Portada » Historia » El Bienio Reformista, el Bienio Conservador y el Frente Popular: Etapas Clave de la Segunda República Española (1931-1936)
Tras la aprobación de la Constitución de 1931, se inició un nuevo período con un gobierno presidido por Manuel Azaña, formado por republicanos de izquierda y socialistas. En diciembre, Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República. El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas:
Las elecciones de noviembre de 1933 dieron un vuelco político, otorgando la mayoría al centro-derecha. La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) fue el partido con más diputados, seguido por el Partido Radical de Alejandro Lerroux, que se había desplazado hacia posiciones conservadoras. Inicialmente, gobernaron los radicales con apoyo parlamentario de la CEDA, comenzando a rectificar las reformas del bienio anterior.
En octubre de 1934, tres ministros de la CEDA entraron en el gobierno. La reacción de parte de la izquierda fue romper la legalidad mediante dos movimientos:
El clima político y social se enrareció. En 1935, el escándalo de corrupción del «Estraperlo» afectó al Partido Radical. La CEDA, liderada por José María Gil-Robles, pidió el poder, pero Alcalá Zamora se lo negó e impuso gobernantes de transición sin apoyo parlamentario, convocando elecciones anticipadas.
Las izquierdas, tras el fracaso de 1934, iniciaron un proceso de convergencia: el Frente Popular. Republicanos de izquierda, socialistas y comunistas pactaron un programa común. La coalición de derechas, formada por la CEDA y Renovación Española, acudió con un programa basado en el miedo a la revolución social. La Falange y el PNV se presentaron por separado.
La victoria fue para el Frente Popular, con mayorías en las ciudades y provincias del sur y la periferia. La derecha triunfó en el norte y el interior. Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. Se intentó que Indalecio Prieto (PSOE) ocupara la jefatura del gobierno, pero la división interna del PSOE lo impidió. Se formó un gobierno presidido por Santiago Casares Quiroga, formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin participación del PSOE, naciendo debilitado.
El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:
El ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera adoptó una postura revolucionaria, y la derecha buscaba el fin del sistema democrático. La conspiración militar contra el gobierno avanzaba, con líderes políticos (Gil-Robles, Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera) y generales implicados (Franco, Goded, Fanjul, Varela…).
El 12 de julio, el teniente Castillo, oficial de la Guardia de Asalto, fue asesinado por extremistas de derecha. La madrugada siguiente, José Calvo Sotelo fue asesinado por miembros de las fuerzas de seguridad. El enfrentamiento era inevitable.
El 17 de julio de 1936, la insurrección militar se inició en Melilla, extendiéndose al Protectorado de Marruecos. El 18 y 19 de julio, el golpe se extendió a la Península y los archipiélagos. El gobierno de Casares Quiroga reaccionó con lentitud.
El golpe triunfó en:
El fracaso parcial del golpe llevó a la división del territorio en dos zonas y al inicio de la Guerra Civil.