Portada » Español » El joven Calisto se enamora de Melibea cuando entra en el jardín de su casa persiguiendo a un halcón. Para conseguir ser correspondido, contrata a los servicios de una alcahueta de dudosa reputación: Celestina. Su criado Pármeno
La Celestina es una trágica historia de amor. Calisto, joven burgués, rico e ingenioso, persiguiendo a su halcón, entra en la huerta de Melibea y la ve. Melibea, joven y hermosa, hija única de Pleberio y Alisa, pertenece a la clase privilegiada. Se enamora de ella y trata de obtener su favor, pero es rechazado. Calisto le cuenta lo sucedido a su criado Sempronio, quien le recomienda tomar los servicios de una vieja alcahueta, Celestina, pese a la opinión inicialmente contraria de Pármeno, criado de menor edad. Esta, mediante su sabiduría y sus hechizos, consigue unir a los jóvenes enamorados. Después, los criados de Calisto, Pármeno y Sempronio, llevados por la codicia, matan a Celestina que se niega a compartir con ellos la cadena de oro que Calisto le dio en pago de sus servicios; a partir de ahí las acciones se suceden: Calisto muere al caerse desde el muro de la casa de Melibea y esta se suicida por amor. La obra finaliza con el llanto de Pleberio, padre de Melibea.
La Celestina plantea problemas de cierta complejidad en torno a su autoría, ya que en la Carta del autor a un su amigo de la primera edición, se nos afirma que Fernando de Rojas no escribíó el primer acto, sino que se lo encontró y decidíó continuarlo, empresa que dice acabar en quince días de vacaciones. Dado que esto último parece poco probable, se pensó que todo lo afirmado era incierto, y comenzó a cuestionarse si la obra estaba escrita por una sola persona o por dos.
Al igual que la autoría, la cuestión del género al que pertenece la obra ha sido objeto de amplias polémicas. El título (comedia o tragicomedia), el carácter dialogado y la ausencia de partes narrativas nos hacen pensar en una obra dramática; así fue catalogada en los siglos XVI y XVII. Sin embargo, la escasez de acción, los largos parlamentos, la longitud global de la obra (que la hacen prácticamente irrepresentable) y los cambios frecuentes de escenario han hecho que se hable de novela dramática e, incluso, de obra agenérica. Hoy en día se la considera una comedia humanística, a imitación de Petrarca: sería una obra destinada a la lectura en voz alta, pero no a la representación. El argumento, los personajes, sus nombres… reforzarían esta tesis.
Los personajes de La Celestina presentan un marcado carácter realista; no hay nada idealizado en ellos, ya que poseen tanto defectos como virtudes. Pertenecen a diversas clases sociales: por una parte, el mundo refinado de Calisto y Melibea; por otra, el mundo bajo e innoble de Celestina, de los criados y de las prostitutas.■ Celestina. Es, sin duda, el personaje mejor trazado y más famoso de la obra. Se trata de una vieja amoral, astuta y codiciosa que vive de sus engaños y de los beneficios que estos le reportan. Tiene un destacado precedente: Urraca, la trotaconventos del Libro de Buen Amor. Aparece como un personaje complejo, dueño de una amplia retórica y saber popular, que ha obtenido el privilegio de ser el primero de su clase social que se convierte en protagonista de una obra de esta trascendencia.■ Calisto. Joven adinerado, enamorado de Melibea. No posee un marco familiar concreto. Es significativa su rápida evolución del amor cortés al pasional. Su única intención consiste en conquistar a Melibea, de ahí que recurra a una alcahueta. No puede ser considerado un héroe de amor, ya que su muerte se produce por azar, y no hay en él nobleza de amor o Romanticismo. Representa, por el contrario, un ejemplo de loco enamorado, cuya actitud se intenta censurar en la obra.■ Melibea. Es la joven protagonista que, de inicio, rechaza frontalmente a Calisto. Va cambiando gradualmente su opinión sobre él y, cuando se enamora, el amor será la razón de su vida. Vive con sus padres y, para proteger la honra familiar, debe amar en secreto. Cuando se entrega a Calisto, se lamenta hipócritamente por la deshonra que ha arrojado sobre sí misma y sobre su familia.■ Pármeno y Sempronio. Son los criados; reflejan el fin del vasallaje medieval: no buscan el bien de su señor sino su propio beneficio y solo son leales al dinero. Por ello, no dudan en matar a Celestina.■Elicia y Areusa. Ambas prostitutas pretenden que Centurio vengue la muerte de sus amantes, los criados de Calisto, no tanto por su amor, sino por su desamparo y el odio que sienten. Frente a la despreocupación de Elicia, Areúsa presenta una conciencia de sí misma más acusada. ■ Pleberio y Alisia. Son los padres de Melibea. Alisia se limita a especular sobre el matrimonio de su hija. Pleberio representa al padre que declama el planto final de la obra.
La obra llama la atención por su cuidado estilo, lleno de ironía y belleza. Los personajes hablan según su condición social, aunque a veces cambian de registro, dependiendo del interlocutor al que se dirijan. Este rasgo está especialmente conseguido en el personaje de Celestina, que dice a cada uno lo que quiere oír y de esta forma gana su benevolencia. Podemos destacar el habla refinada y latinizante de Calisto o el habla popular de Celestina. Son frecuentes las antítesis, las frases largas, el empleo de refranes, las citas de la antigüedad clásica y los latinismos.
La intencionalidad de La Celestina ha sido motivo de controversia. El autor nos dice claramente que escribe la obra para escarmiento de los locos enamorados, que vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman y dicen ser su Dios. De la misma forma nos comenta que fue escrita en aviso de los engaños de las alcahuetas y malos y lisonjeros sirvientes. Según esto, Rojas sería un moralista. Sin embargo, hay quien opina que el autor no declaró su verdadera intención para evitar problemas con la Inquisición, debido a su condición de con-verso; su deseo real sería dar testimonio de su vivir angustioso y marginado. También cabe pensar en una intención estrictamente literaria y estética, que únicamente pretendería reflejar las pasiones de los dos enamorados.