Portada » Griego » El Esplendor del Teatro Griego Antiguo: Tragedia y Comedia en Atenas
El drama griego es fundamentalmente la mimesis (imitación) de una acción humana, representada por actores en un teatro. Sus dos subgéneros maduros florecieron en la Atenas de los siglos V y IV a. C.: la tragedia y la comedia.
Ambos géneros estaban profundamente ligados al culto del dios Dioniso y se representaban en festivales religiosos específicos:
El contexto de la democracia ateniense fue crucial, ya que facilitó la proliferación de ideas y la participación activa de los ciudadanos en los asuntos públicos, reflejándose en el teatro. Las representaciones tenían lugar principalmente en el Teatro de Dioniso, situado en la ladera sur de la Acrópolis.
Los concursos dramáticos eran un acontecimiento cívico y religioso de gran importancia, con un alto valor pedagógico. Se prolongaban durante varios días (generalmente tres para las tragedias en las Grandes Dionisias). Cada sesión solía abrirse con una comedia.
Normalmente, se admitían tres poetas trágicos y tres (o cinco) cómicos al concurso. Mientras cada cómico presentaba una sola comedia, el poeta trágico competía con una tetralogía, compuesta por tres obras trágicas y un drama satírico.
El poeta que deseaba participar solicitaba permiso al arconte correspondiente. Si era aceptado, el magistrado le concedía un coro, lo que implicaba asignar un corego (un ciudadano rico) y tres actores profesionales.
El derecho de admisión al auditorio era, en principio, ilimitado. El precio de la entrada solía ser de dos óbolos, pero el Estado implementó el Teoricón, un fondo para subsidiar la entrada de los ciudadanos más pobres, asegurando su participación. Los asientos delanteros (proedría) estaban reservados para sacerdotes, magistrados y personalidades destacadas.
Los teatros griegos se construían al aire libre, aprovechando generalmente las laderas de colinas para el graderío. Sus partes principales eran:
Los actores (hypokritai, que significa «el que responde») eran siempre hombres, incluso para los papeles femeninos. Un mismo actor podía desempeñar varios papeles gracias al uso de máscaras (prosopon), que indicaban el carácter, sexo y edad del personaje. Llevaban un calzado especial de suela alta, los coturnos, para realzar su figura en la tragedia.
En la tragedia clásica, el número de actores en escena se limitó generalmente a tres (introducidos progresivamente por Esquilo y Sófocles). El coro, fundamental en los orígenes del drama, constaba de 12 a 15 componentes en la tragedia (coreutas), dirigidos por un jefe llamado corifeo, quien a veces podía interactuar con los actores.
Tanto la tragedia como la comedia compartían una estructura básica, aunque con variaciones:
Además, podían incluir:
Tradicionalmente, se atribuye a Tespis (siglo VI a. C.) la transformación de las primitivas representaciones corales dionisíacas en la primera forma de tragedia, al introducir un actor que dialogaba con el coro.
La tragedia ponía en escena los grandes problemas universales del ser humano: el destino (moira), el conflicto entre generaciones, la relación con los dioses, el amor, la muerte, la justicia, la culpa y la angustia existencial. Utilizaba personajes y situaciones extraídos de los mitos heroicos, alejados de la vida cotidiana.
A menudo, escenifica la caída de un héroe o heroína que, movido por un exceso de orgullo (hýbris), transgrede los límites impuestos por los dioses o el destino, violando el orden del cosmos y atrayendo sobre sí la venganza divina (némesis). La tragedia funcionaba como una pedagogía de la «idea de limitación», enseñando la necesidad de la moderación y el autocontrol racional (sofrosýne).
Aristóteles señaló que la tragedia buscaba provocar en el espectador la kátharsis (purificación o purgación) a través de la compasión (éleos) y el temor (phóbos) suscitados por el sufrimiento de los personajes. Se trataba de aleccionar moralmente a los espectadores. Todo en la tragedia —lenguaje, vestuario, música, atmósfera— era elevado, majestuoso y solemne.
Los tres grandes maestros de la tragedia ateniense del siglo V a. C. son:
Aristóteles sitúa el origen de la comedia en los cantos fálicos y las procesiones burlescas asociadas al séquito festivo (kômos) en honor a Dioniso.
A diferencia de la tragedia, la comedia ponía en escena situaciones y personajes directamente relacionados con la vida cotidiana de Atenas. Sus personajes eran a menudo tipos sociales reconocibles o caricaturas de figuras públicas contemporáneas. Planteaba situaciones problemáticas de la actualidad (política, social, cultural) a las que el héroe cómico daba soluciones imaginativas y a menudo disparatadas, conduciendo a un final feliz.
La risa, la burla y la sátira eran sus herramientas principales, pero también tenía una pretensión educativa y crítica. Reflejaba la realidad histórica del momento, criticando abiertamente a políticos, filósofos, poetas e instituciones.
La comedia griega se suele dividir en tres fases:
Caracterizada por su fuerte sátira política y social, su lenguaje directo y a menudo obsceno, y la presencia destacada del coro y la parábasis. Su principal representante es:
Período de transición del que apenas conservamos fragmentos. Parece que la sátira política directa disminuyó tras la derrota de Atenas, y el papel del coro se redujo.
Se aleja de la sátira política para centrarse en temas más privados y cotidianos: enredos amorosos, conflictos familiares, personajes tipo (el viejo avaro, el joven enamorado, el esclavo astuto, la cortesana). Es una comedia de costumbres, más «burguesa» y realista en su ambientación, aunque con tramas a menudo novelescas que incluyen recursos como el reconocimiento (anagnórisis) y los cambios de fortuna (peripecias). El coro pierde casi toda su importancia, quedando reducido a interludios musicales. El final es siempre feliz y la virtud recompensada. Su principal autor es: