Comienza haciendo referencia a sus primeras meditaciones (Meditaciones
Metafísicas) hechas en Holanda el año 1628 aunque publicadas en 1641, para hacer
Constar que pueden no ser del gusto de todo el mundo por lo abstracto de las mismas.
Comienza afirmando que en el terreno de las costumbres es preciso, a veces, seguir
Opiniones inciertas como si fueran indubitables. Pero ahora se trata de buscar una
Verdad teórica lo que excluye lo probable o verosímil. En relación con la verdad teórica
Debe situarse como punto de referencia la primera regla del método la cual obliga a
Rechazar todo aquello en lo que se pueda imaginar la menor duda. Este es el llamado
Criterio de certeza. Esta exigencia de verdad, esta imposición de evidencia implica en Descartes dudar de todo. Por su espíritu reservado y discreto nunca sabremos hasta
Dónde llegó en sus dudas personales y hasta dónde le sosténían sus creencias religiosas
En su etapa más escéptica, pero le debemos la primera decisión intelectual de dudar
Metódicamente de todo cuanto sea posible dudar.
(2) Tomando como punto de partida el criterio de certeza, Descartes señala tres motivos
Que le llevan a plantear una duda universal: En un primer nivel, congruentemente con la
Actitud racionalista, duda del testimonio de los sentidos.
El segundo nivel de la duda, nos sitúa ante la validez de las verdades de las Matemáticas; es decir del mundo inteligible. Descartes, en el texto dice que, puesto que
Nos podemos equivocar en las cuestiones más sencillas de la geometría, y cometer
Paralogismos, es necesario poner en duda la evidencia y los fundamentos de estas
Verdades.
El tercer nivel, parte de la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. Existe un
Fenómeno desconcertante, el sueño, que no podemos igualar con las ilusiones corrientes
Ni con las alucinaciones y que nos obligará a suspender nuestra creencia en que es cierto
Que existe el mundo sensible porque lo sentimos con evidencia.
A continuación, nos dice que “mientras quería pensar de ese modo que todo es falso, era
Absolutamente necesario que yo, que lo pensaba, fuera alguna cosa”. Desde el momento
En que Descartes es consciente de que es un ser que duda, y reflexiona que para dudar
Era menester pensar, surge como una iluminación la primera verdad indubitable que
Andaba buscando: Pienso, luego existo. Esta verdad se le presenta a Descartes tan firme
Y segura que es imposible ponerla en duda convirtiéndose, a partir de ahora, en el
Primer principio claro y distinto que andaba buscando, así como en el paradigma de toda
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Verdad. De este modo tan sencillo y al mismo tiempo tan radical Descartes puede rebatir
Las suposiciones de los escépticos.
(3) En este apartado, Descartes, después de haber establecido su primera certeza,
Comienza a analizarse a sí mismo con el objeto de averiguar quién es. En tal examen
Llega a la conclusión de que podía fingir que no tenía cuerpo y no por ello era nada.
También podía prescindir del mundo exterior y seguía siendo algo. De ahí que concluya
Que el hecho de dudar de la verdad de las cosas no implica que él no sea algo. Sin
Embargo, si dejara de tener la capacidad de pensar, entonces, aunque el resto de las
Cosas fuera cierto, podría afirmar que había dejado de ser.
Todas estas reflexiones le llevan a las conclusiones siguientes:
• Soy una sustancia cuya esencia o naturaleza consiste en pensar.
• Como sustancia pensante no necesito de lugar ni dependo de ninguna cosa
Material. Lo que implica que mi yo, es decir, mi alma es responsable de lo que
Realmente soy.
• El alma es distinta del cuerpo y más fácil de conocer que él. De tal modo que, si
El cuerpo no fuese o existiese, no, por ello, el alma dejaría de ser lo que es.
(4) Descartes se pregunta en este fragmento por las condiciones que se requieren
Para que una proposición sea verdadera, ya que ha descubierto una que lo es: pienso
Luego soy. Su respuesta se encuentra en la regla general de evidencia (Primera regla del
Método), es decir, es verdadero y cierto aquello que se presenta ante mi cumpliendo las
Condiciones de claridad y distinción.
Descartes ha ido simplificando las cosas hasta un punto dónde se llega
Necesariamente a conceptos y relaciones simples. Cuando un concepto pueda
Diferenciarse de otros, entonces diremos que es claro; pero solo cuando cada uno de sus
Componentes esté diferenciado de cada uno de los demás ante la inteligencia, diremos
Que también es distinto. Descartes dice que “sólo hay alguna dificultad en identificar
Exactamente cuáles son las que concebimos distintamente”.
(5) En este fragmento, reflexionando acerca del hecho de que era un ser que dudaba,
Descartes, llega a descubrir que no era del todo perfecto pues era mayor perfección
Conocer que dudar. ¿En dónde -se pregunta- pudo haber aprendido a pensar en un ser
Más perfecto que él mismo? Evidentemente, se responde, que tiene que haber alguien
Que puso en mí tal idea. Para llegar a la conclusión anterior, es decir, que tuvo que ser alguien diferente a él
Mismo quien tuvo que poner en él la idea de un ser perfecto, Descartes, lleva a cabo el
Razonamiento siguiente:
• Los pensamientos que se refieren acerca de las cosas que existen fuera de mí no
Es imposible suponer que pudieran proceder de mí mismo. Y si tales ideas o
Pensamientos son verdaderos, es posible que se deba a mi pensamiento en tanto que
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Posee algún tipo de perfección; si no son verdaderos, entonces puede deberse a mi
Imperfección. Pero, sea una cosa u otra, todo podría explicarse a partir de mí mismo.
• No puede suceder lo mismo con la idea que representa un ser más perfecto que yo
Mismo. En este caso tal idea no podría proceder de mí mismo pues es imposible que, de
Algo imperfecto, pueda surgir la idea de lo absolutamente perfecto. Por lo tanto, como,
Según Descartes, la perfección no puede proceder de la imperfección, es preciso que
Dios exista y sea la causa de la idea que yo tengo de la perfección.
(6) En este apartado, Descartes, describe una nueva prueba mediante la cual intenta
Demostrar de nuevo la existencia de Dios. Es la prueba ontológica. Descartes al
Comienzo del texto nos define cuál es su concepto de espacio, es decir de esa realidad
Sustancial que forma la base de su física: la res extensa. Para Descartes sólo la longitud,
La anchura y la profundidad, que pueden conocerse en términos matemáticos, son ideas
Claras y distintas que tienen una correspondencia en el mundo real.
Descartes comienza afirmando que, si tiene la idea de triángulo, entonces ve de un
Modo claro y distinto que es necesario que sus tres ángulos sean iguales a dos rectos. Es
Cierto que esto no le demuestra que existan triángulos en el mundo; pero lo que si le
Demuestra, de un modo necesario, es que no puede considerar al triángulo separado de
Sus tres ángulos iguales a dos rectos. En el caso de la idea de Dios, Descartes, afirma que
Ve de modo claro y distinto que es un ser absolutamente perfecto. Pues bien, en este
Caso, tal idea tiene que ir acompañada necesariamente de la existencia. Y es que negar
La existencia a un ser perfecto sería tan contradictorio como negar que en un triángulo
Sus tres ángulos son iguales a dos rectos. A partir de la certeza de que existen, en él,
Ideas de cosas que parecen existir únicamente en el pensamiento (triángulo) y, a partir
También, de la certeza de que partiendo de tales ideas se pueden deducir aspectos que
Se refieren a su naturaleza, como, por ejemplo, de la idea de triángulo que sus tres
ángulos son iguales a dos rectos, Descartes, se pregunta si no podría obtener de aquí
Otro argumento sobre la existencia de Dios.