El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos y Política Exterior

En 1517 se inicia el reinado de Carlos I de España y V de Alemania, de la dinastía de los Austrias, que durará hasta 1700. Carlos V recibió las Coronas de Aragón, con sus posesiones en el Mediterráneo (Nápoles, Sicilia, Cerdeña), y de Castilla, con las plazas del norte de África y las tierras recién conquistadas de América. A esto se sumaron los Países Bajos, el Franco Condado, entre otros territorios. Para mantener unido este vasto imperio, Carlos I forjó la idea de la unidad de todos los príncipes cristianos de Europa, dirigidos por él contra un enemigo común. Sin embargo, tuvo que hacer frente a una serie de problemas internos y externos.

Problemas Internos

Movimiento Comunero (1520-1521)

Se desarrolló en Castilla. Sus protagonistas fueron las ciudades castellanas (Toledo, Valladolid, Salamanca, Segovia, entre otras) y un sector de la aristocracia castellana que se sublevó contra el rey, al que consideraban extranjero. La presión que el emperador ejerció sobre las Cortes castellanas para sufragar los gastos de su elección como emperador de Alemania desencadenó la sublevación. La guerra, que estalló en 1520, acabó con la derrota de los comuneros en Villalar. Esta derrota fortaleció el absolutismo monárquico en Castilla, convirtiéndola en el territorio más dócil de la monarquía para utilizar sus recursos (hombres, dinero, etc.).

Germanías (1521-1522)

Se desarrollaron en Valencia y Mallorca. Se trató de una protesta social de los artesanos y agricultores contra el poder de los nobles, un movimiento antiseñorial. Las tropas reales también acabaron reprimiendo este movimiento.

Política Exterior

La unidad cristiana de su amplio imperio chocó con la resistencia de Francia, Alemania y el Imperio turco. Además, tuvo que hacer frente a la extensión del luteranismo en el Imperio alemán, que suponía la ruptura de la unidad cristiana y la posibilidad de separación de los príncipes alemanes de la autoridad imperial. Para frenar la extensión del protestantismo, el emperador utilizó primero el diálogo y luego la guerra contra los protestantes alemanes. Aunque obtuvo victorias militares, no pudo frenar la expansión del luteranismo por Alemania. En 1555 firmó la Paz de Augsburgo.

Con Francia, Carlos I mantuvo guerras motivadas por la rivalidad franco-española por el control de los territorios italianos, la competencia entre Francisco I y Carlos V por la Corona Imperial de Alemania y el hecho de que Francia estaba cercada territorialmente por España. De estas guerras, España obtuvo victorias importantes como la de Pavía y consiguió mantener la hegemonía en Italia y en el continente tras la Paz de Cambray.

También se enfrentó a la amenaza turca al corazón del Imperio y a los piratas berberiscos del norte de África que amenazaban el comercio en el Mediterráneo, llegando a tomar Túnez. Habría que esperar al reinado de Felipe II para alejar el peligro turco del Mediterráneo.

La Monarquía Hispánica de Felipe II: La Unidad Ibérica

El reinado de Felipe II (1556-1598), Austria Mayor, se caracterizó por un aumento de la vinculación de España con su Imperio. Para mantener unido el amplio Imperio, “en el que nunca se ponía el sol”, tuvo que hacer frente a una serie de problemas internos y externos.

Problemas Internos

Los principales problemas internos de su reinado fueron la muerte de su hijo Carlos y la sublevación morisca de las Alpujarras, que contó con el apoyo de los turcos. Don Juan de Austria concluyó la revuelta con la muerte, expulsión al norte de África o dispersión de los moriscos. Además, Felipe II luchó contra los focos de protestantismo en España, que fueron reprimidos por la Inquisición, y tuvo que hacer frente a la revuelta de Aragón. Finalmente, tras la invasión de Zaragoza, recortó los fueros de los aragoneses e impuso la autoridad real en ese reino.

Política Exterior

La política exterior, similar a la de su padre, tuvo como objetivos la defensa de los intereses dinásticos de la Casa de Austria y la defensa del catolicismo frente al protestantismo. Además, Felipe II logró hacer realidad el sueño de los Reyes Católicos: la incorporación de Portugal a los territorios españoles.

Los principales frentes en los que se enfrentó fueron:

• La Guerra de Flandes: Flandes era un foco industrial, financiero y comercial para España, además de tener una posición estratégica frente a Inglaterra y Francia, enemigas de España. Se produjo la sublevación de Guillermo de Orange, apoyado por Inglaterra y los luteranos alemanes, en defensa de la libertad de culto. España perdió el norte de estos territorios, que se convirtieron en la república independiente conocida como la Unión de Utrecht.
• Guerras con Francia, donde obtuvo victorias como la de San Quintín.
• Contra los turcos e Inglaterra, donde perdió la Armada Invencible.