Portada » Historia » El Bienio Radical-Cedista (1933-1936): Elecciones, Revolución de 1934 y Triunfo del Frente Popular
EL BIENIO RADICAL-CEDISTA (1933-1936): Las elecciones de 1933 dieron el triunfo a las derechas, unidas en la CEDA y al Partido Popular. Alcalá Zamora encargó a Lerroux la formación de Gobierno. La CEDA, a pesar de su victoria, se había mantenido en segundo plano, decidió en octubre de 1934 participar en el Gobierno. Algunos líderes radicales del PSOE, como Largo Caballero, consideraban que la CEDA pretendía acabar con la República, convocaron una huelga general y como los sucesos fueron tan grandes se pasaron a llamar Revolución de 1934. El mayor seguimiento fue en Asturias. CEDA (CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE DERECHAS AUTÓNOMAS): coalición de partidos católicos liderada por José María Gil-Robles. EL TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR: La dura represión de la revolución de 1924 supuso un gran desgaste para el Gobierno radical-cedista; este desgaste se acentuó con una serie de escándalos que salpicaron a las más altas personalidades del Partido Radical. Alcalá-Zamora convocó elecciones para febrero de 1936. El Frente Popular se alzó con el triunfo electoral. Azaña fue nombrado presidente de la República en sustitución de Alcalá-Zamora y el nuevo gobierno reanudó las reformas emprendidas en el primer bienio. SUBLEVACIÓN MILITAR Y COMIENZO DE LA GUERRA: La victoria del Frente Popular hizo renacer la oposición de los mismos sectores que se habían enfrentado al primer Gobierno republicano, especialmente el Ejército y los terratenientes… Aumentó el protagonismo de grupos radicales de derechas próximos al fascismo, como el Bloque Nacional, liderado por Calvo Sotelo, o Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador. En las Cortes lo que más inquietaba a la opinión pública eran los enfrentamientos callejeros entre grupos opuestos. La tensión fue creciendo hasta que en julio el teniente Castillo, de la Guardia de Asalto, murió en un atentado presuntamente llevado por uno de esos grupos derechistas; ese acontecimiento causó un gran impacto y probablemente sirvió de detonante del golpe de Estado que llevaba tiempo en preparación y cuyo cerebro inspirado era el General Mola. El 17 de julio de 1936, se produjo una sublevación del Ejército en Marruecos. Las dos principales ciudades del país, Madrid y Barcelona, se habían quedado sin poder en la República. LA GUERRA CIVIL EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL: El conflicto coincidió con el auge de los fascismos y la política de apaciguamiento de las democracias, circunstancias que fueron decisivas en el conflicto español. La postura acordada por la Sociedad de Naciones fue la de NO intervención, que debía vigilar un comité situado en Londres. Italia y Alemania intervinieron desde el principio a favor de los sublevados. Mussolini envió divisiones completas, y Hitler, tropas de élite, como la célebre Legión Cóndor. La ayuda italoalemana resultó decisiva para el triunfo de la sublevación, que también recibió el apoyo de Portugal. La Unión Soviética envió asesores y armamento, pero no hubo tropas soviéticas en el conflicto español. De gran valor moral fue la ayuda de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios de todo el mundo, incluidos alemanes e italianos antifascistas. EL DESARROLLO MILITAR DE LA CONTIENDA: El 18 de julio el general Franco voló desde Canarias para ponerse al frente de las tropas de Marruecos, las mejores preparadas del Ejército. El principal problema era trasladar estas tropas a la Península, lo que consiguió con la ayuda de los aviones alemanes e italianos. Logrado el paso del Estrecho, los sublevados avanzaron por Extremadura hasta hallar la vía hacia Madrid por el valle del Tajo. La resistencia de la capital en la batalla de Madrid acabó con las ilusiones de los sublevados de un triunfo inmediato. A partir de ese momento, los episodios más sobresalientes del enfrentamiento fueron estos:
Indica qué zonas están con los golpistas, que son las zonas no industrializadas, y las de la República, que son todas las zonas industrializadas. León, Segovia, Ávila, Aragón quedan en manos de los golpistas y Madrid, Valencia, Teruel y Badajoz.
La zona nacional domina Galicia, Castilla, parte de Aragón, Extremadura, Madrid y parte de Andalucía, y el resto pertenece a los republicanos. Las principales batallas son la de Toledo, Madrid, Málaga, Jarama y Guadalajara.
Muestra el avance del Frente Nacional al mar a través de Aragón, su conquista de Cantabria, Asturias y el País Vasco, y el aislamiento de Cataluña. Las principales batallas fueron la de Brunete, Belchite y Teruel.
A finales del verano de 1936 asumió el Gobierno de la República el socialista Largo Caballero.Problemas de la zona republicana:
Cuando las fuerzas gubernamentales y los anarquistas tuvieron un enfrentamiento armado, estos hechos provocaron la caída de Largo Caballero y la formación de un nuevo Gobierno presidido por el socialista, Negrín, que se mantuvo hasta el final de la guerra. Negrín intentó poner fin al conflicto negociando con Franco, a partir de su documento conocido como los Trece Puntos.
Los sublevados se dieron a sí mismos el nombre de nacionales y encomendaron la dirección del alzamiento a una Junta Militar; en abril de 1937, todas las fuerzas políticas se unificaron en un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, cuyo jefe era Franco, no sin la oposición de una parte de los falangistas; en 1938 se formó un primer Gobierno cuya presidencia fue asumida por Franco.
Los efectos más importantes fueron los demográficos (muchas muertes) pero también había grandes efectos económicos (malas conexiones).