Portada » Economía » El Capitalismo y el Taylorismo: Impacto en la Industria
El objetivo era maximizar las ganancias. Existen dos grandes clases sociales: burguesía (clase alta) y proletariado (obreros que vivían de un salario). La distinción se basa en la propiedad privada de los medios de producción, lo que da lugar a una estructura de clases sociales:
El taylorismo fue un método de organización del trabajo dentro de la fábrica, creado en la segunda mitad del siglo XIX. Su finalidad era aumentar la productividad y evitar que los tiempos de producción fueran controlados por los obreros.
Frederick Taylor fue un ingeniero mecánico y economista estadounidense de la segunda mitad del siglo XIX.
Taylor propuso una organización científica del trabajo a partir de sus observaciones en la industria del acero.
El trabajo a destajo es un sistema de remuneración diaria que consistía en pagar en función de la cantidad y de la calidad de lo que se producía. Cada hora se informaba a los trabajadores si su ritmo de producción era normal o si estaban atrasados.
El cronómetro era un instrumento básico para el sistema ideado por Taylor, ya que su idea era ajustar la actividad de los operarios a la velocidad que permitían las máquinas.
Los resultados de este sistema fueron los siguientes:
Las etapas del taylorismo incluyen:
Durante la crisis de sobreproducción de 1873 a 1896, se implementaron medidas en lo político y en lo económico:
Las nuevas industrias incluyeron la siderúrgica, la química y la eléctrica. Los adelantos tecnológicos fueron las fundidoras de hierro y las convertidoras de acero, a las que solo los bancos pudieron acceder.
Los bancos otorgaban mayores facilidades de crédito y capital a las empresas dedicadas a estas nuevas actividades. Como consecuencia, las empresas pequeñas no pudieron competir con las más grandes y empezaron a desaparecer, quebrando o vendiendo sus bienes.
Los países más destacados durante este periodo fueron Alemania, Estados Unidos y Japón. Las fuentes de energía incluyeron gas y petróleo, y los sectores de la industria abarcaron la siderurgia (acero), electricidad, química y automotriz. Los cambios técnicos se caracterizaron por la alianza entre ciencia e industria, y el tamaño de las empresas se orientó hacia el monopolio.
La integración vertical permitió a las empresas monopólicas obtener mayores ganancias al producir los insumos necesarios para todas las etapas del proceso industrial. La integración horizontal se refiere a la fusión de grandes industrias de una misma actividad para controlar el mercado y obtener mayores ganancias.
Los monopolios eliminaron a las empresas competidoras, lo que les permitió fijar los precios de sus productos en el mercado, establecer la cantidad de bienes a fabricar y repartirse las regiones del planeta en las que iban a comerciar. La eliminación de la competencia significaba la probabilidad de obtener mayores ganancias, y muchas empresas se asociaron para ampliar su control sobre los mercados.
El capital financiero consistió en la función del capital bancario con el capital industrial. Las mayores ganancias llevaron a que las empresas más poderosas ofrecieran una parte de su capital en las bolsas de valores, en forma de acciones que el público podía adquirir. Las acciones tenían un valor según el rendimiento económico de la empresa, permitiendo obtener ganancias extras que no provenían directamente de la producción.