Portada » Filosofía » El contrato social Rousseau resumen
Sostiene que el hombre es bueno por naturaleza, y es la sociedad la que le corrompe. El paso del estado natural a la sociedad es planteado como una ficción teórica y no como una etapa real en la historia.
Recordemos:
Para Thomas Hobbes, El hombre en estado de naturaleza es malo, competitivo y egoísta. No hay derechos naturales, sino la pura fuerza de cada cual para imponerse a los demás en un estado de competencia universal. El pacto es entre los ciudadanos entre sí para dar todo el poder a un soberano único que lo administra (con mejor o peor suerte) para asegurar la paz.
`Para John Locke, sí hay derechos inherentes al hombre en el estado de naturaleza (Locke es iusnaturalista). El pacto se instituye para salvaguardar los derechos y libertades inalienables, para evitar un retroceso a la tiranía, y se concreta en una constitución y unas leyes que también obligan al gobernante.
Para Rousseau, el hombre en estado natural era libre, feliz, bueno, cooperativo y compasivo. Es la sociedad la que lo transforma en un esclavo y un ser desgraciado y movido por el egoísmo.
Rousseau participa así del mito del buen salvaje primitivo, idealización difundida en las letras francesas a partir del Siglo XVI, cuando comenzaron a llegar los relatos de las exploraciones geográficas y del contacto de los europeos con pueblos primitivos.Hay en Rousseau una marcada nostalgia por la pérdida de esa primitiva (y supuesta) edad de oro.
Para Rousseau, las letras, las artes y las ciencias han degradado y corrompido al individuo. El origen de las ciencias es siempre algún vicio humano: la superstición, la avaricia, o la curiosidad. El cultivo de las artes y las ciencias ha hecho al hombre dependiente y débil.
El hecho concreto que origina la desigualdad y destruye el estado de naturaleza es la aparición de la propiedad privada. Este hecho es irreversible; no se puede volver al estado de naturaleza, pero sí se puede reformar la sociedad mediante un pacto que garantice los derechos de todos.
Las reformas sociales se lograrán a través de la educación. Reflexiona Rousseau sobre ello en su obra “Emilio”. Allí plantea la bondad natural del hombre. La educación debe exponer al niño a la naturaleza, sustrayéndolo del control férreo de las instituciones; educar los sentidos y los sentimientos antes que la razón. Se busca así preservar la inocencia natural del niño, e incentivar la espontaneidad, la conciencia crítica, la empatía y la cooperación. La educación estimulará en el niño su deseo de aprender, teniendo en cuenta sus intereses, su capacidad y su etapa de desarrollo.
Para la tradición liberal (Locke), el estado de naturaleza es una hipótesis ficticia, sin base histórica, que sirve como ideal contrafáctico (un modelo utópico “contra los hechos”), para comprender los fallos de la sociedad a la vez que legitimar el Estado político, necesario para evitar el egoísmo y la ley del más fuerte. El Estado es fundamentalmente garantía de las libertades personales.
Para Rousseau, mediante el contrato social cada individuo delega sus derechos en la comunidad, en la confianza de que todos harán lo mismo.
El pueblo es soberano; y esa soberanía es intransferible. Reunido en asamblea, y movido por la voluntad general, el pueblo elige diputados, que no son tanto representantes sino meros administradores; las leyes las ratifica el pueblo. La voluntad general se concreta en la capacidad de aprobar leyes, que en todo caso deben servir a los intereses generales y no a intereses particulares.Esa voluntad general supone la existencia de un bien común objetivo. El voto de la mayoría expresará inevitablemente la voluntad general. El que se niegue a obedecer la voluntad general será obligado a ello, con la convicción de que está equivocado.La forma ideal de gobierno es la democracia, aquella en la que el pueblo se gobierna a sí mismo. Rousseau está pensando en comunidades pequeñas como su Ginebra natal, donde es posible una democracia directa a través de asambleas.Admite, de manera realista, que también es válida la monarquía parlamentaria para Estados grandes y ricos.
En el estado de naturaleza la desigualdad natural consistía en la natural diferencia de habilidades y talentos (físicos e intelectuales). El problema es que la propiedad privada perpetúa y legitima esas desigualdades en el estado de sociedad. Como hemos visto, hay una nostalgia por sociedades anteriores, donde los lazos entre individuos eran la cooperación y el egoísmo. Denuncia, la conversión de las personas en mercancías. Sin embargo, su crítica a la propiedad privada no es absoluta: lo que cuestiona Rousseau es la propiedad privada capitalista basada en el trabajo asalariado, que cosifica a los seres humanos. Acepta la propiedad privada del productor (el pequeño taller del artesano, el lote de tierra cultivado a pequeña escala); incluso acepta Rousseau cierto grado de desigualdad. De lo que se trata, es de poner un límite a esa desigualdad.En cuanto a la religión, defiende el deísmo, rechazando la revelación divina, los milagros y las instituciones eclesiásticas. Las religiones deben ser toleradas, siempre que sus dogmas no choquen con los deberes ciudadanos. Pero es en el Estado, y no en la Iglesia, donde se salvan los hombres.