3)el tituloo de la obra presenta el eje nuclear de la acción dramática.La casa es un espacio físico que Interactúa con los personajes y determina sus relaciones humanas y sociales.El eje nuclear de la acción dramática es el enfrentamineto entre una madre autoritaria,Bernarada,y el deseo de liberta de mjosefa y adela.La actitud que defiende una forma de vida dominada por las apariencias,la moral tradicional basada en el autoritarismo y la que defiende la libertad individual frente a cualquier tipo de imposición.Bernarda trata de imponer sus normas opresivas, basadas en su posición tras la muerte de su marido, y su madre, Ma Josefa, y Adela, su hija, intentan rebelarse. Las demás hijas se resignan, aunque Martirio se enfrenta a su madre en alguna ocasión. Las criadas temen a Bernarda, no se enfrentan y murmuran a sus espaldas. El autoritarismo de Bernarda se manifiesta imponiendo un luto de ocho años por la muerte de su marido y que marca el comportamiento de las hijas con los hombres durante ese tiempo. Para Bernarda la hija que no obedece deja de serlo. El impulso amoroso de Adela es más fuerte que el temor a su madre. Su rebeldía se muestra desde el principio con su abanico de flores rojas y verdes, no negro de luto; cuando luce su vestido verde ante las gallinas. Expresa sus deseos de libertad y su voluntad de no acatar las normas cuando dice: «mi cuerpo será de quien yo quiera». Al final se enfrenta directamente con su madre rompíéndole el bastón, defendiendo su recuperada libertad. Su suicidio, último signo de rebelión en defensa de una libertad imposible, cierra para sus hermanas el _camino hacia la libertad. Ma Josefa encauza su rebelión a través de la locura, su forma de escapar del aislamiento de su habitación; una cárcel dentro de otra cárcel. Su locura la hace fuerte para expresar sus ansias de libertad, para enfrentarse a su hija y denunciar su tiranía. Ente los temas secundarios se encuentra el del amor sensual y la búsqueda del varón. La irrupción de Pepe el Romano en ese universo cerrado desencadenará las pasiones de estas mujeres solteras que desean casarse para.Liberarse de la tiranía de su madre y vivir felices/A1 aceptar Bernarda su propuesta de casamiento con Angustias se desatará el conflicto entre las hermanas. Se expresan alusiones ‘al amor y a los hombres en la Criada, en la Poncia, en Ma Josefa (que se quiere casar), en Amelía (cuando recuerda a Enrique Humanes), y en Martirio (cuando habla de los orígenes turbios de Adelaida). Las vivencias reales del amor sensual de Adela son causa de su enfrentamiento con Martirio, que también se enamora del Romano y se enfrenta con Adela en el tercer acto («¡Lo quiero!»). Amelía y Magdalena también participan del deseo aunque no expresan sus sentimientos. La hipocresía es otro de los motivos recurrentes de la obra. La preocupación por las apariencias se refleja simbólicamente en la obsesión por la limpieza. El miedo a la murmuración marca la conducta de Bernarda. Tras el suicidio de Adela, Bernarda quiere ocultar la realidad. También la hipocresía es un rasgo carácterístico de Martirio. Los sentimientos de odio y envidia presiden las relaciones humanas. Bernarda es odiada por las criadas y vecinos y, por las mujeres del pueblo, debido a su orgullo clasista. Angustias es odiada por sus hermanas. Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales. La desigualdad es en cierta Medida la causa del drama pues Pepe el Romano elige a Angustias por su fortuna. Es notoria la marginación de la mujer y el comportamiento femenino basado en la honra y en la decencia aparentes, acatando las normas sociales convencionales. El sentido de la honra aparece ligado al tema de las apariencias y al amor, que guía a Bernarda y a Poncia y que impera en el pueblo, lo que hace posible el linchamiento de la hija de la Librada. La concepción de la honra, tal como se entendía en el Siglo XVII, tiene plena vigencia para Bernarda. En suma, la obra se reduce al forcejeo entre la vida y la muerte. La presencia de la tradición es el luto, la muerte. Frente a ella, las mujeres gritan su derecho a la vida. «Silencio» es la palabra de Bernarda con la que se abre y se cierra la obra, el autoritarismo y las convenciones sociales han vencido definitivamente al anhelo de libertad, eje central de este drama de mujeres en los pueblos de España.