Portada » Arte » El Barroco y la unificación de las artes
Nacíó en Zaragoza en 1746; y murió en Burdeos en 1828. Vivíó un periodo convulso y sirvió a cuatro reyes. Fue neoclásico y ROMántico, pero su producción es tan variada que ninguna clasificación es adecuada para su producción. A lo largo de su producción anticipa los cambios radicales que va a experimentar la sensibilidad pictórica contemporánea: la ligereza de su pincelada preludia el impresionismo, sus fantasías oníricas desembocan en el Surrealismo y su desgarrado mundo interior abre paso a la temática expresionista. Dominó todas las técnicas y se atrevíó con todos los géneros. Sus comienzos fueron difíciles: ————————————————————————————————————————————fue rechazado dos veces por la Academia de San Fernando para obtener una beca que le permitiera estudiar en Roma. Él mismo se pagó el viaje a Italia. En Parma optó al premio convocado por su academia pero fracasó de nuevo. Al volver a Zaragoza trabajó en la basílica del Pilar y se casó con Josefa Bayeu.
Con 30 años lo contrató la Real Fábrica de Santa Bárbara para pintar cartones para los tapices que fabricaban. Eran tapices que debían servir para decorar los salones de las residencias de la familia real. Son pinturas amables en las que los personajes aparecen representados con mucha naturalidad. Hay influencias de la pintura italiana que Goya conocerá en sus viajes, y un colorido propio del rococó con una paleta rica y clara. (El cacharrero, El quitasol, La gallina ciega…). El éxito con las obras para la familia real provocó llamadas de nobles para decorar sus palacios. La casa de Osuna le hace también un encargo religioso: cuadros con la vida de San Francisco de Borja para la Catedral de Valencia. Posteriormente volvíó a los temas religiosos con los frescos de la ermita de San Antonio de la Florida (Madrid). Goya es también autor de una amplia gama de retratos, el género que más fama le daría: retratos colectivos e individuales, de cuerpo entero y de busto, de personajes de pie, sentados, acostados y ecuestres.
En 1792 viajó a Sevilla, donde contrajo una enfermedad que le dejó sordo. Se recuperó en Cádiz, en la Casa de su amigo Sebastián Martínez. Cuatro años después, vuelve a Andalucía para pintar el oratorio de la Santa Cueva gaditana. En 1796 marchó a Sanlúcar de Barrameda, donde vivíó seis meses como invitado de la Duquesa de Alba. En los años del cambio de siglo, cumple con el encargo de Godoy de pintar dos retratos femeninos de cuerpo entero: La maja desnuda y La maja vestida. La sordera y la situación política marcaron un antes y un después en la producción artística del pintor.
Su obra alterna dos vertientes antagónicas: las plácidas pinturas de encargo y las estampas desgarradas que contienen cinco series: Los caprichos, Los desastres de la guerra, La tauromaquia, Pinturas negras y Los disparates.
En 1814 podemos destacar dos de sus obras más importantes: La carga de los mamelucos y Los fusilamientos de la Moncloa. En 1823, una nueva invasión francesa acabó con el Trienio
liberal y devolvíó el poder absoluto a Fernando VII. Goya marchó al exilio y se instaló en Burdeos. Antes de morir, tuvo tiempo de pintar La lechera de Burdeos, el antecedente más claro del Impresionismo. Cuando Goya se retiró a Burdeos, huyendo tanto de la Corte española que le asfixia como de sus propios terrores, continuó su producción innovando y buscando sin cesar otras vías de expresión. El Romanticismo provocó la adaptación de Goya a este, en el cual se acerca a la figura de su modelo de forma espontánea, íntima, en pinceladas largas y fluctuantes que, sin embargo, conforman una imagen perfectamente articulada.
Tras el Renacimiento, el Neoclasicismo es el segundo intento de recuperar la antigüedad greco-latina en la historia del arte.
El estilo neoclásico aparece en Italia a mediados del Siglo XVIII como un rechazo a los excesos cometidos en la última etapa del Barroco.
El motor de arranque fue el descubrimiento de los restos arqueológicos de Pompeya y Herculano: Sus ruinas se ponen de moda y se convierten en lugar de destino de las vacaciones que pasa en el extranjero la aristocracia europea. Coleccionistas ingleses y franceses compran estampados y relieves antiguos que muestran luego en sus gabinetes de París y Londres. En cualquier caso, la causa última del movimiento neoclásico es el afán de perfeccionismo promovido por la Ilustración. Se utiliza el arte clásico para inculcar a los pueblos la razón y la moralidad que representaban la democracia ateniense o la dignidad de la ciudadanía romana. Su desarrollo puede dividirse en dos etapas:
1. Tiene su centro en Roma y está representada por dos teóricos alemanes: a) Winkelman, un teólogo protestante que se convirtió al catolicismo en 1755 para poder ocupar la plaza de bibliotecario y conservador del Museo Vaticano. Ese mismo año, publica su obra Reflexiones en torno a la imitación de la pintura y la escultura de los griegos, será considerada pronto el ideario estético del nuevo estilo. Expone que “a los modernos solo les queda un camino para ser grandes: imitar a los antiguos”; y añade que las esencias del arte clásico residen en “la noble sencillez y la serena grandeza”. B) Mengs fue pintor y teórico del arte. Como pintor, rompe con los modelos barrocos; y como teórico, sostuvo que el arte era superior a la naturaleza, de modo que el artista debía depurar con la imaginación las imperfecciones de la realidad.
2. Se abre a partir de 1770 y viene marcada por la labor de las academias, que difundieron sus principios a escala internacional.
Las academias estaban acogidas a la protección del estado y regidas por un claustro de profesores-académicos pertenecientes a las diferentes disciplinas artísticas.
Su labor contribuyó a que la pintura, la escultura y la pintura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en “nobles artes liberales”, y a que los artistas se convirtieran de artesanos en profesionales independientes.Sus objetivos fueron:
Realizar reuniones periódicas en las que sus miembros discutían los problemas técnicos de la profesión.
Inculcar a los alumnos la correcta educación neoclásica, sin que tuvieran que trabajar de aprendices en el taller de un maestro.
El sistema educativo de las academias se basaba en el cultivo del dibujo y constaba de un programa en tres cursos, empezando por la sala de principios, pasando a las salas del yes y del maniquí, para por fin terminar en la sala del modelo vivo. Por otra parte, los arquitectos se formaban proyectando edificios según las normas de los teóricos romanos (Vitrubio) y renacentistas (Vignola y Palladio). Se crearon academias de Bellas Artes en las principales ciudades. Las más prestigiosas fueron: la Academia de San Lucas, en Roma; la Académie Royal, en París; la Royal Academy, en Londres; y la Academia de San Fernando, en Madrid. Las Academias convocaban anualmente concursos para estimular a los artistas jóvenes, exponiendo en público las obras ganadoras y premiando a los vencedores con diplomas, medallas y becas al extranjero.
Durante los siglos del Barroco, se construyen en las ciudades españolas numerosos conventos ubicados en el interior del casco urbano y constan de iglesia, claustro, huerto y dependencias anejas. Muchos de los autores de esta arquitectura conventual van a ser frailes de las distintas órdenes. Las plantas que diseñan son funcionales pero poco originales: proceden de los modelos del siglo anterior y se acomodan a los modelos de cajón y de salón, llamado así por su estructura rectangular. Lo que no tienen, desde luego, son las
formas curvas que habían utilizado en los muros Bernini o Borromini. En Castilla, se impone el tipo de “salón”, con forma de cruz, una sola nave y capillas laterales con contrafuertes interiores. En Andalucía predomina el “cajón”, consta solo de un simple rectángulo. Lo que sí comparten ambos es una amplia capilla mayor, visible desde todas las partes del templo. Todos ellos son edificios sobrios, con escasa altura, observable también en las fachadas. Dos buenos ejemplos de estas fachadas, que servirán de modelo a todas las demás, son la del monasterio de la Encarnación de Madrid y la del convento de San José de Ávila.
Otra carácterística de la arquitectura barroca española es la pobreza constructiva: Uso casi exclusivo del ladrillo. Construcción de falsas cúpulas (encamonadas) porque están construidas con camones, (armazones de caña o listones). Esta estructura se recubre de yeso. Destaca por su ligereza y su bajo precio. Esta decoración recibíó el nombre de “castiza” frente a los palacios cortesanos, de influencia francesa o italiana, que construyen los Borbones en Aranjuez,
Madrid o La Granja (Segovia). Como principales arquitectos y entalladores “castizos”, podemos destacar a Pedro de Ribera, Fernando de Casas Novoa, José de Churriguera o Francisco Hurtado. Todos ellos construirán aparatosas portadas y llamativos retablos policromados. Se cree que esta ornamentación tenía el objetivo de enmascarar la decadencia política y económica en que se encontraba España y de crear la ilusión de que se manténía el esplendor de los siglos anteriores. Un complemento de esta arquitectura religiosa a la que nos acabamos de referir son las transformaciones urbanísticas que se producen en muchas ciudades españolas:
Se alinean las calles, se pavimentan las calzadas y se realizan obras de saneamiento.
La principal novedad de esta preocupación municipal por mejorar las ciudades será la Plaza Mayor, un espacio de estructura rectangular con soportales para proteger de las inclemencias del tiempo a comerciantes y compradores. Los edificios que la delimitan son de tres plantas, con balcones de hierro que los convierten en palcos desde los que presenciar espectáculos cívicos o religiosos: corridas de toros, autos de fe, ejecuciones, proclamaciones y bodas reales, victorias militares, etc.
La primera plaza mayor de estas carácterísticas será la de Madrid, construida en 1619 por Juan Gómez de Mora. Le seguirán otras muchas, tanto en España como en las colonias americanas. Los caminos para la llegada de esta influencia son tres: Los viajes de los pintores españoles a Italia. La emigración de pintores italianos y flamencos a España. La compra de cuadros en el mercado del arte.
Los Austrias adquieren numerosas obras que son expuestas en el Alcázar Real de Madrid, el palacio del Buen Retiro y el monasterio de El Escorial. Muchos nobles aprovechan sus nombramientos como embajadores en el exterior para comprar obras que luego envían a sus residencias en España.
En la primera mitad del Siglo XVII, predomina el Naturalismo tenebrista. Los pintores imitan a Caravaggio y su técnica del claroscuro. Y aproximadamente en 1650 se impone el gusto por el colorido de Rubens y la forma de pintar con la pincelada deshecha y suelta de Tiziano y de los artistas venecianos.
Se mantiene la tradición hispana del retablo de casillero, con cajas donde se cuelgan lienzos que representan la vida de Cristo, de la Virgen y de los santos.
En las capillas laterales de las iglesias y catedrales, surge el «gran cuadro de altar», que suele ocupar todo un testero de las mismas.
En los oratorios privados y en las viviendas domésticas triunfa el cuadro piadoso, con la imagen del santo titular del propietario o la advocación de sus afectos.