Portada » Historia » El forcejeo con la iglesia católica
Por su origen, es un texto de fuente primaria o directa ya que se trata de un documento original de la época. Según su naturaleza, es un documento de carácter histórico circunstancial ya que se trata de una moción realizada por la asamblea de obreros de Tarrasa. Su contenido es de carácter político y social ya que se refleja la tensa situación de las clases obreras de la época y a la vez, critica las acciones del gobierno.
//El texto fue redactado en Tarrasa el 21 de Julio de 1909 en medio de las protestas por el envío de tropas reservistas a Marruecos. El contexto histórico al que pertenece es la primera etapa (1902-1923) del reinado de Alfonso XIII, durante el gobierno conservador de Antonio Maura. Debido a la gestión del gobierno en el conflicto colonial de Marruecos, tuvo lugar la crisis de 1909 que desencadenó la Semana Trágica de Barcelona. Los ataques rifeños que se producen en Melilla llevaron a la movilización de los reservistas, y el desastre en el Barranco del Lobo supuso la sublevación. //El autor es colectivo, los sindicatos catalanes agrupados en Solidaridad Obrera, formada en 1907 y precursora de la CNT. Junto a los socialistas decretaron una huelga general y formaron un comité director de la misma. // El destinatario es público: gobierno, diputados republicanos, aristócratas y la clase obrera. La finalidad del documento es movilizar a la clase obrera en contra de la gestión del gobierno en la guerra de Marruecos, concretamente, la movilización de los reservistas.
ANÁLISIS // El texto presenta las siguientes ideas principales: el rechazo al conflicto de Marruecos, el sentimiento anticlerical del movimiento obrero, la crítica al falso patriotismo de las damas de la alta sociedad, al reclutamiento de los reservistas, y a los partidos republicanos burgueses. Se puede estructurar de la siguiente manera: –Preámbulo (L.1-5): La Asamblea considera que el colonialismo es una consecuencia del capitalismo. Además, manifiesta el injusto sistema de reclutamiento del ejército, las quintas, rechazadas por la población; y pone de relevancia que son los obreros los únicos que van a las guerras propiciadas por la burguésía. Ante esto, realiza una protesta concretada en cuatro puntos. –Punto 1 (L. 6): Manifiesta el rechazo a la actuación del gobierno y al conflicto de Marruecos, acorde con la postura del movimiento obrero internacional respecto al imperialismo y a la guerra (Congreso de Stuttgart de 1907). Después del desastre de 1898, la actuación exterior española se orientó hacia el norte de África. La Conferencia de Algeciras (1906) establecíó un protectorado Franco-español en el Rif, que permitía prestigio para España y satisfacer los intereses mineros (La Compañía de las minas del Rif) y ferroviarios de la oligarquía capitalista. Sin embargo, las tribus bereberes del Rif se opusieron y sus continuos ataques obligaron a mantener una fuerte presencia militar. –Punto 2 (L. 7-11): Denuncia el falso patriotismo de las damas de la alta sociedad. Su actitud fue chocante, entregando banderas, medallas y escapularios a los soldados reservistas. Deja patente el sentimiento anticlerical y critica esa visión que se quería dar de “misión religiosa” de la presencia de la España católica en zonas musulmanas. También critica el sistema de reclutamiento, que permitía la redención a cambio de dinero, solo iban a la guerra los pobres. En la guerra de Cuba ya se vio claro la oposición popular a este sistema, fue uno de los lemas de la primera campaña política del PSOE: “O todos o ninguno”. Los gritos de protesta en el puerto de Barcelona hacen alusión a este hecho (¡Abajo la guerra! ¡Que vayan los ricos!). En el caso de los reservistas era más dramático, se reclutaban a padres de familia trabajadores que ya cumplieron su servicio militar, dejando a sus familias desamparadas. –Punto 3 (L. 12-17): Refleja el anticlericalismo presente en el movimiento obrero y en las clases medias urbanas, alentado por los discursos de Lerroux. Este anticlericalismo se debe a que la Iglesia forma parte de la oligarquía dirigente, firme sostén de la Restauración. Muestra un odio a la postura y actitud de la Iglesia cuando dice que, en vez de reclutar a los reservistas, que sí son útiles al país, deberían ir a la guerra los curas y frailes que no tienen cargas familiares ni son útiles y están interesados en el triunfo de la religión católica, “de la cruz sobre la media luna”. – Punto 4 (L. 18-25): Expresa la decepción ante la clase política republicana. Rechaza la actitud de los diputados republicanos burgueses que no se han opuesto a la guerra colonial y no han secundado las propuestas de las asociaciones obreras. La proclama termina con el anuncio a un llamamiento a la huelga general contra la guerra de Marruecos, que derivó en una revuelta popular violenta duramente reprimida por el ejército. Además, considera que los marroquíes tienen derecho a su independencia, oponiéndose al reparto que se hizo de Marruecos en la Conferencia de Algeciras.
El contexto de este texto se sitúa en la primera etapa del reinado de Alfonso XIII (1902-1923), durante su intento de regeneracionismo conservador. A finales del Siglo XIX, España se caracteriza por ser un sistema liberal marcado por la corrupción política y por el turnismo político, a ello se une la crisis que se produce después de la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898. Una de las primeras consecuencias fue la creación de una corriente de opinión denominada regeneracionismo. Los primeros años de su reinado se caracterizan por los intentos de conservadores y liberales de reformar el sistema desde dentro, pero fracasaron. Antonio Maura es el renovador del Partido Conservador, durante su presidencia del gobierno (1903-1907) intentó impulsar la denominada “revolución desde arriba” y una de las medidas que tomó fue promover una política exterior expansionista en Marruecos. Se pretende olvidar “el desastre del 98”. La Conferencia de Algeciras (1906) pretendíó solucionar la crisis entre Alemania y Francia estableciendo un protectorado Franco-español en el Rif. El 9 de Julio de 1909 se produjo un ataque de los rifeños a los trabajadores españoles de las minas, lo que dio lugar a la intervención del Ejército español. El gobierno de Maura decidíó enviar soldados reservistas para reforzar la zona de Melilla. Esta fue la chispa que provocó un importante movimiento de protesta por todo el país (anarquistas, socialistas y republicanos). La movilización popular se inició el 18 de Julio de 1909 en Barcelona. Se hizo un llamamiento a la huelga general (el PSOE y la UGT la prepararon a nivel nacional para más adelante, en cambio, Solidaridad Obrera la adelantó por temor a que Maura suspendiera las garantías constitucionales y ordenara el encarcelamiento de los líderes obreros). Tras el desastre del Barranco del Lobo (murieron muchos reservistas) se produjeron verdaderas insurrecciones (barricadas, quema de iglesias…). Los incidentes duraron una semana por eso fue llamada la “Semana Trágica de Barcelona” donde hubo durísimas represiones con algunas ejecuciones como la de Francisco Ferrer Guardia, se le responsabiliza de la convocatoria de la huelga y de los desórdenes, fue juzgado sin garantías. Esto desencadenó una campaña política contra el líder conservador (¡Maura, no!) que provocó la caída del gobierno y el inicio de la etapa regeneracionista con Canalejas.
Como consecuencia de la Semana Trágica de Barcelona aparecíó en Cataluña un nacionalismo de izquierdas y republicano. Se produjo un acercamiento de las fuerzas de izquierdas y los socialistas logran tener en 1910 su primer diputado, Pablo Iglesias; y ese mismo año se funda el sindicato anarquista CNT. Se extiende la crítica al sistema de la Restauración entre la opinión pública. En 1912, Canalejas reformó la Ley de Reclutamiento que establecía un servicio militar obligatorio sin redenciones a cambio de dinero (pero solo en tiempos de guerra). La primera parte del reinado de Alfonso XIII transcurre en una permanente crisis política que llevó a la inestabilidad y la incapacidad de los sucesivos gobiernos para superarla. La Semana trágica deja patente la descomposición del régimen de la Restauración, no supo atender las demandas del movimiento obrero. La Dictadura de Primo de Rivera en 1923 pondrá fin a la Restauración.