Portada » Español » Donde son azotadas y humilladas las hijas del cid
1-La interpretación de toda obra artística se realiza desde los presupuestos estéticos de la época en la cual surge, nunca desde las ideas imperantes del Siglo XXI.2-Carece de fundamento la identificación de la Edad Media con el oscurantismo y la incultura.3-La Europa medieval, que resurge de las cenizas de la descomposición del mundo antiguo, nos ha dejado un importantísimo legado cultural: El ROMánico y el Gótico, Alumbró las Universidades, Vio nacer el Humanismo y el Renacimiento.
El inicio de la Edad Media en Occidente se sitúa en el 476, año de la caída del Imperio Romano, y finaliza entorno al 1453, con la toma de Constantinopla por los turcos. Otros muchos acontecimientos propiciarán el Renacimiento: la aparición de la imprenta, el descubrimiento de América, la difusión de las ideas humanistas… En la península, la caída del Imperio Romano dará pasó al Reino Hispano-visigodo, –Siglos V-VIII. Un hecho trascendental será la invasión musulmana en el 711, que supondrá el inicio del proceso de islamización. La península quedará dividida en dos zonas: la cristiana situada al Norte, y la islámica, Al- Andalus, al sur. Se establece una frontera que oscilará a medida que los Reinos cristianos lleven a cabo la Reconquista. El fin de este periodo se enmarca entre 1469 – matrimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla- y 1492, año de la conquista de Granada, de la expulsión de los judíos y del decubrimiento de América.
Es una etapa caracterizada por las constantes invasiones y, por tanto, por la inseguridad. Se abandonan las ciudades. Se inicia un proceso de ruralización: la población se desplaza al campo en busca de trabajo y protección, surgiendo unas relaciones de dependencia que, según algunos historiadores, favorecerán el surgimiento del feudalismo. Desde el punto de vista cultural, los monasterios son los centros de difusión del saber. En este período se desarrolla el arte Prerrománico.
En torno al Siglo XII los Burgos, ciudades, cobran más fuerza. En ellas se va fortaleciendo un nuevo grupo social: los burgueses –habitantes de los Burgos-, son ciudadanos libres no sometidos al poder feudal. Se dedican a la artesanía, concentrada por gremios en determinas calles, al comercio o a las profesiones liberales –médicos, abogados…- En las ciudades, defendidas por murallas, como las de Lugo, León, Ávila o Gerona se concentrará el poder económico, religioso, cultural y político. El siglo XIV es un siglo de crisis: las malas cosechas dan paso a las epidemias -1348, Peste negra-provocando el fuerte descenso de la población. Se producen agitaciones sociales. En las ciudades se fundan las primeras Universidades que se convertirán en nuevos centros de difusión cultural junto con el camino de peregrinación a Santiago de Compostela y la labor desarrollada por la Escuela de Traductores de Toledo. Se desarrolla el arte ROMánico y el Gótico.
Tres son las carácterísticas de la sociedad:
Se trata de una sociedad estamental, Los grupos sociales son heterogéneos, Conviven tres religiones. Una frase resume la estructura de la sociedad feudal: “En la casa de Dios, unos combaten, unos rezan y otros trabajan”. En la cúspide de la pirámide feudal se encuentra el rey.
1.5La aristocracia –primer estado- estaba formada por nobles y caballeros. Sus privilegios hereditarios se justificaban por el riesgo de su función: guerrear para defender al pueblo y ampliar los territorios, o feudos. A medida que la Reconquista avanza, la nobleza se convierte en un grupo social parasitario puesto que se considera deshonroso desempeñar cualquier trabajo que resulte productivo. Las críticas a los nobles que no guerrean están presentes en algunas obras literarias como el Poema de Mío Cid o las Coplas a la muerte de su padre.Los clérigos. La cabeza visible es el Papa. Sus actividades principales eran predicar el cristianismo y la oración, aunque algunos monjes también trabajaban, así la regla de San Benito predicada el “Ora et labora”. Reciben el diezmo, la décima parte de lo que se producía. Las Órdenes militares, formadas por caballeros, tenían un carácter religioso. En ocasiones, la guerra se concebía como una cruzada, lucha de religión. Religiosos fueron Gonzalo de Berceo y Juan Ruiz, Arcipreste de Hita.El tercer estado. Formado por campesinos, ganaderos y parte de los artesanos, constituían casi el noventa por ciento de la población. Vivían en condiciones muy precarias. Sobre ellos recaían el trabajo, la guerra y el pago de impuestos. La lírica popular está relacionada con este grupo social. En él se incluyen los juglares que constituyen casi la única fuente de diversión. En ocasiones, los juglares levantaban recelos en el poder, que los consideraba unos marginados de ideas peligrosas que tenían influencia sobre el pueblo.
La sociedad estaba formada por cristianos, musulmanes y judíos. Si bien en principio la convivencia fue posible, el dominio de los cristianos acabó con la presencia de las otras dos religiones. El cristianismo. Religión dominante, se expande hacia el sur con la Reconquista. Está presente en la sociedad a través de parroquias, catedrales, universidades y monasterios. La iglesia se divide en grupos: desde el Papa hasta el clero lego, iletrado. San Benito y San Francisco de Asís escriben reglas para los religiosos a los que se les exige castidad, pobreza y trabajo, sintetizado en la frase: “Ora et labora”. Desempeñan un papel primordial en la difusión de la cultura. El islamismo. A medida que avanza la Reconquista, se repliega hacia el Sur. Musulmanes y mozárabes convivieron pacíficamente en ciudades como Toledo o Valencia se mantuvieron las basílicas cristianas. Sus centros culturales eran las mezquitas, la mayoría de las cuales como en Sevilla, Zaragoza o Valencia, se derribaron, salvo en Córdoba, Toledo y Jerez. Musulmanes fueron grandes poetas. El judaísmo. Sus fieles apenas llegaban al diez por ciento en las ciudades como Sevilla, Córdoba, Granada, Toledo o Gerona, vivían en las juderías. Esta minoría concentraba el poder económico y desarrolló una importante labor cultural. Por ejemplo, participaron en la Escuela de Traductores de Toledo. Su centro religioso era la sinagoga. Fueron víctimas de terribles persecuciones –en el Siglo XIV, progroom-. En 1492 fueron expulsados por los Reyes Católicos. Los Reyes Católicos, una vez conseguida la unificación territorial, pretenden conseguir la unificación religiosa y con este fin promulgan el decreto de expulsión de los judíos. Se instaura la Inquisición: “se empezó quemando libros para acabar quemando personas: el eterno problema de la intolerancia”.
Dios y la religión impregnan la visión del mundo. Ello se pone de manifiesto a través de la concepción sobre: La muerte. Epidemias, guerras… la convierten en un hecho cotidiano favoreciendo una concepción de la vida como “un instante”, “un valle de lágrimas” despreciable en relación con la vida eterna. El calendario. SE procede a la cristianización de las fiestas paganas. El tiempo. El sol y los toques de campana marcan el paso del tiempo. San Benito establece las siguientes horas canónicas: maitines, laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas.
En una sociedad analfabeta, el didactismo se consigue mediante: las peregrinaciones, la actividad de los juglares, la lectura colectiva y el arte. Los centros de difusión cultural son: Los monasterios. En los scriptoria de los monasterios los monjes copiaban manuscritos. La labor de los copistas e iluminadores estaba especializada según las tareas: Los pintores (miniatores), Los calígrafos (antiquarii), Los ayudantes (scriptores),Los pintores de iniciales (rubricatores). El Beato de Liébana fue el primer escritor, cuando todavía se utilizaba el latín, en el Siglo VIII. Es el autor de los Comentarios al Apocalipsis de San Juan. Los Beatos son códices que datan de los Siglos X y XI. En ellos se copia el Apocalipsis de San Juan y los Comentarios sobre el texto redactado por el Beato de Liébana. Se caracterizan por la ilustración de sus páginas, de gran valor artístico. Las Universidades. Aparecen en el Siglo XII y en ellas se enseñan dos ramas del saber: el Trívium – Gramática. Retórica y Dialéctica- y el Quadrívium: Geometría, Aritmética, Música, Astronomía. Con su fundación se produce la secularización de la cultura. La Escuela de Traductores de Toledo. La obra esencial de la Escuela de Traductores de Toledo fue la difusión de la filosofía y la ciencia griegas, a través de traducciones. El método seguido consistía en traducir las obras del árabe al romance castellano, y del romance castellano al latín. Toledo y los reinos hispánicos se convirtieron en los grandes transmisores de la cultura clásica al resto de Europa Occidental. Cabe destacar el papel del monarca Alfonso X el Sabio como impulsor de la Escuela de Traductores de Toledo. El arte. En una sociedad mayoritariamente analfabeta los mensajes que se transmiten a la población tienen que ser audiovisuales y no escritos. La pintura y la escultura están al servicio de la arquitectura y desarrollan programas iconográficos destinados a adoctrinar a los fieles iletrados. El grupo social más preocupado por elaborar códigos gestuales es el eclesiástico. El modelo del gesto malvado es el diablo. El cristianismo concibe al hombre de compuesto de alma y cuerpo.
La palabra juglar proviene del latín iocularis, de iocus, juego, alegría. Los juglares eran individuos cuyo “oficio” -mester- era recitar o contar historias en plazas y castillos. Estos intérpretes adoptaron el nombre de juglares a partir del 1100. Sabían cantar, bailar y tocar instrumentos y a cambio de sus servicios les daban comida, vestidos o dinero. El acompañamiento musical se interpretaba generalmente con instrumentos de cuerda como la viella (violín medieval) o el laúd. A la práctica de los juglares se les conoce con el nombre de «Mester de juglaría». La poesía difundida por los juglares es de carácter épico, los relatos son Cantares de gesta. Estos personajes contribuyeron con su oficio a la transmisión de la literatura en un momento en que esta se basaba en la oralidad.
La etimología más adecuada de la palabra «trovar» es la de «inventar o crear literariamente». En la Edad Media había que diferenciar entre dos conceptos: El poeta, que escribía la poesía en latín. El trovador compónía sus creaciones en una lengua romance. El trovador es el cantautor de la Edad Media. Los trovadores normalmente cantaban en occitano, en concreto en la variante lingüística de Tolosa, que era el centro más importante de la cultura trovadoresca. Los trovadores, al realizar sus composiciones, hacían uso de una Koiné literaria, es decir, de una variedad de la lengua utilizada exclusivamente en el ámbito literario.
JARCHAS El ZÉJEL Arábigo-andaluza (Siglo XI), CANTIGAS DE AMIGO Galaico-portuguesa (Siglos XII-XIV), VILLANCICOS Lírica castellana (Siglo XV).
2.4Las Jarchas eran composiciones de carácter popular que fueron incorporadas por autores cultos, árabes o hebreos, al final de las moaxajas, composiciones cultas escritas en árabe clásico o en hebreo. Datan del Siglo X y fueron descubiertas por Samuel Stern en 1948. Carácterísticas: Son composiciones breves: de dos a tres versos.
Tema: la queja que una mujer dirige a su madre, hermanas, amigas o a la naturaleza por la ausencia de su amado. Recursos estilísticos: El paralelismo La interrogación retórica. La exclamación retórica. El apóstrofe.
LÍRICA CULTA: La lírica Catalano-provenzal (Siglo XII) La cançó, El Sirventés, La Lírica Galaico-portuguesa (Siglos XII-XIV) Cántigas de Amor, Cántigas De Escarnio, La lírica Arábigo-andaluza (Siglo X) Moaxaja.
Los trovadores provenzales hicieron a menudo el Camino de Santiago: con ellos viajaban los juglares que interpretaban sus canciones. Desde el Siglo XIII se fue extendiendo por Galicia el movimiento trovadoresco, que unido a cantos gallegos, dieron lugar a la Lírica Galaico-portuguesa.
Son de clara influencia provenzal. Un caballero canta su amor a una dama de innumerables virtudes a la que sirve sin esperanza. Como el enamorado rinde vasallaje a su amada siguiendo los ritos feudales, se dirigida a ella como “señor”. El lenguaje poético es culto y muy cuidado.
Se inscriben dentro de la lírica culta. Criticaban, a veces con gran crudeza, las costumbres de la época o a los enemigos. Si no se decía el nombre del enemigo se llamaban de escarnio y si se decía se llamaban de maldecir. El poeta construía sus versos sobre una melodía muy conocida para que se transmitiera rápidamente.
Pertenecen al la lírica popular. Fueron compuestas a imitación de las canciones que el pueblo gallego cantaba desde siempre en fiestas y romerías. Una mujer se queja de la ausencia de su amado, a su madre, amigas y hermanas, al igual que sucedía en las jarchas mozárabes. Es frecuente la presencia de la naturaleza que rodea a la mujer y puede llegar a servirle de interlocutora.
Estas composiciones se caracterizan por la estructura paralelística, compuesta por una cabeza inicial que indica el asunto, y una serie de pareados que se separan por el estribillo. Este recurso recibe el nombre de leixa-pren –deja y coge- porque se vuelve al verso anterior una y otra vez para retomarlo, añadiendo apenas una ligera variación o repitiéndolo exactamente.
La épica es un arte de juglares. Los juglares tenían un poco de poetas, cantores, músicos, bailarines, dramaturgos y cómicos. Además de transmisores de los cantos épicos que recitan de memoria, cultivan y transmiten otros géneros como el cuento, el mimo, la canción y las leyendas de santos. El cantar de gesta se define como un relato histórico escrito en verso que tiene por objeto la exaltación de las hazañas –gestas- de un héroe, cuyo ideal es la consecución y mantenimiento del honor por medio del riesgo y del esfuerzo personal. Arte literario, propaganda política y entretenimiento del público constituyen tres ingredientes inseparables del cantar de gesta. Surgen en la fase histórica de formación de un pueblo, la “edad heroica”. Pero hay que señalar que los cantares de gesta se apartan de la historia real para plegarse a las exigencias estéticas y propagandísticas del relato y al efecto que pretendían provocar entre el auditorio. Historia y fantasía se mezclan en los relatos épicos, pretendiendo la verosimilitud de lo narrado, no la veracidad histórica.
Los cantares de gesta castellano se inscriben en la tradición del mester de juglaría, de ahí que sean anónimos. Se ignora si su creación es el resultado de un trabajo individual o colectivo, y si son obra de poetas cultos o de los propios juglares. En España, salvo el Poema de mio Cid, se han perdido casi todos los cantares de gesta, por su transmisión oral. Tenemos noticias de muchos de ellos gracias al Romancero y a las prosificaciones de los cronistas medievales.
Fue compuesto en el período de plenitud de la épica castellana medieval, entre la segunda mitad del Siglo XII y la primera del Siglo XIII. Ha llegado hasta nosotros en un único manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacional.
El códice del Poema de mio Cid contiene 3.730 versos y está incompleto. Ramón MENÉNDEZ PIDAL sostiene la tesis de una doble autoría: El poeta de San Esteban de Gormaz, responsable del cantar I, parte del II y un poco del III. El poeta de Medinaceli, al que se le atribuyen los rasgos más novelescos. Per Abbat sería un simple copista. Otros investigadores – COLLIN SMITH- le atribuyen la autoría del poema. Autores como Alán DEYERMOND consideran que el texto pertenece a un autor culto, con conocimientos precisos del derecho vigente a fines del Siglo XII y principios del XIII. En cuanto a la fecha de composición, los investigadores proponen soluciones diferentes. Los estudios más recientes la sitúan hacia fines del Siglo XII o comienzos del Siglo XIII, entre 1201 y 1207. Al final del códice, se dice: “Per Abbat le escribíó, / en el mes de Mayo, / en era de mil / y C(C) XLV años” (que corresponde, según el calendario actual, a 1207)
El Poema de mio Cid presenta una gran unidad argumental. La obra se divide en tres cantares o partes:
Cantar del destierro (hasta el verso 1084) El Cid, seguido de sus mesnadas, parte de Vivar camino del destierro. Pasa por Burgos y se despide de su mujer, doña Jimena, y de sus hijas, Elvira y Sol, en el monasterio de San Pedro de Cardeña. Tras la toma de Castejón, como prueba de vasallaje, el Cid envía al rey parte del botín obtenido en sus conquistas.
Cantar de las bodas de las hijas del Cid (versos 1085-2277) Después de tomar varias ciudades y fortalezas, el Cid conquista Valencia, se reencuentra con su familia, combate contra el rey Yuçef de Marruecos, se reconcilia con el rey Alfonso VI y, a petición de éste, accede a que sus hijas se casen con los Infantes de Carrión.
Cantar de la afrenta de Corpes (2278-3730) El Cid defiende Valencia ante un nuevo ataque musulmán. En el transcurso del combate, se pone al descubierto la cobardía de sus yernos, los infantes. Para vengarse del Cid, y con el pretexto de regresar a Carrión, los Infantes parten con sus esposas. En el robledal de Corpes, las azotan y las dejan abandonadas. El Cid pide justicia al Rey. Los Infantes son juzgados y después vencidos en duelo por dos vasallos del Cid. Esta parte se cierra con un canto a la honra y a la gloria del héroe, quien antes de morir ve casadas a sus hijas con los herederos de los tronos de Aragón y de Navarra. En cuanto a los temas, los más relevantes son: el destierro injusto, el del buen soldado, el del vasallaje, la guerra como medio para obtener riquezas, honor y fama, la envidia, el de la venganza, el de la justicia y el del favor real. Por encima de ellos: la recuperación de la honra perdida. Además: los aspectos más personales del héroe como son su gran religiosidad y su condición de esposo y padre ideal.
El Poema de mio Cid es un poema narrativo en verso, que sigue el esquema métrico propio del mester de juglaría. Se caracteriza por el empleo de versos de medida irregular – anisosilábicos- entre 14 y 16 sílabas, con una cesura o pausa interior que divide el verso en dos hemistiquios. . La rima es asonante y se agrupan en tiradas formadas por versos que comparten la misma rima.
Está escrito en una variedad dialectal de castellano con presencia de aragonismos. Los rasgos estilísticos más singulares poema son: Las expresiones formulísticas como el epíteto épico utilizado para llamar la atención sobre la cualidad de un personaje, una ciudad o regíón. Los epítetos épicos con los que se hace alusión al personaje del Cid son: “El burgalés de pro”, “El que en buena hora ciñó espada”, “El Cid campeador” … todos tienen como objetivo ensalzar la figura del Cid. Expresiones de acción de gracias: “Grado a Dios que estás en lo alto” Llamadas de atención al auditorio por parte del narrador: veréis, oíd, Paralelismos, exclamaciones retóricas, comparación, antítesis y el pleonasmo: “de los sus ojos tan fuertemente llorando” El peso del diálogo, introducido con o sin verbo dicendi confiere a la obra un acusado perfil dramático, carácterístico del teatro.
1J-Surge a partir del Siglo XII y se desarrolla durante el Siglo XIII. Se trata de poesía destinada a la transmisión oral. Ha llegado hasta nosotros a través del Romancero y de prosificaciones de cronistas medievales. 1C- Surge a partir del Siglo XIII y se desarolla durante el Siglo XIV. Se trata de una nueva corriente de poesía culta y escrita.
Se trata de composiciones anónimas.
Autores: Gonzalo de Berceo, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita
Aunque muchos versos de los juglares son de gran belleza, sus composiciones no obedecen a reglas o patrones estéticos.
Conciencia y voluntad de estética culta.
Temas. Los juglares cantaban temas profanos: épicos, amorosos… Finalidad lúdica, propagandística…
Temas: inspirados en la Biblia, en el culto a la Virgen, en la vida de Santos… Finalidad didáctico-moral.
Los juglares, que andaban de plaza en plaza y de castillo en castillo, solían ser personas de buena memoria y con dotes histriónicas, pero con escasa formación.
Escritores cultos, fundamentalmente clérigos y personas instruidas en la cultura clásica latina y religiosa.
Métrica. No era regular. Se trataba de versos de arte mayor, divididos por una cesura en dos henistiquios, con rima asonante que se agrupaban en tiradas.
Métrica. Uso de la cuaderna vía o tetrástofo monorrimo: Estrofas formada por cuatro versos alejandrinos -14 sílabas- con una misma rima consonante.
Las composiciones del mester de juglaría están hechas para ser cantadas.
Los versos del mester de clerecía están hechos para ser recitados.
Es el primer poeta de la literatura castellana que renuncia al anonimato y firma sus obras. Fue un religiosos que nacíó en Berceo, en la Rioja, hacia 1196 y vivíó en el Monasterio de San Millán de la Cogolla hasta después de 1264. Casi nada se conoce sobre su vida, salvo lo que él mismo cuenta: su dedicación religiosa y literaria. Al parecer fue notario del abad del monasterio, un cargo importante justificado por su prestigio cultural y literario.
Sus obras tienen un contenido docente y religioso, pues servían para acompañar a la liturgia, para enseñar vidas piadosas ejemplares y para extender el culto a la Virgen, muy desarrollado por algunas instituciones religiosas de la época. De entre sus obras destacan historias de santos: Estoria del Señor Sant Millan, Vida del glorioso confesor Sancto Domingo de Silos, el Martirio de San Lorenzo y la Vida de Santa Oria. Se trata de hagiografías en las que se cuentan la vida de estos santos: los dos primeros vivieron en los mismos lugares que Berceo. Son narraciones sencillas en las que destaca la religiosidad de los personajes, la inocencia, la bondad y cierto tono lírico. Los milagros narrados confirman, ante la mirada inocente de los oyentes o lectores de la época, la santidad de los mismos. En ocasiones, este tipo de textos busca justificar los tributos que se cobraban en los monasterios. La forma métrica utilizada casi en la totalidad de su obra es la cuaderna vía: estrofas de cuatro versos alejandrinos que riman en consonante. La lengua utilizada fue el castellano de la Rioja y del norte de Castilla. Berceo siempre intentó utilizar formas sencillas y comprensibles para sus oyentes, de acuerdo con su fin didáctico.
Milagros de Nuestra Señora es su obra más relevante. Está compuesta por veinticinco milagros encabezados por una alegoría de la Virgen María. La alegoría, metáfora continuada, es una exaltación de la Virgen, portadora de todas las virtudes y representada por un prado verde al que llega el romero, -cada ser humano en su peregrinar por la vida-, en el que hay cuatro fuentes –los evangelios-unos árboles –los milagros de la Virgen- que dan sombra al romero, -por medio de las oraciones. Seguidamente se narran los veinticinco milagros que ejemplifican el poder salvador y la bondad de María.
Presentación del protagonista en su contexto: Defecto (variable), Virtud: devoción a la Virgen. Desarrollo: Grave peligro del devoto. Desenlace: Salvación del devoto por intercesión de la Virgen .
Casi nada se sabe de su autor, apenas lo que él mismo dice en su obra. Juan Ruiz nacíó en Alcalá de Henares, fue estudiante y arcipreste –cargo religioso intermedio entre el obispo y los párrocos- de Hita, provincia de Guadalajara. Otros datos, como su posible paso y educación en tierras musulmanas, en AlÁndalus, son dudosos. Muestra una amplísima cultura, especialmente cristiana pero también musulmana y judía.
Recibe el título de Libro de Buen Amor, no porque lo indique así el autor, sino porque la referencia al libro del buen amor aparece en varias ocasiones dentro del mismo texto. Tampoco se conoce con seguridad su fecha de composición: en los manuscritos constan dos fechas distintas: 1330 y 1343. Algunos críticos retrasen la composición hasta 1389. La obra pertenece plenamente al Mester de Clerecía pero está cargada de singularidades formales y temáticas que la convierten en una obra única
Desde el comienzo parece existir en el autor la voluntad de crear una obra total, híbrida, compendio o síntesis de la cultura múdejar, mestiza, de su tiempo; de ahí que aun cuando se trata de una obra del Mester Clerecía, muestra de la cultura cristiana, incluya piezas carácterísticas del Mester de Juglaría, más popular y con influencia de la cultura árabe y, en menor medida, de la hebrea.
A partir del Siglo XIII, la comunicación y la fusión entre las tres culturas, cristiana, judía y musulmana, se muestran con extraordinaria fuerza; es el fenómeno del mudejarismo. Muchos libros son traducidos de las lenguas árabe y hebrea al castellano, a partir del impulso de la Escuela de Traductores de Toledo, de forma que por medio de esas traducciones llega también a la cultura cristiana parte de la cultura clásica. El Libro de Buen Amor es ejemplo de ello, en él se acumulan diversos temas y diversas corrientes literarias.
Temáticamente, se trata de una aparente autobiografía novelesca en la que Juan Ruiz cuenta una decena de amores, compendio de las distintas posibilidades amatorias: amores desdichados o no correspondidos –incluso debido a la muerte de la amada-, amores correspondidos – como los de doña Endrina y don Melón de la Huerta- e, incluso, amores en los que la mujer toma la iniciativa – 21 como en las serranillas -. En estas historias domina el concepto del amor humano, que el autor reconoce y defiende como natural. Esta relación de amores sirve para enlazar y armonizar las distintas partes del libro, pues éste se presenta como una obra abierta, sin un principio ni final claramente marcados. La obra es una amalgama de materiales de estructura tan abierta que incluso el mismo autor ofrece a sus oyentes o lectores la posibilidad de que lo amplíen a modifiquen con nuevos textos. Esta estructura pseudoautobiográfica parece tener su origen en un tipo de composición árabe: las maqâmât. Otro posible origen puede ser el de las imitaciones del Ars Amandi del escritor latino Ovidio, en el que se dan consejos a los amantes. Intercalados en esta narración se encuentran los restantes textos.
Resulta complejo realizar una interpretación general del texto. El propio Juan Ruiz avisa continuamente de la necesidad de saber entender bien su obra. El arcipreste de Hita insiste en que su principal objetivo consiste en mostrar la diferencia entre el buen y el mal amor, pero resulta sorprendente que el mal amor, que incluye lo carnal, sea el humano, si se tiene en cuenta que se justifica en varias ocasiones y con citas de autoridades clásicas. Las meditaciones religiosas son abundantes y se insiste en la espiritualidad, pero continuamente se exalta la búsqueda del placer en el ser humano, por lo que parece exponerse una defensa del hedonismo, de la alegría y del gozo de vivir, lo que para el autor no contradice sus creencias religiosas. Abundan pasajes con un sentido didáctico, carácterístico de la Edad Media: enseñar un modo de vida ideal en el Siglo XIV, modo de vida ciertamente complejo. 22 La obra posee un gran valor artístico, con muestras de diversas formas de escritura de su época y del afán creador de su autor. Cabe una interpretación más general: el Libro de Buen Amor es la mayor muestra del sentido globalizador de las creaciones de la Edad Media, la fusión entre los planos divino y humano, la exaltación de los placeres mundanos sin abandonar el sentido religioso de la existencia.