las sensaciones (proporcionadas por la sensibilidad) son una pluralidad, pero todo ‘objeto’ es una unidad (solo siendo una unidad puede ser entendido o comprendido).
Para pasar de la pluralidad a la unidad (de las ‘sensaciones’ al ‘objeto’), se requiere la intervención de la segunda facultad del conocimiento: el entendimiento.
Es decir, el entendimiento se encarga del proceso (“construcción”) de pasar de las ‘sensaciones’ (pluralidad) al ‘objeto’ (unidad).
B) Conceptos como Reglas Generales de Agrupamiento de las Sensaciones
Entendimiento: Es el encargado de reunir o agrupar las sensaciones, siguiendo unas reglas (y no de manera arbitraria), las cuales son unos ‘conceptos’.
Los “conceptos” son las reglas que el entendimiento sigue para llevar a cabo el agrupamiento de las sensaciones y la construcción de los ‘objetos’.
El entendimiento no recibe los conceptos; los produce.
Objeto: Conjunto de sensaciones que nuestro entendimiento ha agrupado siguiendo una regla (un concepto).
C) Categorías del Entendimiento
Kant distingue entre dos tipos de conceptos:
Empíricos: Son reglas particulares.
El entendimiento solo los aplica para construir una parte de los objetos.
Ejemplo: El concepto de ‘árbol’.
“Categorías”: Son reglas universales y necesarias para agrupar las sensaciones.
El entendimiento las aplica para construir todos los objetos, sin excepción.
Ejemplo: El concepto de ‘causalidad’.
8.2.4 Crítica Kantiana de la Metafísica
Kant defiende que la ciencia es un hecho indiscutible, pero se pregunta si la Metafísica puede ser una ciencia.
La Metafísica por cuya posible cientificidad Kant se pregunta consta de tres temas (partes especiales), que se corresponden con las tres substancias distinguidas por Descartes:
El cosmos (cosmología racional; substancia extensa)
El alma humana (psicología racional; substancia pensante).
Dios (teología racional; substancia infinita).
Kant se pregunta, por tanto, si el cosmos, el alma y Dios pueden ser objeto de conocimiento científico.
Para Kant, para que algo pueda ser objeto de conocimiento (científico), debe ser primeramente un fenómeno (para conocer algo, hay que obtener sensaciones de ello):
Sin embargo, no tenemos sensaciones ni del cosmos, ni del alma, ni de Dios.
Por tanto, ninguno de los tres son fenómenos, ni pueden ser objetos.
En conclusión, ni el cosmos, ni el alma, ni Dios se pueden conocer científicamente.
Al ser cosmos, alma y Dios incognoscibles, ninguna afirmación relativa a ellos puede constituir una verdad científicamente demostrable.
Por tanto, para Kant, la Metafísica no es posible como ciencia.
8.3 Teoría Ética de Kant
8.3.1 El Hecho de la Ley Moral
Para Kant, hay dos hechos indiscutibles:
El hecho de la ciencia (uso teórico de la razón).
El hecho de la ley moral (uso práctico de la razón).
Es decir, para Kant la ‘ley moral’ es un hecho, en la misma medida que la ciencia.
Usos de la razón:
Uso teórico (ciencia): Utilizar la razón para conocer objetos.
Se analiza en la obra kantiana “Crítica de la razón pura”.
Uso práctico (ley moral): Utilizar la razón para regular conductas.
Se analiza el la obra kantiana “Crítica de la razón práctica”.
8.3.2 Ley Moral como Deber
La ley moral se fundamenta en la razón:
Por esto, proviene de nosotros mismos (y no de algo externo a nosotros).
Cuando actuamos de acuerdo con ella, somos autónomos (tenemos ‘autonomía’).
Es una ley universal (común a todos los hombres), válida para toda la humanidad.
Se identifica con el ‘deber’: La ley moral consiste en el deber que la razón impone a las personas en su condición de seres racionales.
Se expresa mediante imperativos.
8.3.3 Formulación de la Ley Moral: El Imperativo Categórico
i) Imperativos Hipotéticos e Imperativos Categóricos
El ‘deber’ se formula mediante imperativos (oraciones en las que se manda algo).
Kant distingue entre dos clases de imperativos, con el fin de distinguir los que formulan el deber, de los que no lo formulan:
Imperativos hipotéticos: No expresan la ley moral.
Relativos a un fin (expresan una obligación que la voluntad tiene por el hecho de buscar un fin determinado).
Por ejemplo, son hipotéticos los imperativos que establecen las éticas de la felicidad (la purificación en Platón).
Son condicionados por algo (para ser obligatorios, necesitan una condición).
Son válidos solamente para algunos.
Imperativos categóricos: Sí expresan la ley moral.
Independientes de los fines particulares (expresan una obligación que la voluntad tiene por el hecho de ser voluntad).
Son incondicionados (son obligatorios, con independencia de los fines particulares).
Son válidos para todos (validez universal).
Por tanto, los imperativos que formulan el deber son exclusivamente los categóricos.
El deber, al proceder de la razón, es una obligación universal, y se formula mediante mandatos de tipo incondicionado, que todos los hombres han de cumplir.
ii) Enunciado del Imperativo Categórico
Los imperativos categóricos (mandatos morales incondicionados) se resumen en una norma única: “Obra siempre tomando la humanidad como un fin, y no solo como un medio”.
Esta norma es formal, puesto que nos ordena una forma genérica de actuar, y no una acción concreta.
Hay que cumplirla con desinterés: Para que una acción llevaba a cabo siguiendo esta norma tenga valor desde el punto de vista moral, debe realizarse de manera desinteresada.
Es decir, realizarla con la intención de cumplir el deber “por respeto al deber mismo”, y no con la intención de satisfacer un fin particular.
8.3.4 Fundamentación de la Ley Moral: Postulados de la Razón Práctica
Para Kant, hay dos hechos (los cuales son posibles gracias a unas condiciones):
La ciencia, la cual es posible gracias a las formas de la sensibilidad (espacio y tiempo), y a las formas del entendimiento (categorías).
La ley moral, la cual es posible gracias a los “postulados de la razón práctica”.
Es decir, la ley moral no sería posible sin los postulados de la razón práctica.
Los tres postulados que, según Kant, se necesitan para poder comprender la ley moral son:
Libertad: Capacidad que tiene el hombre para determinarse a sí mismo a actuar.
Hay que postular la libertad para comprender el hecho de que la razón le imponga un deber al hombre, y éste pueda determinarse a sí mismo a cumplirlo.
ii) Postulado de la Inmortalidad
No podemos realizar completamente lo que nos exige la ley moral durante nuestra vida temporal.
Un ser humano, por mucho que se lo proponga, no puede obrar toda su vida con esta pureza de intención (cumplir el deber por respeto al deber mismo).
Por tanto, para Kant, esta pureza de intención sólo es alcanzable en otra vida.
Por eso, para justificar la posibilidad de realizar lo que la ley moral nos exige, la razón práctica tiene que postular que existe esa otra vida (inmortalidad).
iii) Postulado de la Existencia de Dios
El cumplimiento del deber carecería de sentido si no pudiera hacer feliz al ser humano.
No obstante, no existe nada que nos garantice que, si cumplimos el deber, seremos felices.
Es decir, entre el cumplimiento del deber y la felicidad no existe ninguna conexión necesaria.
Dios es el único que puede garantizarle la felicidad al hombre que cumple con el deber.
Por ello, la existencia de Dios es otra condición de la posibilidad de la ley moral.