Portada » Arte » El Barroco: Un Viaje por su Historia, Arte y Arquitectura
El Barroco se inició en Italia en los últimos años del siglo XVI y se difundió a otros países, durando hasta mediados del siglo XVIII. Coincidió con el triunfo del absolutismo y la Contrarreforma. En el terreno cultural, se destacó por grandes compositores como Vivaldi, Mozart, Bach, etc., y en la filosofía, con Francis Bacon y el empirismo filosófico, así como con Descartes y el racionalismo. En la investigación científica, sobresalieron los trabajos de Leibniz y Newton (teoría de la gravitación), Kepler (leyes sobre el movimiento de los planetas) y Galileo.
El Barroco es un estilo ostentoso, utilizado para expresar el poder de los monarcas y de la Iglesia Católica. No obstante, como movimiento artístico, presenta diferencias entre las zonas católicas y protestantes. Surgió en Italia y rápidamente se extendió por toda Europa y las colonias en América.
Desde el punto de vista arquitectónico, los entablamentos se curvan, los frontones se parten y describen curvas y contracurvas. La decoración suele ser muy recargada, con motivos predominantemente vegetales. Los muros dejan de ser rectilíneos, dando paso a líneas curvas, por lo que los edificios se abren al exterior por medio de grandes pinturas que decoran las bóvedas y cúpulas de las iglesias.
Dentro de Italia, destaca la ciudad de Roma por la construcción de iglesias barrocas.
Carlo Maderno terminó la actual Basílica de San Pedro, ampliándola a los laterales de su cuerpo principal. Construyó la fachada de un solo cuerpo y, más tarde, por petición del Papa, la amplió enmarcándola con dos campanarios, aunque la construcción de las torres se suspendió por los malos cimientos.
Bernini trabajó como arquitecto y escultor. En 1624 recibió el encargo de un nuevo baldaquino para la iglesia de San Pedro, donde combina la arquitectura con la escultura. El monumento está realizado en bronce y consta de cuatro grandes columnas salomónicas que se rematan con capiteles compuestos y fragmentos de entablamento. En la parte superior, entre las columnas, hay una guardamalletas decorada con ángeles, emblemas de los Barberini y borlas colgantes. La estructura se remata con volutas en las esquinas, figuras de ángeles, emblemas papales y una cruz en la parte superior.
Bernini también realizó la Scala Regia, una escalera ceremonial que comunica el nártex de la basílica con el Palacio Vaticano. Es una escalera donde los muros van convergiendo y el diámetro de las columnas se va reduciendo, dando la sensación en perspectiva de mayor dimensión.
Borromini, como arquitecto, se caracteriza por su gran dinamismo. A diferencia de Bernini, que trabajó fundamentalmente para los Papas, Borromini trabajó para las congregaciones religiosas. Borromini construyó la iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes. La fachada es ondulada, contraponiendo líneas curvas y rectas. La cúpula es de planta ovalada y se decora internamente con artesones decrecientes en forma de cruz, hexagonales y octagonales. En la iglesia de San Ivo, se alternan las superficies cóncavas, convexas y rectas. La cúpula se remata con una linterna en forma de espiral. Carece de tambor, pero externamente queda envuelta por un muro que parece serlo. La iglesia se decora con estucos dorados, emblemas que aluden al escudo del Papa Alejandro VII y símbolos teológicos.
Cortona construyó la iglesia de los Santos Martina y Lucas. La planta es una cruz griega cubierta con varias cúpulas decoradas con artesones que van decreciendo en tamaño para crear un efecto de perspectiva. En su interior, como la mayoría de las iglesias barrocas, posee una rica decoración, entablamentos quebrados, etc. Como elementos decorativos, aparecen abejas y el laurel de los Barberini, los lirios y la palma por Santa Martina, etc.
Rainaldi construyó la iglesia de Santa Inés en la Plaza Navona de Roma, aunque en la obra también participaron otros arquitectos como Borromini. La planta de la iglesia es de cruz griega que gira en torno a cuatro pilares, como San Pedro. La cúpula se levanta sobre un alto tambor, se remata con una linterna y queda enmarcada por dos campanarios.
En Venecia, destaca la fachada de Santa Maria Zobenigo por su vistosa decoración externa, pero el edificio más importante es Santa Maria della Salute, construida por Longhena. La iglesia tiene una planta octogonal y se corona con una gran cúpula sobre un tambor cuyas aristas quedan subrayadas por volutas. La entrada tiene un aspecto de arco de triunfo enmarcado por columnas, que recuerda el estilo de Palladio.
Guarino Guarini trabajó en Turín. Allí construyó la iglesia de San Lorenzo, con una cúpula a base de nervios que no se cruzan en el centro, y la Capilla del Santo Sudario, donde sobre una capilla circular previa construyó tres pechinas que le permiten elevar la altura de la cúpula, que además se levanta sobre un tambor.
Juvara destaca por sus palacios, en los que estuvo influido por el Palacio Chigi de Bernini. En el Palacio Madama de Turín, sobre un cuerpo bajo almohadillado, utilizó por encima el orden gigante que recorre dos cuerpos del edificio. El edificio se remata con una balaustrada con estatuas.
En el sur de Italia, destaca la construcción del Palacio Real de Caserta de Vanvitelli, cerca de Nápoles, las iglesias de las localidades de Lecce y la planificación urbana de la localidad siciliana de Noto, después de ser destruida por un terremoto.
Por último, hay que destacar, junto a la planificación urbanística, la preocupación que existe dentro del Barroco por la ornamentación urbana. En este sentido, la construcción de fuentes cobró un especial interés. Así, en la ciudad de Roma, que cuenta con abundante agua, se construyeron numerosas fuentes, entre ellas la de los Cuatro Ríos, diseñada por Bernini, o la Fontana di Trevi, diseñada por Nicola Salvi.