Portada » Lengua y literatura » Doña Violante Sanseverino
Estando en Nápoles, un amigo del poeta, Mario Galeota, le pidió que le escribiera una canción dedicada a doña
Violante Sanseverino, de quien estaba enamorado. El poeta accedíó y escribíó el poema presente, en el cual invoca a la dama rogándole que corresponda a su galán, y le recuerda el caso de la ninfa Anaxárete, a quien los dioses convirtieron en piedra por no amar. El título tiene cierta importancia ya que en latín “Oda ad florem Gnidi” se refiere simultáneamente al barrio napolitano de Nido, en el cual vivía Doña Violante, a quien va dedicada la oda, y a la ciudad de Asía Menor donde había un templo importante dedicado a Afrodita, diosa del amor.
El tema principal del poema es el amor no correspondido y la crueldad de doña Violante. El poema responde a la estructura de un tipo de estrofa introducida por Garcilaso en España que tomó el nombre del término “lira” que aparece en el primer verso del poema. Esta estructura se compone de 22 estrofas de cinco versos, compuestas de tres versos heptasílabos y dos endecasílabos con rima consonante (7a-11B-7a-7b-11B).
Podemos decir que la estructura interna se desarrolla en dos partes, la primera (vv. 1-25) donde Garcilaso explica que si tuviese el don del canto lo utilizaría para cantar a la belleza de la dama, alabándola, pero también remarcando la dureza de su corazón. En la primera estrofa alude a Orfeo, capaz de calmar a las bestias salvajes, mover árboles y rocas y detener los ríos en su curso con su música, para expresar la idea de que si él tuviera este don, no cantaría ni al airado Marte ni a las hazañas bélicas, aludiendo a las conquistas de los romanos (en las líneas 17-20), dirigíéndose a la flor de Gnido (Doña Violante) con un apóstrofe en el verso 12. En la estrofa 5, que empieza con un encabalgamiento de la anterior para expresar la contradicción de las ideas de las dos estrofas, explica que utilizaría el don de la música únicamente para cantar la gran belleza de la dama y la dureza de su corazón. Expresa tales ideas con una metáfora de la guerra, ya que habla de “la fuerza de tu beldad”, y “el aspereza de que estás armada”, así nos muestra que la dama está disconforme y presenta una actitud de rechazo que él tratará de cambiar.
Luego viene una segunda parte (l26-60) en la cual describe los síntomas de amor que padece su amigo por la crueldad de la dama. En la estrofa 6 introduce el tema de la segunda parte, con otro encabalgamiento, dice que cantaría la desventura de su enamorado amigo por su rechazo. A partir de la estrofa 7 expresa el vínculo que produce el amor en su amigo mediante distintas metáforas. Primero usa el término del amor cortés “cautivo” para referirse al enamorado, luego alerta a la dama de la peligrosa situación del amante con la paradoja “está muriendo vivo”. Más tarde vienen las metáforas, en el verso “A remo condenado” Garcilaso juega con el término aplicado en los condenados a las galeras (galeotes) y el apellido de su amigo: Galeota. Posteriormente en el verso “En la concha de Venus amarrado” expresa con una metáfora que está condenado a amar a la dama. Con estos recursos entendemos que el joven no puede escapar de su amor, y esto servirá de introducción a los versos 36-60 que describen la lamentable situación en la que se encuentra el amante. Las estrofas 8, 9, 10 y 11 empiezan con una anáfora, “Por ti” para expresar que todo el sufrimiento de su amigo es por la dama. Alude al tópico de la enfermedad de amor (“ponzoñosa fiera”) al explicar la enumeración de desventuras que sufre el amante. El amigo ya no cabalga, ni lucha, solo llora amargamente y rehúye a los amigos, que eran los síntomas de esta enfermedad.
Empieza la última parte (l61-110), en la cual el poeta trata de hacer entender a doña Violante que no debe cometer el pecado de ingratitud, advirtiéndolo que debe amar, y utilizando el mito de Anaxárete que fue convertida en piedra por su crueldad como método de persuasión. En la décimo tercera estrofa, el poeta trata de convencer a doña Violante diciéndole que no debe ser conocida por haber cometido el pecado de la ingratitud una persona como ella que se guarda de todos los demás errores. De la estrofa catorce hasta el final de la oda el poeta utiliza el mito de Anaxárate para advertir a la dama de la posibilidad de que le suceda lo mismo que a ella. Explica la historia de la doncella de Chipre que trató con tal desdén a su amante Ifis, que éste desesperado se ahorcó a la puerta de su casa (cuenta esto con un gran hipérbaton, y expresa una gran contradicción, la dama alegre e impune y el amante desesperado y miserable) (líneas 70-80). Como Anaxárate miraba con la mayor indiferencia el cortejo fúnebre de su amante, Venus, para castigarla la convirtió en estatua de piedra. En las líneas 83-84-85 expresa con exclamaciones y preguntas retóricas como Anaxárate se fue convirtiendo en piedra. Esta conversión es también una gran metáfora, ya que como el corazón de la muchacha era de piedra, en eso se convirtió también ella. En las dos estrofas finales le expone a la dama que no debe ser tan fría, ya que va a ser castigada por Némesis, la diosa de la justicia retributiva, que vengaba a los amantes infelices o desgraciados.