La tasa de natalidad disminuirá debido a la menor fecundidad de las mujeres españolas.
La fecundidad aumentará hasta 2030 y se estabilizará en torno a 1,53 hijos por mujer.
La tasa de mortalidad aumentará debido al envejecimiento de la población.
La esperanza de vida aumentará, pero con menor intensidad.
El crecimiento natural se volverá negativo en la década de 2020.
El futuro de los movimientos migratorios
Las migraciones internas seguirán predominando.
La inmigración extranjera es difícil de prever.
El INE establece dos escenarios de crecimiento de la inmigración: uno de 280.000-260.000 personas al año y otro de 100.000.
Para potenciar los efectos positivos de la inmigración, se deben mantener la cooperación con los países de origen, la ordenación de los flujos, el impulso de la integración y la lucha contra la inmigración clandestina.
El futuro del crecimiento y de la estructura de la población
El crecimiento de la población continuará hasta 2050 por efecto de la inmigración.
Desde entonces, descenderá debido al envejecimiento demográfico.
En la estructura por sexo, seguirán predominando los varones entre los jóvenes y las mujeres entre las ancianas.
En la estructura por edad, España será uno de los países más envejecidos del mundo hacia 2050.
Para paliar los problemas derivados del envejecimiento, se deben retrasar la edad de jubilación, eliminar las prejubilaciones, fomentar los fondos de pensiones, promover la prevención y un uso más racional de los recursos sanitarios, y prestar apoyos que permitan a los mayores permanecer en sus hogares.
En la estructura económica, la tasa de actividad crecerá hasta 2020 y luego disminuirá.
Para paliar la desaceleración económica, se debe fomentar la incorporación al trabajo de jóvenes y mujeres, y la inmigración extranjera.
También es necesario combatir la desigualdad de las mujeres en el empleo.
El sector servicios aumentará su porcentaje de población empleada.