Portada » Español » El Barroco: Contexto, Cultura y Literatura del Siglo XVII
Algunas teorías sugieren que el término deriva de la palabra portuguesa «baroco», que significa «perla irregular con deformaciones».
El siglo XVII fue una época de crisis debido a cambios políticos, la recesión económica y las tensiones sociales. Los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II llevaron al país a la pérdida de la hegemonía política y militar, lo que empeoró la economía y frenó el ascenso de la burguesía. Los campesinos se trasladaron a la ciudad en busca de trabajo, lo que provocó que esta se llenara de mendigos y delincuentes, reforzando el poder económico y social.
La actitud equilibrada y vitalista del Renacimiento dio paso en el siglo XVII a un profundo sentimiento de inestabilidad, germen de una mentalidad pesimista. Surgió un movimiento caracterizado por la ruptura del ideal clásico de equilibrio y armonía, y por la creación de un estilo abigarrado y complejo, compuesto de elementos sin orden, que se reflejó en el gusto por el espectáculo, las apariencias y la ostentación. Todas las artes vivieron una época de esplendor, los «Siglos de Oro».
Se caracterizó por una visión negativa del mundo y de la existencia humana. La vida se consideraba como un tránsito a la muerte. La existencia se concebía como una extinción, donde el paso del tiempo conducía a la decadencia y la destrucción. Todo era transitorio, efímero y fugaz. El mundo se veía como un engaño y una irrealidad, donde todo era falso, comparando la existencia humana con una representación teatral. La confianza se percibía con desconfianza, con la idea de que «el hombre es un lobo para el hombre». Esta visión desengañada implicó frecuentes actitudes de crítica ante la realidad, lo que llevó al éxito de subgéneros literarios como la novela picaresca.
Desde el punto de vista formal, la estética barroca se diferenciaba de los modelos clásicos. Sus rasgos principales fueron:
En conclusión, el estilo se hizo abigarrado, oscuro y de difícil interpretación, dada la complejidad tanto de la forma como del contenido.
El primer tercio del siglo XVII fue una época de indiscutible esplendor literario: fue el tiempo del Quijote, la novela picaresca, la novela corta, los grandes poetas barrocos y la revolución teatral.
El siglo XVII fue una época de crisis política, económica y social. Los escritores barrocos reflejaron una visión pesimista en su literatura. Sus características principales fueron:
Los autores partieron de dos concepciones diferentes de la lengua, lo que dio lugar a dos escuelas:
Ambas tendencias estuvieron presentes también en otros géneros literarios.
La poesía barroca vivió en el siglo XVII una época de máximo esplendor, con gran variedad de temas, tonos y estilos. No hubo una ruptura respecto a la lírica renacentista, sino más bien una evolución. Los poetas barrocos tomaron como modelo a los autores renacentistas. Sus rasgos principales fueron:
Tuvo una vida agitada: participó en empresas militares, fue escritor profesional y se ordenó sacerdote. Mantuvo intensas relaciones amorosas con varias mujeres. Aunque se dedicó sobre todo al teatro, cultivó también otros géneros, entre ellos, y de forma destacada, la poesía lírica.
Su estilo fue variado: su lenguaje tendió a la sencillez y a rasgos claramente conceptistas. Cultivó dos tendencias poéticas:
Fue sacerdote y capellán del rey Felipe III.
Fue el máximo representante del movimiento denominado culteranismo. Su estilo fue oscuro y difícil, lleno de cultismos de origen latino, referencias mitológicas, metáforas deslumbrantes y bruscos hipérbatos.
La poesía de Góngora se agrupó en dos categorías diferentes:
Participó en política y se vio envuelto en las intrigas de la corte, lo que le supuso la prisión y el destierro.
Fue el máximo representante del conceptismo. Creó neologismos, elaboró metáforas sorprendentes, empleó numerosas expresiones coloquiales y trazó caricaturas.
Fue un autor polifacético, capaz de cultivar géneros diferentes:
Su prosa se caracterizó por el ingenio y el humor, empleando hipérboles, ironía y un continuo juego de palabras. Manejó un vocabulario muy amplio con numerosos neologismos creados por él.