Portada » Español » Dominio de la Lectura y Escritura Académica: Guía Completa
Las competencias son capacidades de operar, de hacer, de actuar con conocimiento. La competencia comunicativa es el conjunto de habilidades comunicacionales que permiten que los hablantes se comuniquen eficazmente. Esta competencia es básica porque comprende el conocimiento, los procedimientos, las actitudes y las destrezas fundamentales para el desarrollo de otros aprendizajes.
Comprender un texto supone:
Comprender lo leído es penetrar en la semántica del texto para desentrañar la situación descrita y construir un modelo de realidad.
Subrayar, escribir las ideas más importantes, producir un texto nuevo coherente y claro. Dar nueva forma a una exposición reduciéndola a lo esencial.
Identificar, explicar, definir, ejemplificar, comparar, justificar.
La tarea de componer textos escritos promueve nuevos aprendizajes tanto referidos a lo tópico como a los elementos lingüísticos.
Elaboraron los modelos de decir y transformar el conocimiento, estableciendo las diferencias entre escribir de manera lineal sobre lo que se sabe de un tema y entender la escritura como un proceso de descubrimiento.
Al objetivar el pensamiento, el texto escrito se convierte a su vez en objeto para el pensamiento; “esta doble objetivación origina la característica de recursividad que rige la relación entre pensamiento y escritura, permitiendo la reorganización y reconstrucción de ambos”.
Conocer y manipular unidades lingüísticas mínimas y poner en juego la multiplicidad de microhabilidades y actitudes.
Son parte del problema retórico todos los elementos de la situación de la comunicación: la audiencia, la relación con el autor, los roles de emisor y receptor, el tema, el canal, el código.
Esquema global que determina el orden general de las partes del texto. No se define en relación con las oraciones, sino con referencia al texto en su totalidad.
Coherencia: Red de relaciones semánticas de un texto. Se establece a dos niveles: nivel local (oraciones se relacionan entre sí) y a nivel global (tema general, estructura). La coherencia es lo que hace que el texto pueda ser comprendido.
Cohesión: Relación que vincula los elementos de un texto, manifestación de las relaciones semánticas presentes en un texto. Conectores y consecución de tiempos verbales.
Conjunto de textos vinculados al ámbito científico. Su finalidad es explorar, describir, explicar y predecir acontecimientos que tienen lugar en el mundo.
Informan sobre un tema con la intención de ampliar conocimientos. Se organizan a partir de relaciones lógicas, usan otros elementos como fuente, lenguaje objetivo, informan, explican y dirigen. Tienen introducción, desarrollo y conclusión.
Se publican en revistas de divulgación, con un contexto amplio. Estructura: título, autor, abstract, introducción, desarrollo, conclusión, bibliografía.
Textos de trama argumentativa y función informativa.
Texto en el que se presenta información sobre un tema determinado, junto con los datos y las conclusiones más importantes. Estructura:
Estructura:
Se aplican a las técnicas de lectura y escritura, ya que la recursividad rige la relación entre pensamiento y escritura, permitiendo la reorganización y reconstrucción de ambos. La escritura analítica brinda más oportunidades para la reestructuración del conocimiento que otras tareas como leer. No son sinónimos en el sentido estricto, aunque ambos conceptos se relacionan con el pensamiento y la escritura. La recursividad se refiere a la capacidad de volver sobre un texto o idea para revisarlo y mejorarlo, mientras que la analítica implica un análisis profundo y crítico del contenido.
En general, quienes escriben se encuentran con dificultades como establecer cómo es la audiencia a la que se van a dirigir, determinar cuál es el objetivo que su escrito debe cumplir y cómo lograrlo, decidir qué decir y cómo decirlo. La solución es la planificación, la escritura de borradores y la revisión.
Sí, existe una relación. El lector debe captar las relaciones que organizan un texto (causa-consecuencia, orden cronológico, problema-solución, ilustración, finalidad) para poder construir una representación de la información leída. En otras palabras, el lector, a medida que lee el texto, va comprendiendo cómo está organizado y, a partir de ello, hace una representación mental de la información leída (macroestructura).
Son todos aquellos detalles que hablan del texto en sí, es decir, quién lo produce, en qué momento y lugar. Sirve para tener en cuenta en qué corriente ideológica se enmarca el autor.
Los mecanismos de cohesión deben estar al servicio de la coherencia; de lo contrario, son inútiles e incluso perjudiciales. Una oración puede estar ligada al resto, pero si no se mantiene el tema, el resultado no será un texto coherente.
El contexto sirve para eliminar la ambigüedad semántica de una palabra, también nos dice en qué corriente ideológica se enmarca el texto, nos da información de quién lo escribió, a qué se dedica y dónde fue publicado.
El paratexto sirve para agregar información adicional sin interrumpir el texto, es decir, está fuera del texto. Algunos elementos paratextuales son el índice, las notas al pie, las ilustraciones y los subtítulos.
El cotexto se refiere al conjunto de elementos lingüísticos que incluyen o siguen a una palabra o una oración. Relaciona las palabras que han presentado dificultad con el resto de las palabras del texto.
Estos tres términos están relacionados con la lectura exploratoria y analítica, pero a su vez con la escritura a la hora de explorar el problema retórico.
El proceso de lectura es lineal, lo que es recursivo es la comprensión de lo que se lee, ya que requiere de varias lecturas para su correcta interpretación. Lo que se relaciona con el problema retórico directamente es el proceso de escritura, que son las cuestiones que nos planteamos antes de escribir un texto, como por ejemplo, a quién está destinado, con qué objetivo, cómo se evalúa el contexto, etc. La lectura se relaciona con el proceso retórico a la hora de examinar lo escrito, es decir, cuando se lee lo escrito y se verifica que esté correctamente redactado.
La escritura permite objetivar el conocimiento, plasmarlo en un soporte físico y, de esta manera, analizarlo, revisarlo y modificarlo. La permanencia del texto escrito permite repensar y revisar las ideas, finalizarlas o dejarlas de lado. La escritura también se caracteriza por materializar con mayor permanencia y durabilidad, de manera que quien produjo el texto pueda modificarlo. Entonces podemos decir que la escritura analítica permite más oportunidades para la reestructuración del conocimiento a diferencia de otras tareas como leer, subrayar, etcétera.
Sí, ya que la representación de la información es la manifestación perceptible de lo representado mentalmente con anterioridad, es decir, que cuando se desea representar algún tipo de información, el autor ha construido una representación mental del texto o información que quiere escribir. Esto se puede expresar mediante palabras o mediante estrategias gráfico-verbales.
La emisión y recepción de un mensaje no son simultáneas, sino que media un espacio de tiempo entre ellas. Este distanciamiento obliga al escritor y al lector a imaginarse a su interlocutor; por eso, se deben prever todos los posibles significados que un enunciado puede tener para el lector y eliminar las ambigüedades que pudieran provocar malentendidos.