Portada » Historia » El Imperialismo y la Primera Guerra Mundial: Causas, Consecuencias y Desarrollo
A finales del siglo XIX, surgió en Europa el concepto de imperialismo, que se refería a la formación de imperios ultramarinos en Asia, África y Oceanía por parte de las grandes potencias. Este concepto implicaba la conquista sistemática de territorios para alcanzar el estatus de potencia mundial, buscando el control político, económico y militar. La tendencia imperialista se intensificó entre 1880 y 1914, con Gran Bretaña como principal exponente.
La «Primera Guerra Mundial» o «Gran Guerra» (1914-1918) tuvo un impacto global. Los bombardeos causaron destrucción material, pérdidas humanas y afectaron psicológicamente a la población civil, involucrada directamente en el conflicto. El conflicto, iniciado en Europa entre las potencias europeas, se extendió a otros continentes debido a sus colonias. Países como Japón, Estados Unidos, e incluso Brasil y China, participaron, convirtiendo una guerra europea en un conflicto mundial.
El detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría en Sarajevo (Bosnia) en junio de 1914. Este evento desencadenó una serie de acontecimientos que llevaron a Austria-Hungría a declarar la guerra a Serbia. Las alianzas y acuerdos entre las potencias europeas provocaron una escalada del conflicto. Rusia movilizó sus tropas en apoyo a Serbia, mientras que Alemania, aliada de Austria-Hungría, declaró la guerra a Rusia y Francia. La invasión alemana de Bélgica llevó a Gran Bretaña a unirse a la guerra.
El plan alemán de una ofensiva rápida contra Francia fracasó. La guerra se estancó en una guerra de trincheras en el frente occidental. En el frente oriental, Alemania ocupó Polonia. Italia se unió a los aliados, mientras que Serbia fue invadida. La guerra se extendió a otros frentes, incluyendo el mar, donde la guerra submarina alemana provocó la entrada de Estados Unidos en el conflicto en 1917. España se mantuvo neutral.
Tras la guerra, los aliados culparon a los imperios centrales, especialmente a Alemania. Sin embargo, las causas reales fueron más complejas:
En 1917, la guerra llegó a un punto crítico. El agotamiento, los problemas de abastecimiento y el descontento popular eran generalizados. La retirada de Rusia tras la revolución de 1917, la entrada de Estados Unidos en la guerra y la contraofensiva aliada en el frente occidental llevaron al colapso de los imperios centrales. En noviembre de 1918, se firmaron los armisticios que pusieron fin a la guerra.