TEMA 7: El teatro desde 1939 a 1975. Antonio Bueno Vallejo
A partir de 1939, el panorama escénico quedó marcado por la muerte de varios dramaturgos. La censura se mantuvo hasta los años 70 y perjudicó mucho el teatro, ya que afectaba al texto y a la representación, que no debía ir en contra de las ideas del régimen.
TEATRO DEL EXILIO
La mejor dramaturgia se debe a los dramaturgos exiliados de la época, y sus principales autores son:
Pedro Salinas: Escribió largas obras que se agrupan en dos bloques:
Piezas rosas (La bella durmiente y La isla del tesoro).
Piezas satíricas (Ella y sus fuentes).
Rafael Alberti: Noche de guerra en el Museo del Prado que relaciona las guerras de 1808 y 1936 y es la mejor obra dramática de tema bélico.
Max Aub: presentó obras cortas y obras más desarrolladas centradas en conflictos políticos. San Juan trata de un barco de pasajeros judíos perseguidos por los nazis que no serán aceptados en ningún puerto, por lo que esperan la muerte.
Alejandro Casona, el cual presenta dos facetas:
Recuperar tradiciones y figuras de la literatura (El retablo jovial de 1947)
EL TEATRO EN España
Teatro de los años 40: Evasión y comedia burguesa y humorística
Los años de posguerra predominó un teatro de evasión cuyos objetivos fueron entretener al público y servir de propaganda ideológica a la dictadura. Se distinguen dos tendencias dramáticas:
Comedia burguesa: es una evolución de la alta comedia. Se caracteriza por el cuidado en la construcción de la obra, la dosificación de la intriga para mantener la atención del espectador y la transición brusca entre escenas cómicas y sentimentales.
Teatro humorístico: dominado por la ordinariez, la pobreza imaginativa, el chiste fácil y el mal gusto. Sin embargo, hay dos autores que merecen ser destacados:
Jardiel Poncela, que introduce lo inverosímil, lo fantástico y el absurdo con Cuatro corazones con freno y marcha atrás.
Miguel Mihura, que renueva el teatro cómico español anticipando el teatro del absurdo con situaciones ilógicas y falta de coherencia en el discurso. Destaca Tres sombreros de copa
Teatro de los años de 50:
A partir de la década del 50, se desarrolla un nuevo teatro en el que la sátira se impone sobre el humor.
Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo con esta obra nació un teatro realista de tipo existencial, inconformista, preocupado, que muestra el desasosiego del ser humano en la sociedad de la época.
Destaca Alfonso Sastre por su carácter reivindicativo, y cuyo propósito era conseguir una renovación general en el teatro. Su obra más significativa fue Escuadrón hacia la muerte. También destaca por “tragicomedias complejas” obras que constituyen una evolución del esperpento y en los que se presentan unos héroes ridículos, magnificados por la historia, pero ironizados por sus debilidades haciendo uso del humor. Su temática se centra en la injusticia social y sus obras más importantes son La sangre y la ceniza y La taberna fantástica.
Otros autores importantes son: Laura Olmo, La camisa; Alfredo Mañas.
Teatro de los años 60 a 1975
En los años 60 se continuará con el teatro de evasión de los primeros años de posguerra con un teatro comercial de carácter inmovilista y que repite los esquemas del pasado, con personajes alejados de las circunstancias sociales del momento.
Destaca Alfonso Paso, autor de sainetes dramáticos, comedias, tragedias… Se caracteriza por el humor reflejado en los diálogos y la originalidad de las situaciones y personajes. Sus principales obras son: Juicio contra un sinvergüenza y Los pobrecitos.
También Fernando Arrabal se caracteriza por sus decorados escuetos, personajes primitivos y un lenguaje con rasgos del absurdo. Es el creador del “Teatro Pánico” que une lo cruel y lo irónico. Destaca Pic-Nic.
Francisco Nieva, divide su producción en:
Teatro furioso: Pelo de tormenta.
Teatro de farsa: Malditos sean Coronada y sus hijas.
Teatro de crónica y estampa: Sombra y quimera de Larra.
Antonio BUERO VALLEJO
Antonio Buero Vallejo es uno de los principales dramaturgos españoles y su obra está determinada por el compromiso político-social. Utiliza la tragedia, y con ella pretende:
a) inquietar: plantea problemas pero no impone soluciones. Por ello, sus obras suelen tener un final abierto: el espectador debe reflexionar sobre el conflicto planteado y aportar sus propias soluciones.
b) curar: señala la necesidad de una superación personal y colectiva, impulsándonos a luchar contra todas las fuerzas morales o sociales que se oponen al desarrollo de la dignidad humana.
Las obras de Buero giran en tomo a la búsqueda de la felicidad, de la verdad y de la libertad, que se ve obstaculizada por el mundo en que el hombre vive.
Su teatro se divide en tres etapas:
• Primera etapa: predomina el enfoque existencial y simbólico, formalmente, el respeto a las unidades dramáticas. Destacan: La ardiente oscuridad e Historia de una escalera, donde se refleja un mundo gris de vecinos con ilusiones y frustraciones, con una vida inútil llena de fracasos.
• Segunda etapa: se acentúa la intención de crítica social. El subgénero preferido es el drama histórico, con un tema central: el destino del pueblo en una sociedad injusta. Destacan Un soñador para el pueblo.
• Tercera etapa: se mantienen las preocupaciones existenciales y sociales, pero aumenta la experimentación formal. Destacan los efectos escénicos que hacen que el espectador vea la historia desde el punto de vista de un personaje.
Aquí se incluye La Fundación una de sus mejores obras. En ella, cinco personajes que parecen trabajar para un centro de investigación comparten una habitación. Se ve que la situación es una percepción subjetiva de uno de los personajes. Bajo sus ojos, el espectador conoce que la habitación es una celda de la cárcel y los cinco personajes son presos condenados a muerte. Se encuentran allí porque el protagonista los delató y el sentimiento de culpa le hizo perder el sentido de la realidad. Al final, la escena queda vacía y vuelve a ser una habitación ocupada por nuevos huéspedes.