Portada » Lengua y literatura » El compromiso social y político en la poesía de Miguel Hernandez
EL COMPROMISO SOCIAL Y POLÍTICO.
Miguel Hernández nace en una familia humilde que vive del campo y en la que recibe una educación católica. En su orientación literaria jugó un papel muy importante su amigo Ramón Sijé, que junto la citada educación religiosa le llevaron a una tendencia literaria clasista, es decir, a una obra marcada por una ferviente fe religiosa. En ésta primera época, Miguel Hernández se caracteriza por una actitud conservadora y conformista, expresando que la manera de llegar a Dios es a través del trabajo, y critica las acciones revolucionarias campesinas y obreras. Esta tendencia queda reflejada en su poesía en las obras “Perito en Lunas”, en “Imagen de tus huellas” y en los poemas que escribe hasta la primera mitad de la década de los 30.
Pero con la llegada de la República, esta tendencia conservadora empieza a cambiar. Miguel Hernández comienza a pensar en el más débil, en el obrero, y busca una mejor calidad de vida del más débil a través de la alfabetización, de la enseñanza. Este es el primer compromiso social de Miguel Hernández, que mantendrá hasta su muerte. Buscará llegar al obrero y culturizarlo a través de una poesía sencilla, de modo que éste lo entienda y piense sobre su vida. Es una poesía dirigida, como el propio Hernández indica,“para la inmensa mayoría”; será a partir de éste momento cuando comience la poesía social del poeta. Este cambio de mentalidad se verá muy influenciado por la crisis religiosa que sufre en este momento. Esta época de tránsito la veremos reflejada en la obra “El rayo que no cesa”, siendo el mejor ejemplo el poema suelto “Sonreídme”, donde el autor se aparta de las creencias religiosas a las que ha estado sujeto desde su juventud.
Ya con posterioridad a influencia de Alberti y Neruda, jugará un papel muy importante en la evolución política de Miguel Hernández, que, impulsado por los hechos que acontecen a la segunda mitad de los años 30, pasará a una actitud en la que busca defender y dignificar al hombre del campo, buscando concienciarlo de sus derechos y alentarle a conseguirlos. En ésta actitud el origen humilde y campesino de Miguel Hernández jugará un papel muy importante, utilizando incluso en su poesía experiencias para denunciar la situación del hombre del campo. Es precisamente en éste momento y sumido en el contexto histórico, cuando comienza el compromiso político de Miguel Hernández. Compromiso en el que Miguel Hernández no busca poder o un cargo político, sino conseguir la dignidad de los más débiles a través de la denuncia social por medio de la poesía.
En el momento en el que estalla la Guerra Civil, el poeta se decanta por el bando republicano, que es el que se identifica con los pobres. Miguel Hernández consideraba su poesía como arma para conseguir esa significación del más débil, por lo que elaborará una poesía de guerra, es decir, de aliento y propaganda a su causa. Por lo tanto vemos que su mayor compromiso político y social tiene dos detonantes: uno personal, como es la amistad de otros autores como Neruda o Alberti, y otro histórico, que es el comienzo de la Guerra Civil. Sus dos obras más significativas en el aspecto social y político pertenecen a ésta época: “Vientos del pueblo” y “El hombre acecha”. La primera se escribe a comienzos de la guerra, y la segunda a finales, por lo que son dos obras con una actitud muy diferente por parte del autor. Es la poesía “impura”, alejada de las vanguardias y asentada en el surrealismo.
En la primera obra poética, Miguel Hernández toma una actitud luchadora y alentadora, con optimismo en la victoria y alentando a los obreros a luchar contra las personas que les aprisionan y explotan. Miguel Hernández se siente pueblo, y como él, luchará desde las trincheras por sus derechos. Es una poesía comprometida con la búsqueda de la libertad, y que exalta la figura de la patria. Trata de transmitir valentía a los soldados, utilizando lo que él considera su mejor arma: la palabra. Los obreros podrán morir en la guerra, pero morirán con el valor que Miguel Hernández ha buscado desde un principio que consigan: la dignidad.
El poeta pasará a la figura plural, la figura del nosotros, con el fin de arengar a sus compañeros y los incite a luchar por los valores de la solidaridad. Para reflejar este compromiso social y político, Miguel Hernández empleará símbolos del obrero, como es el trabajo, la sangre o el sudor, y utilizará otros como el martillo para incitar a la lucha en busca de los valores comentados y, sobre todo, de la libertad del pueblo llano. Utilizará una forma sencilla para llegar a todo el pueblo. Finalmente el poeta luchará por conseguir una España en la que todo el mundo tenga los mismos derechos para las siguientes generaciones y así lo dejará reflejado en ambas obras.
En la segunda obra citada, el poeta refleja una actitud pesimista y desalentadora, debido al momento en el que la escribe, ya en las últimas fases de la guerra. Lamenta el amor hacia la patria con la inminente derrota en la guerra. En esta obra veremos la frustración del autor, expresando lo más íntimo de él mismo, de su identidad, marcando el destino de la muerte por las consecuencias de la guerra. Pero Miguel Hernández mantendrá una pequeña esperanza en la victoria a través del amor a su país, intentando negar la derrota total.
Por lo tanto, vemos que el fuerte compromiso social de Miguel Hernández tiene, desde que abandona la motivación religiosa, una faceta cultural hacia el obrero. Mientras tanto, su compromiso político se une con su compromiso social, en la lucha por conseguir la dignidad, la libertad y los derechos de todos los trabajadores. Ambos compromisos, están muy influenciados por los motivos personales del autor y sobre todo por los hechos políticos que caracterizan la época.