Portada » Geografía » Economía Agrícola y Señorial en el Antiguo Régimen: Características y Desafíos
La economía rural durante el Antiguo Régimen se caracterizaba por el predominio de la agricultura y la ganadería, que ocupaban a más del 80% de la población y proporcionaban el 75% de los bienes. El autoconsumo era la norma, con un comercio escaso y dificultado por la precariedad de los sistemas de transporte. Existían actividades artesanales y manufactureras, estimuladas por el comercio ultramarino.
La tierra estaba vinculada principalmente a la nobleza, la Iglesia y los municipios, como resultado de una agricultura tradicional. No existía libertad de compraventa. Predominaban los señoríos (territoriales o jurisdiccionales), que se componían de:
Los señores recibían un conjunto de prestaciones y rentas por su dominio de la tierra. Estas provenían de la explotación económica y de las tasas por el uso de los monopolios señoriales (molino, herrería, etc.). También ejercían derechos jurisdiccionales (señorío jurisdiccional).
La agricultura era una actividad tradicional, técnicamente atrasada y con baja productividad. Se trataba de una agricultura de subsistencia, principalmente de policultivo. Existían algunos productos especializados como la viña y el lino. Los pequeños excedentes se intercambiaban en mercados locales o ferias.
Tipos de explotaciones:
La ganadería era principalmente trashumante y escasa. La economía, la sociedad y las costumbres estaban marcadas por las cosechas y afectadas por las crisis de subsistencia.
El ciclo demográfico antiguo se caracterizaba por:
El crecimiento de la población era escaso. Las crisis de subsistencia eran la principal causa del estancamiento demográfico a largo plazo.
La familia campesina era la unidad de producción básica. En las ciudades, existían artesanos asociados en gremios de origen medieval (que limitaban la producción y dificultaban el desarrollo comercial).
El aumento de la población y el descubrimiento de nuevas tierras y mercados estimularon la producción fuera de los gremios:
La red de comunicaciones era muy deficiente. Solo los caminos reales se mantenían en relativas condiciones.
Los medios de transporte eran rudimentarios:
Las monarquías promovieron políticas mercantilistas, favoreciendo la exportación y frenando la importación, protegiendo compañías comerciales y manufacturas para aumentar la acumulación de metales preciosos.