Portada » Español » El Misterio de la Autoría del Cantar de Mio Cid: Un Análisis de las Diferentes Teorías
Según Pidal, el Cantar de Mio Cid no fue redactado en Cardeña. Para determinar dónde fue escrito, Pidal estudia la geografía del cantar y los itinerarios. El Cid deja a sus hijas y a su mujer en Cardeña y avanza hacia Valencia. Alvar Fáñez hace el camino contrario para recoger a la mujer y las hijas del Cid. En ese tiempo se producen varias batallas entre Valencia y Vivar. Las hijas del Cid se van de Valencia a Carrión. Después, el Cid va a las Cortes de Toledo. Luego hay unos duelos judiciales en Carrión.
Pidal concluye, del estudio de todo lo anterior, que el texto conoce bien, en profundidad, solo una región, que es la provincia de Soria, en concreto el territorio comprendido entre la actual Medinaceli y San Esteban de Gormaz. Es la única zona en la que se detiene explícitamente para contar detalles geográficos y espaciales. Hay unos 80 km más o menos. Es el territorio que solían cubrir los juglares, el área por la que se movían.
Por lo que el juglar que lo compuso conocía bien esa zona, ya que era la zona por donde se movía, y por eso cuando se habla de esos territorios está contado con más detalle, porque era la zona del juglar y del auditorio, especialmente la zona de Medinaceli.
Pidal se pregunta por qué el juglar le dedica 450 versos a las batallas de Alcocer y Castejón y acaba la de Valencia en 50 versos.
Para vincular el poema del Cid a una institución monárquica, busca en el texto pruebas de que quien lo compuso no podía ser alguien del pueblo sino alguien con cultura administrativa o de la vida civil. Encuentra que en el cantar hay bastantes referencias a lo escrito, algo que no es muy normal en relación a los juglares, que transmitían oralmente.
Encontramos en el artículo una serie de referencias como por ejemplo el ira regia. Si el poema se relaciona con Cerdeña, ¿cómo puede ser que este monasterio no aparezca nombrado al final del poema explicando que los restos mortales del Cid descansan en Cerdeña? Él plantea que quizá haya otra mano en el final del cantar. Hay una alternativa a la teoría de Pidal.
Piensa que el autor del poema era de procedencia aragonesa, por los aragonesismos que encuentra él en el léxico del poema. Alguien de Aragón podría querer ensalzar al Cid ya que este venció al conde de Barcelona.
En respuesta, Pidal establece que el autor es un juglar.
Con dos poetas en el Cantar de Mio Cid, Pidal se defiende de que hay dos autores en el Cid y que se pueden identificar con la versificación. Un primer autor, más antiguo y más cercano, por lo tanto, a los hechos históricos, que procedería de San Esteban de Gormaz, y un segundo autor, posterior en el tiempo, sin conocimiento directo de los hechos históricos y que introduce todos los elementos literarios.
El primer autor compone el primer cantar y parte del segundo. El segundo autor compone el segundo y tercer cantar. Para distinguirlos utiliza la versificación. En el primer cantar hay 11 rimas diferentes, un máximo de asonancias en -a y el número de versos por tirada es de 17. En el tercer cantar, en lugar de tener 11 rimas, tiene 6 rimas diferentes, las asonancias son en -o, y las tiradas son de 35.
Al primer autor le gustaba la variación de rimas, prefería rimar en -a y prefería tiradas breves. Al segundo autor le gustaba menos cambiar de rimas, prefería asonancias en -o y tiradas largas.
Pidal considera que si la obra pertenece al mester de clerecía, el término escribir tiene que entenderse con el significado de componer o crear, de ser el autor intelectual, pero si la obra pertenece al mester de juglaría, como defiende Pidal, el término escribir debe interpretarse como copia.
Colin dice que en el PMC hay suficientes pistas, pautas e indicios para creer que su autor fue culto, y que pertenecería al mester de clerecía. Considera que Per Abbat es el autor, es una teoría atractiva, es abogado, y hay una gran presencia del derecho en la obra, y que Russell afirmó que el autor probablemente sería abogado.
Per Abbat lo crearía para beneficiar su monasterio, aunque hay otra teoría que es que Per Abbat escribe este poema únicamente para difundir la leyenda del Cid, para conseguir un ambiente de veneración y admiración hacia los personajes, y por lo tanto, para que se difundiera también un respeto hacia todos sus actos incluyendo el acto de haber firmado el supuesto documento falsificado a favor de Santa Eugenia de Córdoba.
Colin, en 1994, retira a Per Abbat como autor del poema.