Portada » Historia » El Apogeo de la Guerra Fría (1953-1963): Crisis y Coexistencia
En 1953, Eisenhower llegó al poder en EEUU y Stalin falleció en la URSS, lo que aumentó el interés en estabilizar las relaciones. Esto se debió a:
Se trató de evitar el conflicto nuclear con iniciativas de supervisión de los arsenales nucleares. Eisenhower inició el programa Átomos para la Paz y se creó la Agencia Internacional de la Energía Atómica para evitar la proliferación de sus usos militares. Moscú propuso la renuncia conjunta a emplear armas nucleares. En la Cumbre de Ginebra de 1955, EEUU presentó una propuesta de sobrevuelo del espacio aéreo, pero la URSS se negó.
La cuestión de la RFA y la RDA seguía en pie. En 1955, la RFA ingresó en la OTAN y fue reconocida como Estado independiente por las potencias occidentales. Moscú controlaba la RDA, que en 1956 se sumaba al Pacto de Varsovia.
Kruschev buscaba una coexistencia pacífica; sin embargo, los sucesos en Hungría impidieron esto. En 1957, la URSS puso en órbita el primer satélite espacial: el Sputnik, y comenzaron las dudas sobre la superioridad tecnológica americana. Posteriormente, anunciaron la posesión de misiles balísticos intercontinentales (ICBM >7000km), siendo el continente americano vulnerable.
EEUU lanzó el cohete Atlas en 1959. John F. Kennedy, ganador de las elecciones, acusaba de incompetencia a la administración anterior de Eisenhower, pero la supuesta ventaja soviética no era cierta; sin embargo, no debieron sobreestimar las capacidades e intenciones soviéticas.
En 1953 surgió la estrategia del New Look, que daba importancia a defender el territorio y estilo de vida americanos. Se tradujo en dos decisiones:
Según la doctrina de la represalia masiva, la respuesta a una agresión consistiría en el empleo de toda la capacidad ofensiva para destruir al enemigo, haciendo así una amenaza más creíble.
Se inició un túnel secreto entre las dos mitades de Berlín, completado en 1955 y descubierto por los soviéticos un año después. Este túnel simbolizaba el conflicto entre espionajes. El espionaje occidental era más sencillo; sin embargo, Eisenhower fue reduciendo las acciones encaminadas a la inestabilidad en la URSS y fue aceptando la coexistencia pacífica. La teoría de la contención pasó a la teoría del dominó, según la cual la conquista del poder por los comunistas en un país provocaría sucesivamente la caída de los países limítrofes.
Tras la muerte de Stalin, se debía rebajar la presión sobre la población para así mantener la integridad del bloque soviético y ganar adeptos en el mundo en desarrollo.
Se relajó la censura, se comenzaron a vaciar los campos de trabajo forzoso. Esta relajación provocó revueltas en Alemania Oriental, siendo necesario el uso de la fuerza en 1953.
En 1956, Kruschev basó su política exterior en la coexistencia pacífica, evitó exportar la revolución de forma violenta, disolvió el Kominform y reconoció vías alternativas al socialismo, para atraer a potencias no alineadas y otros países.
En 1956 se produjeron protestas en Polonia, siendo necesario dotar de cierta autonomía a este país para evitar su salida del Pacto de Varsovia. En Hungría ocurrió un levantamiento similar para el que Kruschev autorizó el uso de la fuerza. Kruschev estaba decidido a aumentar la influencia soviética lejos de Europa.
El hastío de las capitales de Europa continental ante las intromisiones estadounidenses se hizo visible en dos áreas: la del comercio exterior y la del armamento nuclear. Se trataba de todo un varapalo para la administración Eisenhower, ya que su política del New Look precisaba que sus aliados europeos aumentasen su esfuerzo en materia de fuerzas convencionales. Las presiones de Washington facilitaron una solución alternativa con la creación de la Unión de Europa Occidental (UEO), la Comunidad Económica Europea (CEE) y el Euratom.
Aunque Washington era favorable, la decisión británica de quedar fuera de la CEE produjo una inquietud inmediata ante la posibilidad de que la nueva organización adoptase los criterios franceses (altos aranceles), lo que perjudicaría a sus exportaciones. Reino Unido se negaba a cualquier tipo de acuerdo que supusiese una mínima cesión de soberanía. El temor a que la CEE se convirtiese en el principal interlocutor de Washington decidió al Gobierno británico a solicitar su ingreso en 1961, que sin embargo fue rechazado ante el veto francés en 1963. París temía que la presencia británica en el Euratom podía suponer que la administración Kennedy impusiera su proyecto de una Fuerza Nuclear Multilateral, en la que los países participantes cederían el control de sus arsenales nucleares a un organismo plurinacional.
En 1952 se usó el término Tercer Mundo para referirse a las regiones no alineadas con alguno de los dos bloques. Muchos de estos consiguieron su independencia por el fracaso de los imperios coloniales tras la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, se les llamó países subdesarrollados y en vías de desarrollo, debido a su necesidad de progreso económico y social.
Estos países trataron de evitar el neocolonialismo y ser independientes. Celebraron en 1955 una conferencia de Países No Alineados. Muchos de ellos, buscando asistencia al explotar la competencia entre los dos bloques, se convirtieron en escenarios de la violencia en la Guerra Fría.
Considerada la esfera de influencia de EEUU, con una política de control semi-colonial. La influencia y el poco tamaño de los partidos comunistas hizo que no hubiera mucha presencia soviética. 13 de los 20 países de América Latina estaban gobernados por dictaduras. EEUU buscó entre 1956 y 1960 derrotar a estos dictadores.
Sin embargo, el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 puso en evidencia a EEUU. La CIA comenzó acciones encubiertas para derrocar a Fidel Castro. El desembarco de tropas en Bahía Cochinos en 1961 fue un desastre y radicalizó a Cuba, que comenzó a recibir ayuda económica y militar de Kruschev. Era necesario para Washington ofrecer una alternativa al marxismo-leninismo, por lo que se propuso la teoría de la modernización, necesaria para conseguir el bienestar. En 1961 lanzó la Alianza para el Progreso, que ofrecía asistencia y colaboración. Resultó no ser muy eficaz en sus reformas, por lo que Washington volvió a la asistencia militar y a tolerar la aparición de dictaduras militares. El continente era inestable, con golpes de Estado, guerrillas, terrorismo y represión estatal.
La conferencia de Ginebra de 1954 supuso la salida de las tropas francesas de Indochina y la partición de Vietnam en dos estados independientes. EEUU se negó a unas elecciones, ante la inminente victoria del comunista Ho Chi Minh. Este, con ayuda económica china y soviética, fue crucial; hacia finales de 1959, aumentó la presión sobre Vietnam del Sur, con asesinatos del gobierno y primeras bajas norteamericanas.
En 1960, Vietnam del Norte anunció la prioridad de la reunificación y en 1961 estableció su brazo militar, el Vietcong. Kennedy aumentó su diplomacia y asistencia militar, pero fracasó, y el Vietcong conquistó rápidamente la población rural con una estrategia que mezclaba populismo y terror. Con el asesinato de Kennedy, se dudaba entre dejar caer a Vietnam del Sur o enviar tropas.
Entre 1953 y 1963, buena parte de los países africanos iniciaron su independencia, ante la cual británicos y franceses se vieron obligados a acelerar estas concesiones (debido al coste económico, la radicalización interna y la opinión americana). La Organización para la Unidad Africana, establecida en 1963, no fue muy activa. Túnez y Marruecos lo hicieron fácilmente en 1956. El caso de Argelia fue diferente: la tensión con las minorías fue violenta; el Frente de Liberación Nacional argelino (FLN) apoyó una insurrección armada en 1953, estaba apoyado por la opinión internacional, así como Egipto y la URSS. Tras un golpe de Estado fallido en Francia y duras negociaciones, Argelia lograba su independencia en 1962.
En 1957, los británicos concedieron la independencia a Ghana. En 1960 fue Nigeria, con profundas divisiones internas que explotaron en la Guerra Civil Nigeriana en 1967. Sudáfrica en 1961, con la minoría blanca profundizando la política racista del Apartheid. También Londres independizó a Zambia y Malawi en 1963.
Bélgica concedió la independencia al Congo en 1960, tras ataques a sus ciudadanos, siendo necesaria la intervención militar de la ONU para así evitar la presencia soviética. Tras la independencia, era un país con fuerte inestabilidad. En 1961, la Unión de los Pueblos del Norte de Angola se enfrentó a los portugueses, que no querían hacer concesiones. El nacionalista Frente de Liberación Nacional de Angola (FLNA) y el soviético Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) iniciaron una guerra de baja intensidad, hasta su independencia en 1974.
Destaca la Segunda Guerra Árabe-Israelí o Crisis del Canal de Suez (1956), producto de la rivalidad árabe-israelí, recelos entre países árabes y el intento británico de mantenerse en la región. En Egipto, Nasser quería ser líder del mundo árabe, con el antiimperialismo queriendo reducir la presencia británica. El anuncio del Pacto de Bagdad en 1955, por el que Reino Unido confería una posición privilegiada a Irak, fue interpretado por Nasser como una amenaza militar, por lo que solicitó refuerzo a Moscú. En 1956 nacionalizó la Compañía del Canal de Suez, de capital franco-británico. Londres y París optaron por la fuerza y, junto a Israel, se sumaron en una alianza contra Egipto. Israel lanzó una ofensiva, pero la presión de Washington hizo cesar esta.
EEUU sustituía a Reino Unido en la región por su intención de facilitar ayuda militar y económica y por el creciente suministro de petróleo.
Los norteamericanos desembarcaron en Líbano y los británicos llevaron a cabo una operación en Jordania en 1958, donde actuaban simpatizantes de Nasser.
El derrumbe de los imperios coloniales europeos, la crisis interna china y la recuperación económica de Europa y Japón, que estuviese a medio camino, dejaba a Moscú y Washington como las dos únicas superpotencias. Tras el fracaso de las conversaciones de control de armamentos iniciadas en 1953, se sucedieron tres crisis que pondrían al mundo al borde del abismo termonuclear.
El control del estrecho de Formosa, que separa Taiwán de China, estuvo a punto de llevar a una guerra a gran escala. Eran territorios chinos ocupados por Japón en la Segunda Guerra Mundial. Washington buscaba la unificación del país, pero no bajo liderazgo comunista. Mao (China) consideraba una violación de su soberanía y que Taiwán era un asunto interno.
En 1954, Mao inició el bombardeo, temiendo que desde estas islas invadieran el país. Tras la presión de Kruschev, cesó este y optó por la vía diplomática. Inició conversaciones con EEUU. Ante la negativa japonesa a cooperar, China reanudó los bombardeos. La crisis se apagó con la declaración de un alto el fuego por parte de China con Chiang ya en el poder (forzado por Eisenhower).
Las relaciones entre China y la URSS se empeoraron; para Mao, el vínculo con Moscú era un lastre. Cesaron su cooperación en cuanto al programa nuclear.
El sector occidental era la capital de la campaña de guerra psicológica contra el bloque comunista. Kruschev pasó de la coexistencia pacífica ineficaz al temor de que la RFA se hiciese con su propio arsenal nuclear con su ingreso en la OTAN. Junto al contraste económico entre las dos Alemanias, se desencadenó la crisis de Berlín de 1958. Kruschev propuso declarar a Berlín ciudad libre desmilitarizada, que Occidente reconociese a la RDA y la renuncia a la bomba atómica.
Se iniciaron conversaciones de desarme y acuerdos culturales; sin embargo, el derribo de un avión americano espía llevó a Kennedy a aumentar el presupuesto de Defensa y a llamar a filas a cientos de miles de reservistas. Se empezó la construcción de un muro de separación el 13 de agosto de 1961 (símbolo de la Guerra Fría).
Cuba fue lugar de confrontación entre Estados Unidos y la URSS en 1962. La URSS había enviado a la isla misiles balísticos capaces de alcanzar las ciudades del este de los EEUU, traspasando las promesas de Kennedy.
Los vuelos espías de la CIA lo detectaron y Kennedy valoró las opciones: el desembarco, el bombardeo o el bloqueo y registro de barcos, que fue la medida acordada. Un misil lanzado desde Cuba provocaría una inmediata represalia sobre la URSS. Se hizo un llamamiento a Kruschev para poner fin a la carrera de armamentos, quien se comprometió a retirar las armas. A cambio, Estados Unidos retiró los misiles desplegados en Turquía pocos años antes y garantizó a Moscú que renunciaba al uso de la fuerza para derrocar a Castro.