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Un organigrama es la representación gráfica de las relaciones formales. Podemos distinguir dos tipos de estructuras organizativas, centralizadas y descentralizadas. Las centralizadas se representan gráficamente en un organigrama lineal, que puede ser: lineal puro, con asesoramiento o funcional.
Tiene como finalidad representar la estructura de la empresa. Predominan las relaciones verticales entre jefes y subordinados, y hay pocas horizontales. Sería la que representaría mejor algunos de los principios organizativos de Fayol, que pensaba que tenía que haber centralización en las decisiones.
Esta forma es la más común en las empresas pequeñas y medianas.
Las ventajas son:
– Reparto de tareas muy claro y definido.
– Sencillez y rapidez a la hora de tomar decisiones.
Los inconvenientes son:
– La centralización de las decisiones en los altos directivos puede llegar a suponer un «cuello de botella» para la organización, porque implique un exceso de trabajo para ellos y por posible falta de formación técnica.
– Falta de responsabilidad y de creatividad para los puestos bajos.
El organigrama lineal con asesoramiento
El organigrama lineal con asesoramiento (o de staff) es una variante del lineal, que incluye además las relaciones de asesoramiento. Tiene la ventaja de que soluciona algunos de los problemas que podía tener el lineal puro, pues el consejo de los expertos puede servir a los altos directivos.
Tiene como finalidad no tanto la representación del poder jerárquico de cada elemento sino su función. Por eso, los empleados pueden tener varios jefes.
La comunicación horizontal entre los distintos departamentos es abundante y permite trabajar mejor decisiones en equipo.
La toma de decisiones puede ser más lenta.
La organización lineal es una organización centralizada. Para hablar de una organización descentralizada hay que utilizar otras formas organizativas.
La jerarquía lineal es sustituida por grupos de trabajo clasificados por diferentes criterios. Podemos hablar de divisiones geográficas o funcionales. Aunque dentro de cada división puede que haya una organización más o menos lineal, el conjunto de la empresa tiene una filosofía menos jerarquizada.
La organización matricial
En ella se cruzan dos criterios organizativos. La organización matricial presenta la ventaja de que permite la adaptación de la estructura de la empresa según diversos criterios.
La organización informal surge espontáneamente, no está planificada por la dirección, y representa relaciones no formales de amistad y afinidad. Los diferentes miembros de la empresa eligen los compañeros o compañeras con los que mejor se llevan y establecen relaciones no condicionadas.
De este modo, se crean grupos informales. La jerarquía pasa a un segundo plano y no es determinantes en las relaciones informales.
Por eso, la organización informal tiene una importante labor de cohesión en la empresa, y también influye en la motivación. Como ya exprésó Maslow, después de las necesidades humanas básicas aparecen las necesidades sociales. Las personas necesitan relacionarse para ser felices en su trabajo.
Es un modelo de gestión de recursos humanos y planificación que cuenta con la participación de los subordinados en la toma de decisiones. Destaca el aumento en la productividad que se produce en los trabajadores cuando adquieren responsabilidad y participan en la fijación de sus tareas.
Establecimiento de objetivos
El directivo y el empleado se reúnen para establecer los objetivos del siguiente período (normalmente un año). Estos objetivos pueden ser cuantitativos o cualitativos. Aunque los objetivos los pueda fijar en última instancia la dirección, el empleado puede opinar y participar en ellos.
Puesta en práctica de los objetivos
El empleado es el encargado de planificar sus tareas de modo que pueda conseguir los objetivos establecidos.
Evaluación
Se produce una evaluación conjunta del jefe y el empleado del grado de cumplimiento de los objetivos establecidos. Se hacen propuestas de mejora y se analizan las causas de posibles incumplimientos.
Las ventajas son:
– El empleado está más comprometido con su trabajo, al sentirse responsable.
– Sinergia entre la visión del directivo y la especializada del empleado.
– Estructura de la tarea, aporta más claridad en las metas a alcanzar.