Portada » Historia » El Franquismo: Bases Sociales, Institucionalización y Etapas
El Franquismo se sustentó en el apoyo de diversos grupos sociales que anhelaban la restauración de los valores tradicionales, el orden y la autoridad que consideraban desestabilizados durante la República:
La estructuración del Estado español tras la Guerra Civil fue un proceso lento. Desde la primera Ley Fundamental, el Fuero del Trabajo (1938), hasta la Ley Orgánica del Estado (1967), transcurrieron casi tres décadas.
Primera Ley Fundamental e intento de institucionalizar el régimen, inspirada en la Carta di Laboro italiana. Busca aplicar la doctrina falangista al ámbito laboral, regulando las retribuciones, estableciendo la magistratura laboral, organizando las relaciones laborales mediante Sindicatos Verticales (obligatorios para empresarios, técnicos y trabajadores bajo la jerarquía de la Falange) y prohibiendo la huelga como delito contra la Patria.
Intento de institucionalizar el régimen mediante la creación de las Cortes con un papel consultivo, sin iniciativa parlamentaria. Órgano controlado por el Jefe del Estado, compuesto por procuradores designados directa o indirectamente por el ejecutivo. Sustituye al Consejo Nacional de FET y de las JONS.
Ante el aislamiento internacional, se busca un acercamiento a la Europa de posguerra. Declaración de derechos y deberes de los ciudadanos (suspendibles por el gobierno) que respeta aspectos del Fuero del Trabajo, pero admite derechos individuales propios de sistemas liberales.
Buscando aparentar la existencia de sufragio universal ante Europa, permitía someter a referéndum las cuestiones que el Jefe del Estado considerase oportunas. Solo se utilizó en dos ocasiones: en 1947 para aprobar la Ley de Sucesión y en 1966 para la Ley Orgánica del Estado.
Otro intento de legitimación exterior basado en el catolicismo y la monarquía. Franco establece la monarquía como sucesora y declara a España como “Reino”. Don Juan reacciona con el Manifiesto de Lausana (1947), pero llega a un acuerdo con Franco (1948) para la educación de su hijo, Juan Carlos, en España. Don Juan no renuncia a sus derechos, pero colabora con los planes de Franco.
En un contexto de abandono de la autarquía y desarrollo económico, se establece que quienes ocupen cargos públicos o sean funcionarios deben jurar fidelidad a los Principios del Movimiento.
Aprobada en referéndum en 1966, institucionaliza la “Democracia Orgánica” (frente a la liberal y parlamentaria), crea la figura del presidente del gobierno (separada de la Jefatura del Estado), separa sindicato y Movimiento, e introduce una leve participación ciudadana en la elección de parte de las Cortes (el tercio familiar). Sintetiza los principios del régimen en 12 puntos. El Estado se basa en el “Movimiento”, por encima de ideologías o partidos. Se reconoce a España como Reino, pero el poder de Franco se asemeja al de una monarquía absoluta. Esta ley permite que en 1969 Franco proponga a Juan Carlos de Borbón como sucesor.
La larga duración del régimen franquista (1936-1975) explica su evolución. En sus inicios, hasta el final de la II Guerra Mundial, se asemejó a otros fascismos europeos. La Guerra Fría trajo un aperturismo y una profunda transformación económica y social en los años 60, pero el régimen no supo adaptarse. La oposición, tanto desde la izquierda como desde su interior, creció a partir de los 60. El régimen, debilitado, no pudo adecuarse a la nueva realidad social. La agonía de Franco fue la agonía de su régimen. A su muerte, el crecimiento económico había transformado la sociedad española, que exigía cambios políticos que la dictadura no podía satisfacer. La única opción era la liquidación del régimen y la transición a la democracia.