Portada » Geología » Dinámica Oceánica: Olas, Corrientes y Mareas
El agua del mar está en continuo movimiento gracias al viento, a las diferencias térmicas y de salinidad (existentes entre unas zonas oceánicas y otras) y a las atracciones gravitatorias del Sol y, sobre todo, de la Luna.
Las olas son ondulaciones que tienen su origen en la energía que transmite el viento en la interfase aire-agua. Las olas generadas por el viento son ondas oscilatorias progresivas, debido a que se propagan mediante un movimiento oscilatorio. El agua describe movimientos circulares que se atenúan con la profundidad y que se convierten en movimientos elípticos cuando el nivel de base toca el fondo del mar y esta se frena. Las olas tienen un seno y una cresta. La altura de una ola se define como la distancia vertical entre el seno y la cresta. La longitud de onda es la distancia entre dos crestas o senos sucesivos (olas, marea y tsunamis). Las olas transportan energía desde la región en la que se originan hasta el litoral.
Las corrientes litorales o de deriva litoral están muy relacionadas con las olas. La dirección de los vientos predominantes del litoral hace que las olas lleguen oblicuamente a la línea de costa. Cuando rompen, el movimiento de resaca hace que el agua regrese al mar en línea recta (siguiendo la máxima pendiente de la playa). El efecto de la deriva litoral es un importante transporte de la arena a lo largo de la playa que sigue un movimiento con aspecto de dientes de sierra.
Las corrientes marinas son desplazamientos del agua del mar dentro del océano, a manera de ríos encajados en su propio seno. Las corrientes son causadas por la distribución de la energía calorífica en la Tierra (que influye en el viento) y en la diferencia de temperaturas y salinidad del agua.
Se deben a la energía que transmite el viento a la superficie del agua oceánica y están ligadas a la circulación general del viento en la superficie terrestre. Hay corrientes cálidas y corrientes frías. La aceleración de Coriolis influye en el movimiento de las corrientes superficiales, por ejemplo, las cálidas se mueven en sentido horario en el hemisferio norte y en sentido contrario en el sur. La forma de los océanos y de las costas puede modificar la dirección de las corrientes superficiales.
También se conocen como corrientes termohalinas porque se pueden deber a dos causas: diferencias de temperatura o diferencias de salinidad del agua. Tanto un factor como otro son responsables de las diferencias de densidad del agua que originan movimientos lentos del agua oceánica (del orden de unos pocos milímetros a centímetros por segundo). Las corrientes profundas causadas por diferencias de temperaturas hacen que el agua fría procedente de los polos se sumerja por ser más densa y fluya hacia el ecuador desplazando aguas más cálidas que se mueven hacia los polos por superficie. Afloramientos o upwelling. Estas áreas son ricas en nutrientes, fitoplancton, zooplancton, pesca y aves marinas pescadoras.
Las mareas son movimientos periódicos de subida y bajada del nivel del mar. Cuando asciende hay marea alta o pleamar y cuando desciende hay marea baja. Son producidas por la atracción gravitatoria de la Luna y el Sol sobre las aguas de los mares y océanos. El ascenso y descenso alternativo del agua marina se produce cada doce horas y veintiséis minutos. La amplitud de marea es la diferencia de nivel alcanzado entre la bajamar y la pleamar. En mares cerrados o interiores, como el Mediterráneo, la amplitud es muy escasa, de apenas unos 25 cm. En los grandes océanos puede alcanzar valores muy importantes de hasta 20 metros, como en Anchorage. Cuando la Luna se alinea con la Tierra y el Sol, se suman los efectos de atracción gravitatoria y se producen las mareas vivas. Estas son más intensas que las mareas altas normales. En el caso de que la Luna y el Sol estén en cuadratura, los efectos de atracción gravitatoria se contrarrestan y el resultado es una marea baja con un 20% menos de amplitud que la media, que se conoce como marea muerta.